Después de invertir más de 20 mil millones de dólares en empresas que llevan la comida a tu puerta, como Deliveroo en Europa y Swiggy en India, y DoorDash en Estados Unidos, los inversores en tecnología ahora observan el otro lado de la mesa: cómo asegurar que la comida correcta esté disponible en el lugar correcto en el momento correcto para entregarse.
“El éxito de Uber Eats, Door Dash y otros, sugiere que hay un cambio demográfico hacia el consumo en casa de comidas preparadas”, dijo Michael Ronen, socio gerente de SoftBank Investment Advisers. “El momento es ahora para tratar y erigir un suministro más eficiente ante la demanda”.
Las empresas de capital de riesgo se alinearon con la mejor solución: cocinas que solo atienden a clientes de entregas, conocidas como cocinas “en la nube”, “fantasmas” u “oscuras” (virtuales), que utilizan una combinación de preparación avanzada de alimentos, bienes inmuebles subutilizados y optimización basada en algoritmos para reducir los gastos generales y aumentar la producción.
Pero los diversos enfoques que toman las startups son tan diferentes como el sushi y el fish and chips.
Algunos se centran simplemente en el sector inmobiliario, crean y hacen contrataciones para cocinas en los lugares urbanos adecuados para atender la nueva demanda o se apoderan de los restaurantes cerrados de las calles comerciales. Entre estos se encuentra la nueva startup del cofundador de Uber, Travis Kalanick, City Storage Systems, que opera como CloudKitchens en EU y como Karma Kitchen, en Londres.
Esas empresas inmobiliarias también crean una nueva oportunidad para las empresas de servicios de cocina que se centran en la elaboración de alimentos, como KitOpi, con sede en Dubai, que opera en Londres y Medio Oriente.
Eccie Newton, cofundadora de Karma Kitchen, compara su concepto con “WeWork para cocinas”, que alquila espacios para diferentes negocios en momentos distintos del día. “La entrega de alimentos es definitivamente una parte en crecimiento de nuestro negocio, especialmente para los turnos de noche”, dijo. El espacio de cocina compartida en la primera ubicación de Karma en el vecindario Tower Hamlets de Londres puede costar alrededor de mil 500 libras al mes, en comparación con decenas de miles de libras por adelantado para construir una nueva cocina.
Otros jugadores ofrecen diferentes combinaciones de instalaciones y servicios. Kitchen United, una startup con respaldo de Google, planea abrir más de una docena de cocinas para hacer entregas en todo EU este año. Cobra una tarifa de membresía mensual que incluye las instalaciones, los servicios de respaldo como el lavado de platos y el acceso a su sistema de tecnología para procesar pedidos en línea desde una variedad de aplicaciones de entregas.
“La mayoría de las cadenas de restaurantes de servicio rápido emplean de 30 a 50 personas”, dijo Jim Collins, director ejecutivo de Kitchen United. “En nuestras instalaciones, diseñamos el conjunto de servicios para que solamente necesiten dos personas por turno. Reduce su costo laboral entre 75 a 80 por ciento”.
También hay un beneficio para los clientes: entregas más rápidas de comidas más calientes. “La frescura es la métrica esencial sobre si los consumidores van a volver a pedir”, dijo Collins.
Sobre la base de esta infraestructura de cocinas de entrega se encuentra una nueva ola de startups que esperan crear marcas que sean tan reconocibles para los usuarios de aplicaciones de entrega como Domino's o McDonald's.
Los “restaurantes virtuales” de Taster o Keatz trabajan en estrecha colaboración con las plataformas de entregas para identificar las áreas de demanda insatisfecha, ya sea en la ubicación o en la cocina, y luego alquilan espacio a una organización como CloudKitchens o Karma.
Anton Soulier, un ex ejecutivo de Deliveroo, quien fundó Taster en 2017 comentó: “Estas plataformas de entregas necesitan gente como nosotros porque en algún momento ya no pueden depender de las hamburguesas y el sushi, necesitan un poco más de diversidad en la comida”.
Ejemplo de funcionamiento
ParkJockey, que ahora tiene una valoración de más de mil millones de dólares, ha experimentado con cocinas en estacionamientos desde 2016, cuando abrió su primer sitio en Londres, Inglaterra. Tiene planes de ampliar significativamente sus operaciones de alimentos este año. “Considero a los garajes de estacionamiento como los almacenes de la nueva economía”, dijo Ari Ojalvo, director ejecutivo de ParkJockey.