A primera vista, la laptop Framework que he estado usando durante la semana pasada no es nada fuera de lo común. Es una máquina robusta y elegante que funciona con Windows y su aspecto lo toma prestado de la MacBook de Apple.
Y, sin embargo, es uno de los productos de tecnología más ambiciosos de los últimos años. Y el hecho de que parezca que se está produciendo una revolución es una señal de lo lejos que hemos dejado caer las cosas.
Porque hay algo en la caja de la Framework que Apple nunca incluiría: un desarmador. A diferencia de casi todas las piezas de tecnología que he comprado, esta laptop suplica que la desarmen, la modifiquen y, sobre todo, la conserven el mayor tiempo posible.
Con productos diseñados para ser reparados, no desechados, la computadora de Framework apuesta por cambiar las actitudes hacia lo que realmente significa la “propiedad” de nuestros dispositivos electrónicos en la actualidad.
Quitar cinco tornillos en la parte inferior de la laptop revela una gama completa de tripas: una batería, placa base, disco duro, memoria, trackpad, bocinas y más.
El Dato...74.7 millones
De toneladas de desechos electrónicos se producirán en todo el mundo para 2030
Los códigos QR en los componentes te ayudan a identificar qué es exactamente lo que estás viendo, y al escanear cada uno de ellos con tu teléfono móvil te lleva a un sitio web que explica cómo puedes retirarlo de manera segura, así como las opciones para actualizarlo, reemplazarlo y finalmente venderlo.
“Un consumidor debería poder configurar su producto para que cumpla exactamente con lo que quiere que haga”, dice Nirav Patel, CEO de Framework, quien anteriormente trabajó en los cascos Oculus VR, adquiridos por Facebook en 2014 por 2 mil millones de dólares (mdd). “Y luego, si sus necesidades cambian, deberían poder cambiar el producto para que satisfaga eso”.
¿El CEO de Apple, Tim Cook, dice esas mismas palabras? Imposible. Como la mayoría de las laptops personales, los componentes de MacBook se sueldan juntos y no están diseñados para que sean accesibles a los usuarios.
Esto lleva a las personas a reemplazar dispositivos completos cuando solo una parte —por ejemplo, la batería— está causando un problema.
El impacto de este enfoque en el medio ambiente está aumentando. Un informe de la ONU que se publicó el año pasado dice que estamos en camino de producir 74.7 millones de toneladas de desechos electrónicos en todo el mundo para 2030, el doble que en los 16 años anteriores. “Esto lo convierte en el flujo de residuos domésticos de más rápido crecimiento en el mundo”, escribió la investigadora de la ONU, Vanessa Forti.
En Estados Unidos, el debate sobre el “derecho a reparar” se ha vuelto parte de la agresiva campaña de la administración Joe Biden para controlar el poder de los grandes grupos de tecnología y, debería decirse, de los grandes grupos agrícolas.
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El fabricante de equipos John Deere tiene la reputación de ser el Apple de los tractores, los agricultores quieren poder reparar ellos mismos estas computadoras con ruedas. El que no se pueda reparar ahora se entiende por lo que es: otra expresión del poder corporativo.
En una declaración de políticas reciente, la Comisión Federal de Comercio de EU (FTC, por sus siglas en inglés), reconoció que el hecho de que las cosas sean reparables no había sido una prioridad en el pasado, pero que definitivamente lo será ahora.
Entre los partidarios de la legislación del “derecho a reparar” se encuentra Steve “Woz” Wozniak, cofundador de Apple. “No habríamos tenido una Apple si no hubiera crecido en un mundo de tecnología muy abierta”, dijo, refiriéndose a los inicios de la compañía dentro del Homebrew Computing Club, un grupo de aficionados en Menlo Park que desmantelaba y reconstruía computadoras.
En estos días, las empresas mencionan que bloquear sus dispositivos tiene como objetivo hacer las cosas más delgadas y ligeras y que proporciona seguridad frente a malas reparaciones. Pero vivimos en una era en la que la mayoría de los dispositivos que poseemos son lo suficientemente delgados y livianos.
Sin embargo, incluso si Apple se ve obligada a hacer que sus productos sean más fáciles de reparar, es poco probable que llegue tan lejos como Framework. Otra pregunta es si los consumidores quieren un dispositivo de este tipo.
Los esfuerzos anteriores en dispositivos altamente personalizables o “modulares” —como el malogrado teléfono Project Ara de Google— han fracasado.
El alguna vez lema de Apple, “Simplemente funciona”, es poderoso. A lo que Purdy dice que el equipo de Framework “no tiene por qué ser una laptop que todo el mundo pueda reparar por sí mismo. No importa quién lo arregle, siempre que alguien pueda”.
srgs