El autismo no es obstáculo

Reporte Especial FT Mercados

Las personas con Trastorno del Espectro Autista encuentran en empresas como SAP, Microsoft, EY y Deutsche Bank a sus aliados para continuar con su vida laboral.

Los niños con Trastorno del Espectro Autista a menudo destacan en áreas como el análisis de datos (Cortesía).
Alicia Clegg
Ciudad de México /

Gareth Moreton estaba en un taller donde constantemente se sentía al borde porque se sentaba de espaldas a una puerta. Además, allí estaba el banco que lo despidió de su empleo temporal cuando supo de su autismo. Moreton es graduado de la Universidad de Oxford y a sus 32 años de edad tiene un don para las matemáticas, pero su accidentada carrera a menudo lo deprimía mucho. 

Actualmente, trabaja en Auticon, una empresa que emplea personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) como consultores de datos y de tecnología de la información y a partir de febrero empezó a laborar en un proyecto para St. James’s Place, el gestor patrimonial del Reino Unido. “Por primera vez, me doy cuenta de que tengo habilidades que no todo el mundo tiene y que son útiles”, dice Gareth. 

Él pertenece a un pequeño, pero en crecimiento, número de personas cuyo autismo es poco menos que un obstáculo para obtener un empleo. Organizaciones como SAP, Microsoft y EY manejan programas de reclutamiento con autismo; mientras que otros, como Deutsche Bank, ofrece pasantías. 

En especial, las empresas de tecnología esperan beneficiarse al contratar personas que piensan, y algunas veces, actúan diferente. 

De acuerdo con la National Autistic Society del Reino Unido, solo 16% de los adultos autistas tiene un empleo remunerado de tiempo completo. La generalización es peligrosa, pero las personas con TEA, entre ellas las que tienen Asperger, a menudo destacan en donde otros no cumplen con lo que se espera: el pensamiento lógico, la interpretación de datos y seguir meticulosamente las metodologías. Sin embargo, una vez que se les contrata, los problemas que se relacionan con el autismo no desaparecen. 


Una persona autista puede padecer de ansiedad, incomodidad social y sensibilidad a las condiciones del ambiente, todas ellas pueden hacer que sea difícil la vida cotidiana de la oficina y sentirse parte del equipo. 

Conforme se eleva el nivel educativo, hay menos personas con discapacidad en las escuelas.

¿Qué hacer para que esto funcione? 

Encontrar como socio una organización con experiencia en el autismo puede ser un primer buen paso. Tener el apoyo de un instructor laboral que proporciona Auticon ayudó a Moreton a centrarse con confianza en la consultoría. Aunque técnicamente es un experto, se estresa con los cambios y el ruido y necesita tiempo para aclimatarse a entornos no familiares y personas que no conoce. Su instructor le explicó esto a su cliente.

Kristen Doran, ejecutiva senior de recursos humanos en SAP, también señala el valor de las colaboraciones. Cuando un empleado se une al programa Autism at Work de SAP, un asesor de su socio especialista en autismo, le ayuda a la persona a establecerse y hablar con sus compañeros de equipo. 

“Principalmente es una pieza de educación para que las personas no se preocupen de manera innecesaria de ofender a su nuevo colega o hacer algo mal”, dice Doran. Por ejemplo, puede ser útil recordarles a los compañeros de trabajo que hablen claramente —las personas autistas a veces toman de forma literal las metáforas—, respetar las estrategias que usan las personas para controlar la ansiedad y evitar los factores estresantes como el ruido y las luces brillantes. 

Proporcionar instrucciones específicas también es importante, dice Laurence Sirac, director del programa de datos en Grenoble Ecole de Management para adultos cognitivamente capaces en el TEA. “Si dices: dale a todos una copia de este informe, la persona puede preguntarse: ‘¿qué incluye a todos?’”. 

Detecto cosas y veo patrones en los números que mi supervisor y nadie más puede hacer, dice Gareth Moreton.

El dato.

16%de los adultos autistas

cuenta con un empleo remunerado de tiempo completo.

En su mayoría, las reglas normales de la vida de la oficina se aplican cuando se trata de un colega autista, pero un poco más. Matt Peers dirige tecnología en Linklaters, el bufete de abogados, y recientemente contrató a un consultor de Auticon para un proyecto de datos. “Debido a que somos conscientes de la situación, probablemente tenemos más cuidado con su inducción que con personas que no sufren la ansiedad de la misma manera”. 

Este enfoque incluye asegurarse de que los demás sepan que el consultor considera incómoda la charla trivial, pero disfruta discutir sobre el trabajo.


¿Cómo aprovechar más las habilidades de las personas con autismo? 

Un enfoque es hacer coincidir las capacidades de las personas con los puestos y proporcionar capacitación en sus puntos débiles. Sin embargo, mejorar lo suficiente en algunas áreas puede ser difícil para personas con habilidades muy desiguales. 

Una alternativa es dividir los papeles según las fortalezas de las personas. “La idea es que resulta mejor centrarse en los picos (de rendimiento) donde las personas pueden crear un impacto desproporcionado, en lugar de obsesionarse con las deficiencias”, dice Mark Evans, director de mercadotecnia de Direct Line Group, la compañía de seguros. 

“Por primera vez, me doy cuenta de que tengo habilidadesque no todo el mundo tiene

y que son útiles para los empleadores”: Gareth Moreton.

Si bien los gerentes pueden ser flexibles con respecto de cómo se hace el trabajo, es importante que los empleados autistas cumplan con los mismos estándares de desempeño que todos los demás. De lo contrario, sus colegas podrían considerar su contribución como menos valiosa.

“Es absolutamente necesario romper cualquier percepción de que las personas autistas no puedan contribuir de manera significativa, porque unas cuantas voces disidentes realmente pueden minar la capacidad de las personas para crecer y desarrollarse dentro de la organización”, dice Doran. 

Emily Swiatek, una consultora de capacitación laboral de la National Autistic Society, insta a los empleadores a no encasillar a las personas. Ella misma padece de TEA y rompe un estereotipo al no gustarle los números y prosperar en un trabajo basado en las habilidades de comunicación: “Si nos pones en un tema que nos apasiona, muchos de nosotros somos comunicadores muy claros y entusiastas”, menciona. 

Observar a un miembro del personal con Asperger llevó a Evans a la misma conclusión. El empleado, al que se le pidió que mejorara un proceso que dependía de la entrada precisa de datos, diseñó una guía paso a paso que se parecía a una tira cómica y la tasa de aprobación de auditoría aumentó de 66 a 91%. “Tomó un proceso de rutina y lo hizo atractivo”, dice Evans. 

Recientemente, Moreton respondió con creces las preguntas de matemáticas en una noche de preguntas de la compañía que organizó su cliente, y su trabajo recibió los elogios: “Mi supervisor dijo que detecto cosas y veo patrones en los números que él y nadie más puede hacer”.

MÁS OPORTUNIDADES La Escuela Nacional de Ciegos otorga a sus estudiantes herramientas para poder destacar a nivel laboral.

María Guadalupe Peláez Almeron es ingeniero arquitecto por el Instituto Politécnico Nacional y es uno de los 176 estudiantes matriculados en la Escuela Nacional de Ciegos (ENC) Licenciado Ignacio Trigueros, donde continúa con su especialización laboral, pues está cursando una maestría en Urbanización.
ENC es una de la instituciones donde las personas con capacidades diferentes puedan seguir preparándose sin dejar aun lado los estudios, porque les proporciona las herramientas necesarias para ser autónomos e integrarse al campo laboral; además, los estudiantes pueden tomar clases de braille, ábaco, orientación y movilidad.
“La escuela no cuenta con vinculación a empresas; sin embargo, se les imparte la carrera de Técnico Profesional en Masoterapia que al concluir les permite ingresar a alguna unidad hospitalaria o colocar su propio negocio. Además, se les imparte el taller de costura que está avalado por el Centro de Atención Múltiple (CAM), en su rubro laboral”, dice Lilia Meza Centeno, responsable del área en la escuela.
De acuerdo con la encuesta realizada en 2014 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 47% de las Personas con Capacidades Diferentes (PCD) que van de los 25 a los 34 años, han logrado integrarse al campo laboral.
Juana Hernández.


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