El expresidente de Nissan, Carlos Ghosn, presentó una demanda de mil millones de dólares (mdd) contra el grupo automotriz japonés y para asegurarse de que las personas que él considera responsables de su destitución en 2018 no puedan “dormir tranquilos en su cama”.
Ghosn presentó recientemente una demanda con el fiscal de Líbano, país donde vive desde su dramática fuga de Japón en una caja de equipo musical a finales de 2019.
En su demanda se alega difamación, calumnia, injuria y “la fabricación de pruebas materiales” por parte de Nissan y alrededor de una docena de personas. El grupo automotriz japonés no quiso hacer comentarios sobre la demanda.
“Lo que busco no es venganza, sino que trato de recuperar una parte de mis derechos”, dijo Ghosn durante una conferencia de prensa en línea el martes. “Solo quiero asegurarme de que todos…. los conspiradores no puedan dormir tranquilamente en su cama después de lo que me hicieron”.
En algún momento aclamado en Japón por rescatar a Nissan de la quiebra después de que asumió el cargo como presidente en 2000, Carlos Ghosn fue arrestado en noviembre de 2018 por una serie de acusaciones de mala conducta financiera.
Él niega sistemáticamente las denuncias de Nissan, con el argumento de que su espectacular caída fue el resultado de un complot organizado por una vieja guardia dentro de la compañía cuya influencia no pudo erradicar completamente.
“Nissan me causó mucho daño, un daño que no se puede reparar. Lo único que puedo obtener es una pequeña compensación por el daño”, dice Ghosn.
Más de tres años después de su fuga, Carlos Ghosn, que cuenta con la nacionalidad francesa, libanesa y brasileña, dijo que no se arrepiente de haber huido de Japón, a pesar de que su estilo de vida, alguna vez ostentoso, quedó restringido.
La Interpol emitió una orden de “búsqueda y captura” contra el exdirectivo de la automotriz en 2020 a solicitud de los investigadores japoneses. Los fiscales franceses también emitieron el año pasado una orden de arresto contra el expresidente y exdirector ejecutivo de Renault.
“Francamente, el sistema de justicia en Líbano es el equivalente al sistema de justicia en Japón”, dijo Ghosn. “Ellos decidirán si tengo razón o no”.
Ghosn también pronostica que la asociación que alguna vez supervisó entre el grupo japonés y la automotriz francesa Renault durante casi dos décadas se reducirá a una “minialianza”.
Nissan quedó sacudido por un amargo enfrentamiento en el seno de la alta dirección, que provocó la salida de uno de los opositores más firmes de los términos sobre los cuales el grupo japonés busca reequilibrar su alianza de capital con Renault.
“Con el último acuerdo, buscan una minialianza, con un rango muy reducido para la cooperación”, dijo Ghosn.
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