Deutsche Bank no aprobó la última prueba de estrés de la Reserva Federal de Estados Unidos y se le ordenó a Goldman Sachs y Morgan Stanley que fortalezcan sus balances al congelar los dividendos y las recompras de acciones.
Sus desempeños contrastaron con la mayoría de los otros grandes bancos estadunidenses, que el jueves dieron a conocer pagos récord a los accionistas después de que los reguladores concluyeron que sus reservas de capital eran lo suficientemente fuertes para soportar otra crisis financiera.
La Fed dio luz verde a 22 de los bancos más grandes del país que cotizan en bolsa a pagos con un valor de alrededor 168 mil millones de dólares durante el próximo año, un crecimiento de más de un quinto respecto a los del año pasado, de acuerdo con los cálculos de RBC Capital Markets.
Sin embargo, rechazó los planes de Deutsche de transferir efectivo de la filial estadunidense que estuvo a prueba para su sede de Fráncfort. Los funcionarios citaron deficiencias generalizadas y críticas en sus controles de capital y otras debilidades “cualitativas”.
El resultado anual de la prueba de estrés es el golpe más reciente para el banco alemán, ya incluido en la lista de “bancos problemáticos” de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos de EU.
En un comunicado, la operación estadunidense de Deutsche dijo que había “hizo importantes inversiones para mejorar sus capacidades de planeación de capital, así como también de controles e infraestructura”.
Mientras tanto, se le requirió a Goldman y Morgan Stanley controlar sus planes de dividendos y recompra de acciones después de que la Fed concluyó que sus propuestas iniciales los dejaban con reservas inadecuadas de capital.
Al final, a Goldman recibió la autorización para entregar a los accionistas solo 6 mil 300 millones de dólares en los próximos cuatro trimestres. Eso quedó más de un tercio por debajo de los 9 mil 900 millones de dólares que la Fed permitió hace un año, aunque el banco finalmente decidió distribuir solo 5 mil 700 millones de dólares.
Las restricciones a los pagos de algunos de los nombres más importantes de Wall Street son una señal de cómo los reguladores siguen con sus restricciones para el sector a pesar de la elección de Donald Trump.
Un número inusualmente alto de bancos tuvo que volver a pensar sus planes originales de pagos a los accionistas. JPMorgan Chase, American Express, KeyCorp y M & T Bank Corporation obtuvieron el visto bueno solo después de que presentaron planes más modestos.