Los líderes divididos de la Unión Europea mantuvieron su tercer día encerrados en conversaciones sobre la respuesta de 750 mil millones de euros propuesta por Europa contra la pandemia de coronavirus, ya que luchan por superar las diferencias que dividieron al norte y al sur, y al este y al oeste.
Tras dos maratónicos días en una cumbre de negociaciones en Bruselas, los líderes europeos no lograron reducir sus diferencias el sábado sobre el tamaño, el diseño y las condiciones adjuntadas al multimillonario paquete previsto de préstamos y subsidios diseñados para reactivar la economía después de meses de hibernación.
La cumbre descubrió las divisiones de un grupo de Estados miembros frugales más ricos —Austria, Suecia, Dinamarca y Países Bajos— contra los mayores receptores de los fondos de emergencia para la pandemia.
Las capitales del grupo de naciones frugales exigen recortes drásticos al paquete de 750 mil millones de euros como precio para adherirse hasta un compromiso final, mientras que España, Italia y otros se resisten a recortes sustanciales.
Al comenzar las negociaciones de ayer, la canciller alemana Angela Merkel dijo o a los periodistas que no está segura “si se llegará a una solución”.
Un acuerdo “no se basará en sacrificar la ambición de Europa”, dijo Emmanuel Macron, presidente de Francia. Por su parte, Kyriakos Mitsotakis, primer ministro griego, señaló: “Simplemente no podemos darnos el lujo de parecer divididos o débiles”.
Las propuestas sobre la mesa de la cumbre son fruto de meses de trabajo de Bruselas para elaborar una respuesta efectiva, pero llevan a la Unión Europea a un terreno desconocido de permitirse enormes préstamos en los mercados financieros. Las conversaciones también están ligadas a las negociaciones sobre el próximo presupuesto a largo plazo del bloque.
Los diplomáticos dijeron que Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, tendrá que presentar un nuevo compromiso para abordar los temas pendientes o correr el riesgo de fracasar en la primera cumbre cara a cara de los líderes de la UE en cinco meses. Las divisiones abarcan todo tipo de cosas: el volumen de ayuda de recuperación, cómo vigilar el respeto al estado de derecho y cómo asegurar que las capitales cumplan los compromisos con una reforma.
El intolerante Viktor Orban, primer ministro de Hungría, también surgió como un obstáculo para un acuerdo después de que ingresó a la cumbre amenazando con vetar un compromiso que vinculaba la distribución de la ayuda con el respeto al estado de derecho. Durante las sesiones del sábado, Budapest exigió que cualquier posible sanción para suspender los pagos en efectivo solo se pudiera hacer con el apoyo unánime de todos los gobiernos, otorgando un veto a un país.
Polonia y Eslovenia respaldaron la postura de Orban; los tres rechazaron un proyecto que requiera una mayoría calificada de los Estados para respaldar posibles sanciones en efectivo. Los gobiernos occidentales, entre ellos el grupo de los frugales y Francia, piden un sistema estricto donde se retenga el dinero para los gobiernos que violan los derechos fundamentales.
Los líderes del grupo de los países frugales y de Finlandia presionaron por recortes sustanciales al nivel de subsidios en el paquete de 750 mil millones de euros, creando un nuevo punto muerto en las conversaciones. Los países del sur que cuentan con el respaldo de Francia y Alemania insisten en que el elemento de los subsidios se debe cercar con 400 mil millones de euros de los actuales 450 mil mde.
En una tensa reunión con los líderes del grupo de los países frugales después de la cumbre, Merkel y Macron estaban visiblemente frustrados por las demandas de subsidios más bajos y abandonaron las conversaciones. “No estaban contentos con las demandas de los frugales sobre el tamaño de los recortes”, dijo un diplomático.
Una exigencia de Mark Rutte, primer ministro neerlandés, de vetar unilateralmente pagos de subsidios a países que no cumplen con las demandas de reforma, aún provoca resistencia en Italia.
El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, dijo que su país está “confrontando fuertemente” a las capitales frugales para rescatar un paquete de recuperación; “nuestras herramientas deben ser proporcionales a la crisis y efectivas. Nuestra respuesta debe ser rápida, sólida y robusta”, dijo Conte.
El plan de Michel mantuvo el tamaño total del plan de préstamos en 750 mil mde, pero cambió el equilibrio entre préstamos y subsidios. Los recortes en el volumen general de subsidios se hicieron desechando una herramienta de recapitalización propuesta para empresas en dificultades por 26 mil mde y recortando una iniciativa para estimular la inversión privada de 30 mil a 11 mil mdd.
Con información de: Mehreen Khan y Jim Brunsdeno