Gran demanda eléctrica vuelve radiactivo el futuro de la energía

Inversores tienen interés por los pequeños reactores modulares, debido a que innovaciones digitales como la inteligencia artificial necesitan mucha luz

Gigantes industriales como la británica Rolls-Royce empiezan a entrar en acción en este tema. Reuters
Gillian Tett
Ciudad de México /

El mes pasado, Sam Altman, el (tristemente) célebre fundador de OpenAI, publicó una imagen en las redes sociales de un elegante edificio de madera con estructura en forma de A en un verde entorno tropical.

Parece la casa de fin de semana de un multimillonario. Sin embargo, lo que en realidad representa la imagen es el diseño putativo de un reactor modular pequeño (nuclear), o SMR, inventado por Oklo, una compañía que Altman preside desde 2015. Y se publicó porque Oklo acaba de fusionarse con una compañía de adquisiciones de propósito especial (SPAC) creada por Altman y Michael Klein, el negociador de Wall Street, dándole una valoración de 850 millones de dólares (mdd).

Esto hará que algunos analistas se estremezcan. El acrónimo “SPAC” se volvió tóxico hace dos años porque se abusó mucho del concepto durante la última burbuja crediticia. Al agregar “nuclear” a la mezcla se corre el riesgo de volverla doblemente radiactiva, en la mente del público, dados los accidentes pasados en las plantas de Chernobyl y Fukushima (y las actuales amenazas rusas a la planta de Zaporiyia en Ucrania).

Sin embargo, los inversores y los responsables de la formulación de políticas deberían prestar atención. El jueves, la Fuerza Aérea de los Estados Unidos anunció planes para utilizar el reactor de Oklo en la Base de la Fuerza Aérea Eielson en Alaska, aparentemente el primer uso potencial de los SMR comerciales por parte del Gobierno Federal en suelo estadunidense.

Y la actividad -y el interés de los inversores-en torno a los SMR está en aumento en otros lugares. Una compañía rival de nombre TerraPower, respaldada por Bill Gates, también está desarrollando reactores. Lo mismo ocurre con NuScale, que salió a bolsa a través de una SPAC el año pasado y recientemente recibió 275 millones de dólares en financiamiento de varios gobiernos para un proyecto rumano.

Gigantes industriales como la británica Rolls-Royce empiezan a entrar en acción, mientras GE Hitachi construye una planta de SMR en Canadá. Y el mes pasado, Gran Bretaña lanzó un concurso internacional para el mejor diseño de SMR, prometiendo hacer que “hasta una cuarta parte de la electricidad del Reino Unido sea de energía nuclear local para 2050”.

Hay tres factores que desencadenan esto. Uno es el reconocimiento de que la demanda de electricidad se va a disparar en los próximos años, debido al crecimiento global y al hecho de que las innovaciones digitales como la inteligencia artificial necesitan “mucha” electricidad adicional. Esto crea, como admite Altman, “una demanda urgente de toneladas y toneladas de energía limpia, segura y barata a escala”.

En segundo lugar, depender de combustibles fósiles para generar esta electricidad exacerbará el calentamiento global, pero las fuentes renovables, como la energía eólica y la solar, no pueden cerrar la brecha sin grandes avances en el almacenamiento de baterías.

En tercer lugar, la tecnología nuclear ya cambió. En el siglo XX, esta se generaba en enormes centrales eléctricas cuya construcción era costosa y requería mucho tiempo. El costo de la central nuclear Hinkley Point C que se planea en Gran Bretaña, por ejemplo, aumentó a 32 mil millones de libras, mientras que la factura de las nuevas plantas estadunidenses de Vogtle se duplicó de 14 mil millones de dólares a más de 30 mil mdd.

Pero como los SMR son pequeños y utilizan diseños producidos en fábrica, son mucho más baratos y rápidos de construir, y se pueden instalar cerca del lugar dónde se encuentra la demanda de electricidad. Además, la tecnología desarrollada en empresas como Oklo y TerraPower utiliza residuos nucleares reciclados como combustible, lo que potencialmente reduce el dolor de cabeza de la eliminación de residuos.

De hecho, los funcionarios de Oklo afirman que sólo los “inventarios existentes de combustible usado en EU podrían satisfacer las necesidades de energía del país durante más de 150 años”, si se adopta su tecnología. “Es la mejor manera de descarbonizar”, me dice Jacob DeWitte, fundador de Oklo.

No todo el mundo está de acuerdo. Muchos ambientalistas detestan tanto la energía nuclear que quieren excluirla de las clasificaciones verdes. Partes de la clase dirigente tradicional de la energía nuclear también odian la idea de que los “tech bros” libertarios, como Altman, se estén convirtiendo ahora en “nuclear bros”, dice Allison Macfarlane, ex jefa de la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos.

“Muy pocos de los SMR propuestos se han podido probar y ninguno está disponible comercialmente, y mucho menos autorizado por un regulador nuclear”, señaló en un ensayo reciente que denuncia las estructuras y las exageraciones de las SPAC. “Las centrales nucleares existentes desempeñan un papel importante en la reducción de gases de efecto invernadero y seguirán haciéndolo. Pero la promesa de los SMR es cuestionable”.

Tiene razón: la primera solicitud de licencia federal de Oklo en EU fue rechazada el año pasado. Y aunque DeWitte me dice que volverá a presentar la solicitud el próximo año y se muestra optimista sobre el resultado, también admite que las plantas no empezarán a funcionar hasta al menos 2027.

Pero incluso con estas advertencias, personalmente le doy la bienvenida a estas iniciativas. Sí, la tecnología SMR todavía no está demostrada y las SPAC tienen un historial desigual. Pero la cruda realidad es que necesitamos urgentemente experimentar con todas las ideas de energía limpia que podamos encontrar, dado el cambio climático.

Y aunque fue el gobierno de EU el que desató inicialmente la innovación nuclear en Occidente -como se pudo ver recientemente en la película Oppenheimer- la triste realidad es que las agencias del sector público desde entonces se han vuelto desde lamentablemente y renuentes al riesgo. Esa es la razón por la que China y Rusia ahora son los que llevan a cambio los primeros proyectos piloto de SMR, junto con Argentina.

En todo caso, esperemos que la amenaza competitiva de los “tech bros” impulse a los gobiernos de Occidente y a la industria nuclear tradicional a actuar con mayor rapidez. Y si la nueva tecnología de reciclaje de Oklo en realidad funciona y puede producir energía limpia y segura, eso sería aún mejor, no sólo para la fuerza aérea de EU, sino para todo el mundo.

FT Financial Times Limited 2020-declaimer


LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.