El lanzamiento de una nave espacial Boeing fue cancelado luego de detectarse un problema con un componente, horas después de que los reguladores de aviación estadounidenses iniciaron su segunda investigación sobre la compañía este año.
La nave espacial CST-100 Starliner de Boeing debía despegar la noche del lunes desde Cabo Cañaveral, Florida, para transportar a dos astronautas a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés).
Pero United Launch Alliance, una empresa conjunta entre Boeing y Lockheed Martin, detuvo el lanzamiento debido a un problema con una válvula de escape de oxígeno en una parte del cohete.
Un comentarista de la transmisión en vivo de la NASA comentó que descubrir este tipo de problemas en tierra era una “victoria” porque “lo último que quieres hacer es lidiar con eso en el espacio”.
El programa Starliner de Boeing es un proveedor del sector privado de la NASA concebido para transportar astronautas a la estación espacial y competir con SpaceX, compañía de Elon Musk. Un lanzamiento sin tripulación en 2019 salió mal antes de una misión exitosa tres años después.
Más temprano el lunes, la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) anunció una investigación sobre Boeing después de que el fabricante aeroespacial revelara registros de inspección falsificados para algunos de sus aviones 787 Dreamliner.
La nueva investigación se sumará al escrutinio que hay sobre la compañía después de que uno de los aviones 737 Max de Boeing perdiera un panel de puerta en pleno vuelo a principios de 2024.
En enero, la agencia dijo que estaba investigando los procesos de inspección de calidad y fabricación de Boeing después del incidente, mientras que el Departamento de Justicia de Estados Unidos (EU) investigaba si la compañía violó un acuerdo de encausamiento diferido que siguió a dos accidentes fatales en 2018 y 2019.
Boeing descubrió que “varias personas estuvieron violando las políticas de la compañía al no realizar una prueba requerida y registrar el trabajo como completado”, se decía en el memorando.
La compañía aeroespacial informó voluntariamente a la FAA, dijo Stocker, y agregó que llevó a cabo “medidas correctivas serias” con “varios” trabajadores. Stocker dijo que el problema no hizo que los aviones fueran inmediatamente inseguros.
“Afortunadamente, nuestro equipo de ingeniería revisó que esta mala práctica en el lugar de trabajo no hubiera creado un problema inmediato de seguridad del vuelo”, dijo.
Boeing está volviendo a inspeccionar todos los 787 y debe crear un plan para abordar los aviones que actualmente están en servicio, dijo la FAA. La compañía no compartió comentarios más allá del memorando de Stocker a los trabajadores.
“Boeing reconoce que se produjo un tremendo incumplimiento del protocolo de ingeniería, pero no asume ninguna responsabilidad por la cultura que creó y que llevó a sus trabajadores a falsificar registros. Más bien, al informar las preocupaciones de un empleado a la FAA, la empresa se congratula ahora por hacer lo mínimo para responder”, dijeron los abogados de la compañía.
AOL