Un vistazo rápido a la industria del lujo sugeriría que su suerte está inextricablemente ligada a China. Los consumidores del país pasaron de gastar prácticamente nada en chucherías de alta gama a principios del milenio, a representar aproximadamente 30 por ciento de las ventas del sector. Sus problemas han sido atribuidos en gran parte a la reciente desaceleración.
Pero una nueva frontera llama a las marcas de lujo como Louis Vuitton y Gucci. La carrera por el corazón y la billetera del consumidor en el corazón de Estados Unidos (EU) está en marcha.
Históricamente, el mercado estadunidense no ha sido abrumadoramente receptivo a las maisons del viejo continente. Su presencia se ha concentrado en ciudades principales como Nueva York, Chicago, Los Ángeles y San Francisco. El gasto en lujo es de alrededor de 0.4 por ciento del PIB, según el análisis de Bernstein. Europa y Japón gastan la mitad de esa cantidad en relación con su PIB y la participación de lujo en Corea del Sur, donde la moda es muy importante, es más del doble que en EU.
Sin embargo, hay señales de que los vendedores itinerantes de alta costura empiezan a abrirse paso en el Nuevo Mundo. UBS estima que los consumidores estadunidenses representaron alrededor de una cuarta parte del crecimiento del sector desde 2015 --casi lo mismo que China-- para alcanzar 22 por ciento de las ventas en 2023. Si bien el crecimiento se estancó el año pasado cuando las preocupaciones por el costo de vida afectaron a los compradores aspiracionales, hay señales de que se ha recuperado durante 2024.
El cambio de estética posiblemente también le está dando una ventaja al lujo. La ropa casual, el lujo informal y la atención enfocada en los accesorios deberían ampliar el atractivo del sector más allá de sus clientes tradicionales y brindar a los tech bros una alternativa válida a los shorts.
Los grupos de lujo se dieron cuenta de la oportunidad que ofrece EU. Las nuevas aperturas de tiendas en el país aumentaron 12 por ciento en 2023, según Savills. Esto contrasta marcadamente con una caída de 13 por ciento en los lanzamientos de nuevas tiendas a nivel mundial. Y no todos esos nuevos puntos de venta en EU están en la Quinta Avenida o Rodeo Drive. Miami, Atlanta y Las Vegas son lugares populares. Givenchy de LVMH acaba de abrir su primera tienda en Dallas. Las inauguraciones en centros comerciales están en aumento.
Esta tendencia debería continuar. China pasa por una desaceleración, que el último paquete de estímulo solo abordará parcialmente. Mientras tanto, en EU, la victoria electoral de Donald Trump impulsó al S&P 500 a un aumento de 25 por ciento este año. Sin duda, mucha gente se sentirá con mucho dinero.
No todas las marcas se beneficiarán del creciente atractivo del lujo en EU. Las que tienen problemas locales --pensemos en Kering, la matriz de Gucci, y Burberry-- ven caer sus ventas mucho más allá de lo que se explica por el gasto chino. Sin embargo, podría proporcionar una nueva pista de crecimiento en un sector que ha estado luciendo cada vez más desgastado.
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