Cristiano Amon, director ejecutivo de Qualcomm

FT MERCADOS

La tarea de Cristiano Amon es superar los conflictos con la competencia y expandir a la empresa más allá de los teléfonos móviles, con una sonrisa.

Cristiano Amon, el gladiador del chip.
Patrick McGee
Ciudad de México /

Cristiano Amon es terriblemente amigable para ser el jefe de una compañía conocida por sus batallas con Apple, Broadcom, y los reguladores antimonopolio de Beijing y Washington. 

El ejecutivo brasileño de 51 años de edad ha sido descrito como “sociable”, “apasionado” y “optimista”. Amon es director ejecutivo de Qualcomm, un diseñador de semiconductores de 192 mil millones de dólares (mdd) cuyos chips Snapdragon alimentan casi todos los dispositivos Android de primera calidad. Sus módems proporcionan conectividad 5G a cualquier cosa construida por Apple, Samsung, Xiaomi y OPPO. 

La principal tarea de Amon esta década es expandirse más allá de los teléfonos móviles hacia los coches conectados, el metaverso, y el Internet de las Cosas. 

Amon encabezó el desarrollo de la estrategia 5G de Qualcomm como presidente de su unidad de semiconductores. Mientras convencía a los ejecutivos de los operadores, los proveedores de infraestructuras y los fabricantes de dispositivos para acelerar en un año el lanzamiento.

En los dos últimos años, la demanda de chips superó por mucho la capacidad de los proveedores, y aunque Qualcomm se describe como un “fabricante de chips”, no puede aumentar la producción porque en realidad no lo hace: subcontrata la fabricación a compañías como Samsung, TSMC y GlobalFoundries. 

Trabajar con los proveedores de chips para asegurar la producción es el reto en el que Amon prospera. Al igual que Tim Cook, de Apple, supervisa las inversiones en investigación y desarrollo para producir el iPhone, Amon trabaja con los proveedores para diseñar chips en todas las capacidades disponibles. 

Su predecesor, Steve Mollenkopf, supervisó años de conflictos que le dieron a Qualcomm una imagen hostil. Luchó contra accionistas activistas que querían dividir la compañía, evitó una adquisición hostil por parte de Broadcom y ganó una importante batalla contra la Comisión Federal de Comercio de EU (FTC, por sus siglas en inglés) por las acusaciones de que cobraba “tasas de regalías excesivamente altas” por su propiedad intelectual

Qualcomm también tuvo que pasar por un caso antimonopolio en China, donde acabó pagando una multa de 975 mdd. 

El reto de Amon es superar los conflictos y reposicionar a la empresa como un proveedor fundamental para las industrias que se adentran en la era digital. Qualcomm necesita más socios que nunca, y Amon fue designado como la cara sonriente para ayudar a que eso suceda. 

El mensaje de Cristiano Amon a los inversores es que el mercado total disponible de la empresa, de 100 mil mdd, se multiplicará por siete esta década a medida que Qualcomm se diversifique. 

En el metaverso, donde Qualcomm ya trabaja con Microsoft y Meta, la matriz de Facebook, Cristiano Amon dice que la oportunidad “podría ser tan grande como el propio smartphone”. 

Él dice...

“Especialmente en este momento, es como estar en el negocio de los gladiadores: entras, te preparas y vas al coliseo”

En el sector automotriz, Cristiano Amon quiere asegurarse de que Qualcomm no se limite a fabricar chips, sino a diseñar plataformas —un “chasis digital”— para alimentar los sistemas de infoentretenimiento de los coches y permitirles una conducción autónoma. 

Dice que 23 de las 26 principales automotrices del mundo, como General Motors, BMW, Renault, Volvo y Honda, son socios. Y en octubre, Qualcomm pagó 4 mil 500 mdd para adquirir el negocio de software para vehículos autónomos de Veoneer, un fabricante de autopartes. 

Los inversores tardaron en captar los mensajes de Cristiano Amon. Desde el pasado mes de enero, cuando la compañía anunció que Amon asumiría el cargo, hasta mediados de octubre, las acciones de Qualcomm registraron una caída de 17 por ciento. Pero a principios de este mes el precio de las acciones se disparó 53 por ciento, hasta alcanzar un máximo histórico, después de que Amon demostrara un hábil manejo de la crisis de la cadena de suministro

Uno de los mayores riesgos es que los clientes chinos de Qualcomm desarrollen sus propios productos de circuitos integrados, ya que la campaña “Made in China 2025” (Hecho en China 2025) de Beijing tiene como objetivo la autosuficiencia de 70 por ciento en los semiconductores para 2025. Pocas empresas están tan expuestas a China como Qualcomm: el año pasado dos tercios de sus ingresos de 33 mil 600 mdd se obtuvieron en la región. 

Además, Apple está demostrando cómo un cliente podría desprenderse de Qualcomm. En 2019 adquirió el negocio de módems de Intel y lanzó una campaña de varios años para ponerse al día con las tecnologías de módem 5G. 

Amon dice que entiende el reto. Incluso antes de convertirse en director ejecutivo, organizó un acuerdo de mil 400 mdd para adquirir Nuvia, una startup fundada por antiguos arquitectos de chips de Apple. La misión de Nuvia se había centrado en las CPU para centros de datos, pero Amon está cambiando el enfoque hacia los productos de consumo. 

Lo que está en juego es existencial. “Tienes que apostar por la empresa”, dice. Su comparación con la rivalidad tecnológica actual es el despiadado mundo de la Antigua Roma. “Especialmente en este momento, es como estar en el negocio de los gladiadores: entras, te preparas y vas al Coliseo”, dice Amon. 

“El resultado puede ser uno de tres: Puedes ganar, puedes perder y los dos pueden perder. Y si ganas, lo único que has conseguido es el derecho a ir al Coliseo una vez más”, añade. 

La metáfora es contundente, pero incluso aquí el lado amable de Cristiano Amon le ha impedido señalar que los gladiadores no solo pierden, sino que son asesinados. “Utilicé ‘perder’”, dice con una sonrisa, “porque no quería decir la palabra ‘morir’”.


srgs

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