Demasiado costoso, excluir a Huawei del 5G de Gran Bretaña

FINANCIAL TIMES

Al esforzarse por cumplir su objetivo de ser un líder mundial de 5G, el gobierno debe sopesar los costos de la demora respecto a consideraciones de seguridad vitales.

Logotipo de Huawei (especial)
Consejo Editorial
Londres /

Permitir o no que la compañía china Huawei participe en las redes 5G de Gran Bretaña es una de las decisiones más importantes que tomará el gobierno de Boris Johnson. Las comunicaciones súper rápidas de siguiente generación van a apuntalar el internet de las cosas, las ciudades inteligentes, los coches de autoconducción, incluso la telemedicina. Eso, a su vez, creará vulnerabilidades nuevas al espionaje y el sabotaje. Al esforzarse por cumplir su objetivo de ser un líder mundial de 5G, el gobierno debe sopesar los costos de la demora respecto a consideraciones de seguridad vitales.

También hay implicaciones geoestratégicas. EU amenaza con limitar el intercambio de inteligencia con Gran Bretaña en la alianza Five Eyes, que también incluye a Australia, Canadá y Nueva Zelanda si le permite a Huawei tener un papel en la 5G. Las preocupaciones de Washington de que se pueden usar las firmas chinas para espiar se remontan a tiempos anteriores a la presidencia de Donald Trump. Sin embargo, Reino Unido debe tomar decisiones basadas en su interés nacional general. 

Debería apegarse a la decisión provisional del año pasado de permitir a Huawei un papel en la “periferia” de las redes -antenas y mástiles en los que reclama un liderazgo tecnológico- pero excluir a la compañía del “núcleo” que administra la red.

Los operadores de telecomunicaciones de Gran Bretaña trabajan sobre esa base desde que el grupo chino comenzó a abastecer equipos en el Reino Unido hace más de 15 años. Si bien Huawei niega enérgicamente que alguna vez se permita ser utilizada por Beijing, el Centro Nacional de Seguridad Cibernética del Reino Unido supone desde hace mucho tiempo que el Estado chino “podría obligar a cualquier persona en China a hacer cualquier cosa”. Se ha centrado en mitigar el riesgo.

El argumento en contra de prolongar el status quo es que la tecnología 5G difumina las viejas distinciones. El núcleo ya no se encuentra en una caja central, sino que es virtual, compuesto de software distribuido por la red. La reducción de los retrasos de la señal para soportar funciones de tiempo crítico, como los vehículos de autoconducción, significa que debe haber más computación cerca de la periferia. 5G requiere un bosque de pequeños transmisores, todos vulnerables. Malcolm Turnbull, quien como primer ministro de Australia prohibió a Huawei por completo de las redes 5G en 2018, advirtió que la tecnología “virtualizada” del 5G hacía imposible separar el núcleo de la periferia.

Testigos en audiencias parlamentarias del Reino Unido el año pasado dijeron que la distinción seguiría siendo válida en Gran Bretaña; sin embargo, las diferencias geográficas significan que sus redes se diseñarán de manera diferente a las de Australia. Los líderes de inteligencia del Reino Unido, dos comités parlamentarios y ejecutivos de la industria dicen que se pueden gestionar los riesgos de la participación de las empresas chinas en la periferia 5G. De hecho, una cadena de suministro diversa generalmente hace que las redes sean más resistentes a los problemas técnicos y de seguridad.

Además, la primera ola de 5G se va a construir sobre la infraestructura 4G existente. Prohibir a Huawei incluso de la periferia obligaría a los operadores a extraer sus equipos de las redes actuales -lo que provocaría disrupciones, gastos y retrasos- y esperar a que otros proveedores se pongan al día con su tecnología. Según diversas estimaciones, el despliegue del 5G podría retrasarse de entre dos a varios años, reduciendo los beneficios económicos más generales y frenando la industria de tecnología del Reino Unido.

Algunos funcionarios de inteligencia no están de acuerdo con la actitud optimista de sus jefes, advirtiendo que las redes 5G eventualmente serán tan complejas que manejar los riesgos de la participación china abrumará los recursos. Por lo tanto, el gobierno debería otorgar a Ofcom, el regulador, mayores poderes para hacer que los operadores de telecomunicaciones cumplan con los estándares de seguridad más estrictos en el diseño de redes. La participación de Huawei incluso en la periferia del 5G debería estar condicionada a que se aborden rápidamente las preocupaciones sobre sus estándares de seguridad cibernética planteadas por un centro de pruebas con sede en Banbury. Pero los costos de una prohibición total son demasiado altos para justificarlos.

Solución

Gran Bretaña debería apegarse a la decisión provisional del año pasado de permitir a Huawei un papel en la “periferia” de las redes, pero excluirla del “núcleo” que administra la red.

Advertencia

Malcolm Turnbull, primer ministro de Australia prohibió a Huawei de las redes 5G en 2018 y advirtió que la tecnología “virtualizada” hace imposible separar el núcleo de la periferia.


LAS MÁS VISTAS