A juzgar por lo visto en esta temporada de resultados, las empresas de Estados Unidos (EU) muestran solidez. La mayoría de las compañías del S&P 500 ya presentó sus resultados del segundo trimestre: según FactSet, 81 por ciento superó los pronósticos de ingresos, y el índice apunta a un crecimiento de dos dígitos en ganancias interanuales por tercer trimestre consecutivo.
La resiliencia es notable. A pesar de que los aranceles “recíprocos” del presidente Donald Trump se retrasaron hasta el 7 de agosto, la incertidumbre económica y los gravámenes sobre automóviles, acero y aluminio frenaron la actividad comercial tanto a nivel nacional como internacional. Los reportes del Stoxx Europe 600 anticipan que el crecimiento de ganancias en Europa será prácticamente nulo, según Bank of America.
¿Por qué Estados Unidos resiste? Primero, las industrias directamente afectadas por los aranceles representan menos de 17 por ciento de las ganancias del S&P 500, según Deutsche Bank. Además, muchas empresas protegieron sus márgenes con estrategias de mitigación: reducción de costos, acumulación de inventarios, aumentos de precios, renegociación de contratos y búsqueda de proveedores alternativos. Estas acciones limitaron el impacto sobre los precios, la producción y el empleo, conteniendo la presión sobre la economía en general y evitando un efecto dominó en otras industrias.
Segundo, los gigantes de Silicon Valley y Wall Street impulsaron la rentabilidad y la demanda. El sector de tecnologías de la información, que representa cerca de un tercio de la capitalización del S&P 500, registró un crecimiento anual de ganancias superior a 20 por ciento, en gran parte gracias a la inteligencia artificial, aún protegida de los aranceles. Alphabet, Meta y Microsoft reportaron incrementos significativos en ingresos y ganancias netas, mientras que los principales bancos, beneficiados por la volatilidad del mercado y la demanda de financiamiento, también mostraron fortaleza y contribuyeron a la estabilidad del índice.
No obstante, las tensiones son evidentes en otros sectores. Los materiales, la industria y el consumo registran un crecimiento lento. General Motors reportó mil 100 millones de dólares (mdd) en costos por aranceles, y Nike estima mil mdd adicionales este año. Empresas más pequeñas, fuera del S&P 500, también sufren. En julio, los ingresos por gravámenes aduaneros en EU alcanzaron un récord de 28 mil mdd, dejando claro que los importadores enfrentan costos crecientes y que la afirmación de la Casa Blanca sobre impactos limitados es parcial.
La situación podría complicarse. La mayoría de los aranceles “recíprocos” ya se implementó, pero aún hay incertidumbre sobre acuerdos bilaterales y nuevos gravámenes sectoriales. Las negociaciones con China se extendieron 90 días más. A medida que se agoten los inventarios preventivos, las empresas deberán trasladar más costos a proveedores y consumidores. Según Goldman Sachs, la carga de los aranceles recaerá cada vez más sobre los consumidores, afectando incluso al sector bancario y obligando a grandes compañías de tecnología a asumir más peso en la economía estadunidense.
Los resultados del segundo trimestre son un recordatorio de la resiliencia de las empresas estadunidenses. Sin embargo, Consejos de Administración, inversionistas y la Casa Blanca deben ser cautelosos: esta temporada de reportes podría ser más ruido que señal sobre el desempeño futuro frente a los aranceles, y solo los trimestres venideros confirmarán si la economía puede sostener este ritmo pese a la presión arancelaria y la incertidumbre comercial.
JLR