Escasez de vacunas y falta de coordinación en países pobres durante la pandemia

FT MERCADOS

Hacen reflexionar a las autoridades sanitarias de mundo sobre qué hacer diferente en la siguiente pandemia.

La OMS quiere que las naciones más pobres puedan fabricar sus propias vacunas en lugar de depender de la caridad.
Donato Paolo Mancini
Ciudad de México /

Dependiendo de a quién le preguntes, el despliegue global de las vacunas contra la pandemia de coronavirus ha sido un éxito rotundo, o un fracaso catastrófico. 

Las tasas de vacunación en todo el mundo varían enormemente. Mientras que en los países ricos se lograron altos niveles, con la dosis de refuerzo que crece rápidamente, solamente alrededor de 10 por ciento de las personas en los países de bajos ingresos han recibido una dosis, de acuerdo con el monitor de vacunas de Financial Times. 

De hecho, el número de refuerzos administrados en los países de altos ingresos supera el total de las primeras y segundas dosis de las vacunas que se administraron en los países pobres, y la diferencia se está ampliando.  

Esto hace que las autoridades sanitarias y los funcionarios de gobierno de todos los países reflexionen sobre los problemas con los programas de distribución en los últimos dos años —el nacionalismo de las vacunas, la escasez prolongada en los países más pobres, una falta de coordinación— y empiecen a pensar acerca de qué hacer de manera diferente cuando se produzca la siguiente pandemia.


Trabajo en equipo 

En diciembre, las autoridades sanitarias pusieron en marcha un proceso que podría dar lugar a un nuevo tratado de preparación para las pandemias. Las negociaciones han sido complejas y los funcionarios apuntan a 2024 para la adopción de cualquier nueva legislación. Pero tendrán la oportunidad de utilizar las lecciones aprendidas durante la pandemia para ayudar a los gobiernos a responder rápidamente la próxima vez que suceda.

En Europa, por ejemplo, después de un comienzo lento, el programa de despliegue de vacunas se convirtió en uno de los más exitosos del mundo. La Unión Europea adquirió miles de millones de dosis para su uso dentro del bloque y en los países más pobres. 

Un funcionario familiarizado con las negociaciones europeas afirma que la Unión Europea está complacida de que “todos los Estados miembros recibieran las mismas vacunas bajo el mismo régimen, al mismo tiempo, distribuidas de forma equitativa y justa”. 

El funcionario añadió: “Debido a que lo hicimos juntos, todos nos beneficiamos de una cartera de riesgos, lo que significa que nadie se quedó con vacunas que no estaban funcionando. Esta fue la primera “adquisición conjunta” realmente exitosa…. normalmente, las adquisiciones conjuntas no funcionan bien”. 


Otro factor fue que las compañías “no tuvieron la oportunidad de jugar al ‘divide et impera’ (divide y vencerás) en cuanto a precios y condiciones, lo que habría generado precios más altos en algunos países”, dijo. 

Sin embargo, hubo puntos de fricción. Las compañías farmacéuticas, sobre todo las de Estados Unidos, alargaron las negociaciones al jugar duro con las cláusulas de responsabilidad

Los precios de las vacunas de ARNm se elevaron después de su rotundo éxito, lo que provocó críticas de que sus fabricantes estaban abusando de una posición dominante al principio. Los políticos denunciaron la falta de transparencia de los acuerdos, especialmente en las primeras etapas de la negociación. 

Londres y Bruselas también se pelearon de manera muy pública por los cargamentos de la vacuna de AstraZeneca a principios del año pasado, discutiendo sobre dónde se fabricaban las vacunas y cuándo se habían cerrado los acuerdos de compra de las dosis. 

Una red de contactos 

En la actualidad, algunos funcionarios europeos afirman que, si bien las adquisiciones durante la pandemia funcionaron en gran medida bien, los futuros mecanismos de adquisición deben cambiarse. No solo deberían recompensar económicamente las iniciativas de investigación y desarrollo, sino también contemplar un mecanismo jurídicamente vinculante para compartir los conocimientos técnicos y la propiedad intelectual con el fin de ampliar el acceso en los países más pobres, de forma inmediata. 

Sin embargo, no está claro si estas medidas se adoptarán en el tratado sobre futuras pandemias. 

Además de los miembros de la Unión Europea, otros países de altos ingresos, como Estados Unidos y el Reino Unido, consiguieron un elevado número de vacunas en las primeras oleadas del coronavirus, lo que provocó acusaciones de nacionalismo de las vacunas.

Pero, a nivel mundial, la situación era muy diferente. 

El Dato...

5 mil 200 mdd

Espera recaudar Covax en el primer trimestre de este año

Uno de los principales responsables detrás del Fondo de Acceso Global para Vacunas covid-19 (Covax, siglas en inglés), un mecanismo de acceso a las vacunas para los países más pobres, declaró al Financial Times en enero que el servicio se había quedado sin dinero. Esto le impidió aceptar nuevas donaciones de dosis que vinieran sin elementos complementarios clave como jeringas, seguro y transporte. 

Covax espera recaudar 5 mil 200 millones de dólares (mdd) de dinero fresco en el primer trimestre de este año, un objetivo que Seth Berkley, director del grupo de acceso a las vacunas Gavi Alliance y defensor del poder de la inmunización, admitió que era “muy ambicioso”. 


Otros, como el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirman que la caridad no debe ser la solución a la desigualdad en materia de vacunas y que, en cambio, hay que centrarse en la transferencia de tecnología para que los países más pobres puedan fabricar sus propias vacunas. 

Nuevo espíritu de cooperación 

Seth Berkley afirma que el mundo debería prepararse para la próxima pandemia desarrollando más planes de financiamiento de contingencia que liberen dinero muy rápido en las primeras etapas. “Se pueden hacer acuerdos (iniciales) rápidamente y luego se puede volver a un enfoque más tradicional de ‘reunamos a todos los donantes y discutamos lo que tiene que pasar’”, dice el directivo. En comparación, al principio de la pandemia actual, “no teníamos dinero”. 

Pero una característica de la actual respuesta a la pandemia que debería repetirse, dice Berkley, es un enfoque “de red de contacto”, en el que los socios aprovechan la experiencia de los demás. Ese fue el caso, añade, de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, el fabricante de medicamentos AstraZeneca y el Instituto Serum de India. Otros retos, como las cadenas de suministro y las redes de transporte limitadas con una capacidad de carga finita, son más difíciles de preparar con suficiente anticipación a una emergencia, aunque las reservas pueden ayudar. 


Y las formas de nacionalismo de las vacunas, como las prohibiciones de exportación, pueden ser totalmente inesperadas. El Instituto Serum de India, por ejemplo, uno de los principales proveedores de Covax, no pudo exportar las dosis de AstraZeneca durante la mayor parte del año pasado, ya que las infecciones por covid-19 aumentaron en el país. 

Covax tiene 11 vacunas en su cartera, negociadas a “muy buenos precios”, añade Seth Berkley, pero la verdadera necesidad ha sido “conseguir un alto número de dosis desde el principio”. 

“Nos vimos frustrados por numerosos aspectos relacionados con la forma de actuar de los países, así como de las compañías farmacéuticas”, afirma Berkley. Johnson & Johnson, por ejemplo, “tenía un compromiso firme de pedido de 200 millones de dosis en 2021 y solamente entregó un pequeño número de ellas”. 

Johnson & Johnson afirma que aproximadamente 70 por ciento de su suministro de vacunas a nivel mundial estuvo a disposición para las naciones más pobres en 2021 y que “se seguirá enfocando en hacer llegar nuestras vacunas a los países donde la gente más las necesita”. Se comprometió a poner a disposición de la Unión Africana y Covax hasta 900 millones de dosis de vacunas combinadas para finales de 2022. 

Pfizer —con la que Gavi mantiene una relación de mucho tiempo para una vacuna neumocócica— asumió un compromiso limitado al principio, de 1.2 millones de dosis en 2021, aunque Berkley dice que esto mejoró posteriormente. 


Agrega que las relaciones de Gavi con otras compañías, como Moderna —que no tenía un producto en el mercado antes de su vacuna contra el covid— han sido “un poco difíciles” en cuanto a pasar de ser “una startup a un distribuidor mundial”, pero ahora hay una “buena relación de trabajo”. 

Covax también ha sido objeto de duras críticas. Médicos sin Fronteras, la organización benéfica de ayuda médica internacional, que hizo un llamado a más transparencia y rendición de cuentas, declaró en enero que el organismo “no logró conseguir” un acceso equitativo. Otros incluso sugieren que debería ser sustituido por completo por uno nuevo. 

Pero Berkley no está de acuerdo. En una crisis “hay que aprovechar la experiencia existente”, dice. “Son las relaciones con los países, son las relaciones con los fabricantes.… las que hay que aprovechar en una pandemia”.


srgs



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