En crisis por el alza, las personas posponen sus planes y reducen sus gastos cotidianos

FT MERCADOS

Incluso los más esenciales como la comida y los medicamentos.

El Fondo Monetario Internacional espera que la inflación global suba hasta 8.8% este año, afectando los bolsillos de las personas
Lucy Warwick-Ching, Valentina Romei y Delphine Strauss
Ciudad de México /

Cuando Sarah, una estadunidense de 29 años, renunció a su trabajo en la industria del cine y se fue a estudiar derecho a Londres, esperaba poner su vida sobre una base financiera más sólida. Dos años más tarde, ese objetivo parece más lejano. 

Los pagos de intereses de un préstamo bancario aumentaron, ella ya perdió peso al reducir la compra de abarrotes y se siente aislada porque salir le cuesta demasiado. Y con ingresos de 6.65 libras por hora como asistente de investigación, Sarah dice que es “imposible imaginar” la planeación del futuro. El aumento de la cuenta de la luz le obligó a cambiarse de departamento. 

Sarah es una de las innumerables víctimas de la crisis mundial del costo de vida, que está obligando a personas de todo el mundo a poner sus vidas en pausa, renunciando a la vida social, descartando las mudanzas y las bodas, dudando en formar una familia o retrasando la jubilación debido a las presiones financieras causadas por la alta inflación

Una encuesta mundial que realizó Financial Times obtuvo cientos de respuestas de lectores que se enfrentan a problemas similares al de Sarah. 

El Dato...

8 de cada 10

Encuestados por Financial Times afirman que gastarán menos en restaurantes y pubs, a consecuencia del incremento en el costo de vida

Ante la inflación más alta de las últimas décadas en muchos países, los bancos centrales responden subiendo las tasas de interés. Para millones de personas, esto significa mayores pagos de hipotecas o alquileres más elevados.

Mientras tanto, los salarios promedio caen en términos reales en la mayoría de los países, lo que lleva a los hogares a agotar sus ahorros o a recortar sus gastos. 

De lujos, ni hablar 

Muchos de los encuestados afirmaron que el ahorro dicta ahora sus hábitos cotidianos: comer menos carne; dejar de lado los pequeños lujos en favor de los productos de marca propia del supermercado y renunciar a los cafés para llevar; tomar el autobús para no llenar el tanque de gasolina. 

Pero aún más sorprendente que estos cambios materiales, es cuánto esta crisis aísla a la gente de sus amigos y familiares —al igual que la mitigación de la pandemia hizo posible volver a socializar—, ya que el gasto en esparcimiento se hace muy difícil de justificar. 

Alrededor de 8 de cada 10 de los casi 500 encuestados afirman que gastarán menos en restaurantes y pubs como consecuencia de la crisis del costo de vida, mientras que dos tercios plantean reducir los gastos de vacaciones y entretenimiento. 

“Reduje mis salidas y no veo a mis amigos desde hace meses. Se siente como un confinamiento autoimpuesto, de nuevo”, dice Karl, un exempleado de banca en Rotherham, al norte de Inglaterra. 

“Estamos al final de los treintas, queremos tener hijos y estamos muy frustrados”, dice Jessica, niñera en Holyoke, Massachusetts, que llevaba buscando casa desde mediados de 2020 con su esposo. “Nos pone nerviosos dar 20 por ciento de enganche en este momento, cuando los precios y la economía están tan revueltos, pero estamos en una edad en la que poner la vida en pausa es devastador”, agrega Jessica. 

Entre la desesperación y la cautela 

El impacto de la crisis es muy desigual. Algunas de las personas que respondieron a la encuesta de FT ya estaban tomando decisiones desesperadas: reducir las comidas, escatimar las duchas y utilizar una linterna para evitar encender las luces. 

Drake Rose, un hombre de San Diego, dice que dejó de comprar medicinas hasta que pueda pagar la deuda que se acumuló cuando estuvo sin empleo el año pasado, mientras que otro hombre de 70 años de Brasil limita su dieta a arroz y frijoles. 

En el otro extremo de la balanza, hay personas que sienten menos presión, ya sea porque sus ingresos son lo suficientemente altos como para absorber el impacto, o porque recibieron grandes aumentos salariales que se ajustan a la inflación. 

El Dato...

2 de cada 10

Encuestados por el FT afirman que podrían aumentar el gasto en mejoras del hogar, mientras que 40% dice que lo reducirá

Mi empleador incrementó mi sueldo, ya que me consideraban como un riesgo de fuga” (ir a otra empresa), dice Chris, un hombre de 50 años que acababa de comprar un nuevo vehículo eléctrico y una casa. 

Otros, con un cómodo colchón financiero, empezaron a darle más importancia a los costos, renunciando a los lujos, en lugar de a lo esencial, descartando las vacaciones de esquí y los abonos de temporada. 

2 de cada 10 encuestados por el FT afirman que es probable que aumenten el gasto en mejoras del hogar, mientras que 40 por ciento dice que lo va a reducir.

Las personas con altos ingresos también podrían invertir en equipos de ahorro de energía que con el tiempo compensarán sus costos. Mark, un hombre de los Países Bajos, instaló paneles solares, persianas en las ventanas y calefactores de bajas emisiones de carbono, además de reducir la velocidad cuando conduce, para ahorrar combustible. 

En medio de estos extremos, muchas personas con sueldos que normalmente se considerarían cómodos, también se enfrentan a decisiones difíciles. 

srgs



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