Durante los últimos dos años, Boeing ha dependido de su avión de pasajeros Dreamliner, el popular avión de fuselaje ancho de la compañía, para generar ventas después de que se puso en tierra el 737 Max tras dos accidentes fatales.
Ahora las cosas cambiaron. El avión 737 Max está nuevamente en servicio y el grupo estadunidense está llenando la acumulación de pedidos pendientes, mientras que las entregas del 787 Dreamliner permanecen detenidas después de contratiempos en la producción.
Las fallas técnicas del 787 aumentaron hasta el punto en el que Boeing advirtió que podría registrar una pérdida futura en el programa Dreamliner. Pero el problema plantea lo que el analista de S&P Global, Christopher Denicolo, llamó “la pregunta de los miles de millones de dólares”: ¿por qué Boeing tiene problemas para fabricar este avión?
La compañía dijo este mes que la mayoría de los más de cien aviones 787 que ya se produjeron no se entregarán este año, contrario a las garantías que hizo el director ejecutivo David Calhoun en abril.
Boeing también redujo la tasa de producción del avión de fuselaje ancho a principios de julio a menos de cinco por mes, lo que junto con la advertencia de la compañía sugiere que se declarará una pérdida anticipada en el programa.
Esto significa que el programa 787 perderá dinero por los mil 500 aviones que se han entregado o que tienen pedidos en firme en su bloque actual, ya sea porque los costos son más altos o las ventas más bajas de lo que anticipó la compañía.
Boeing ya ha registrado pérdidas anticipadas en cuatro programas: 6 mil 500 millones de dólares (mdd) en mil millones de dólares en el modelo 777X de dos pasillos, 5 mil 100 mdd en el avión cisterna de reabastecimiento de combustible KC-46A para la Fuerza Aérea de Estados Unidos, 486 mdd en el avión presidencial Air Force One de Estados Unidos.
Una pérdida anticipada en el 787, que genera más entregas que esos otros programas, probablemente ejercerá presión sobre la compañía para que continúe entregando los aviones 737 Max para impulsar las ganancias futuras y se genere flujo de efectivo.
Los analistas dicen que algo debe haber cambiado para causar estos fallas técnicas en un programa que durante años ha funcionado sin problemas o la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) está encontrando fallas en la producción de aviones Boeing, ya que analiza con más atención todo lo que hace el fabricante estadunidense después de los dos accidentes del modelo 737 Max o la compañía cambió su proceso de producción.
El Dato...25 mil mdd
Recaudó Boeing del mercado de bonos en abril del año pasado para superar la crisis de covid-19
El analista de Morningstar Burkett Huey agregó: “Lo que creo que el mercado quiere y está buscando de Boeing es un regreso a la normalidad. Un regreso a una compañía que vende aviones que funcionan, y que no se presentan grandes dolores de cabeza cada dos meses... lo que estas pérdidas anticipadas evidencian es precisamente lo contrario”.
En 2019 y 2020, los Dreamliner continuaron generando efectivo después de que los reguladores de todo el mundo pusieron en tierra al Max por problemas de seguridad. Pero ahora Boeing tiene dificultades para entregar los aviones.
Boeing entregó 14 Dreamliners en la primera mitad del año en comparación con 158 en 2019 y 53 en 2020, cuando representaba la mayor parte de las entregas comerciales de la compañía. Esto se compara con la entrega de 113 modelos 737 en la primera mitad del año, 127 en 2019 y 43 en 2020.
La compañía detuvo las entregas del Dreamliner en octubre mientras la FAA investigaba cómo los trabajadores habían instalado shims (calzas) de tamaño incorrecto en las juntas entre las secciones del fuselaje en algunos 787. Por otra parte, algunos aviones no cumplían con las especificaciones de ingeniería para el aplanado del revestimiento.
Boeing reanudó las entregas en marzo, solo para detenerlas nuevamente en mayo después de que la FAA solicitó más datos sobre cómo el fabricante planeaba inspeccionar los aviones.
Después, el 13 de julio, Boeing señaló que reduciría “temporalmente” la tasa de producción a menos de cinco por mes, tras descubrir una nueva falla: problemas con el ajuste y acabado de la nariz del avión y la cabina, construido por su proveedor Spirit AeroSystems.
La compañía tiene toda la liquidez que necesita. Recaudó 25 mil mdd del mercado de bonos en abril del año pasado para superar la crisis de covid-19, lo que dejó libre a la compañía para evitar la ayuda del gobierno relacionada con la pandemia.
Y todavía se aferra al estatus crediticio de grado de inversión, aunque en la calificación más baja de la banda y con una perspectiva negativa, triple B menos, de acuerdo con S&P Global, y con una deuda de 63 mil mdd.
srgs