La obsesión de los usuarios de TikTok por los atuendos virales ayudó a Shein a alcanzar una valoración privada de 66 mil millones de dólares en su última recaudación de fondos, pero repetir esa cifra en los mercados públicos demuestra ser más difícil de lo esperado. Al parecer, el grupo de moda rápida analiza cambiar su salida a bolsa de Nueva York a Londres. Desde el punto de vista político, tiene mucho sentido.
La popularidad de la moda ultrabarata de Shein en las redes sociales es la causa de su espectacular crecimiento. En noviembre presentó ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés) los documentos confidenciales para su oferta pública inicial.
Conseguir la aprobación se ve complicado. Las empresas chinas que quieren cotizar en bolsa en EU se enfrentan a un mayor escrutinio en medio de las crecientes tensiones geopolíticas entre ambos países. Shein, fundada en China, no es una excepción.
Los reguladores estadunidenses intensifican la supervisión y someten a las empresas chinas a requisitos de información adicionales. Algunos legisladores estadunidenses incluso llegaron a pedir a la SEC que bloquee la salida a bolsa de Shein, alegando que se necesita más información sobre sus operaciones en China. Un legislador pidió que se investigue el suministro de algodón de Shein procedente de Xinjiang, donde los grupos de derechos humanos afirman que las minorías étnicas son sometidas a trabajos forzados. Shein niega las acusaciones, y asegura que no tiene proveedores en la región.
La salida a bolsa en Estados Unidos también representa riesgos para Shein. Como demuestra la dramática exclusión de la Bolsa de Nueva York en 2022 del gigante chino del servicio de solicitud de transporte DiDi Global, la mano dura de Pekín sigue siendo un riesgo.
Las condiciones del mercado tampoco son fáciles. Las acciones del minorista chino JD.com, que cotiza en Nueva York, registraron una caída de casi 50 por ciento en el último año y cotizan a solo 7.5 veces los ingresos futuros, un descuento significativo respecto a sus pares mundiales. Esto refleja la preocupación cada vez mayor por el crecimiento y los riesgos geopolíticos.
Por supuesto, una salida a bolsa de gran envergadura representará un estímulo para el decaído mercado londinense, que aún se resiente del éxito del diseñador británico de chips Arm, que el año pasado eligió Nueva York.
A pesar de la escasez de nombres de tecnología en Londres, los analistas locales entienden de moda rápida. Y es probable que Shein reciba una efusiva bienvenida de los responsables de la formulación de políticas, deseosos de restablecer el lugar del mercado en el orden jerárquico mundial.
Valorada a un múltiplo industrial, Shein valdría alrededor de 70 mil millones de dólares, pero esta cifra ya se ve sometida a presiones a la baja. Se llegó a informar que algunos inversionistas de Shein intentaron vender sus acciones en el mercado privado con un descuento de 30 por ciento en los últimos meses.
A medida que sea más grande el retraso, los inversionistas estarán más tentados a vender a un precio más bajo. A Shein le interesa tomar una decisión rápida sobre su futuro.