La apuesta de Volkswagen (VW) para conquistar a los consumidores estadunidenses con sus vehículos eléctricos en un mercado en desaceleración fue arriesgada desde el principio. Pero con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, el sueño americano del grupo automotriz más grande de Europa parece más complicado que nunca.
Con su participación de mercado en China, que casi se redujo a la mitad para llegar a 12 por ciento en los últimos cinco años, y una demanda vacilante en su principal mercado europeo, penetrar en Estados Unidos (EU) nunca ha sido más crítico para el segundo grupo automotriz más grande del mundo.
“Estados Unidos es nuestra mayor esperanza de crecimiento”, dijo un director de VW en Wolfsburgo. La automotriz alemana quiere duplicar su participación en EU, incluidas marcas como Audi y Porsche, hasta 10 por ciento y la de su marca homónima hasta 5 por ciento para 2030.
Pero las promesas de Donald Trump de eliminar los subsidios a los vehículos eléctricos e imponer aranceles a los automóviles fabricados en el extranjero proyectan una sombra sobre la estrategia de VW en EU, que se enfoca en los vehículos eléctricos. Incluso antes de las elecciones de noviembre, la moral en su sede estadunidense resultó golpeada por las débiles ventas en el país americano del primer SUV totalmente eléctrico de VW, el ID.4.
VW ha estado en esta posición antes. Su último intento de ganarse a los consumidores estadunidenses terminó con los reguladores y fiscales del país persiguiendo al grupo automotriz por encubrir datos de emisiones, en un escándalo ahora conocido como Dieselgate.
A pesar de esto, no hay ambigüedad sobre sus ambiciones. Cuando se le preguntó sobre América del Norte, la compañía declaró al Financial Times: “Está claro (que) el futuro será eléctrico”.
Made in US
Sin embargo, el comienzo de la estrategia de vehículos eléctricos de VW ha sido difícil. Considerado por muchos de los empleados en EU como el “lanzamiento de vehículo más importante en décadas”, se eligió el modelo ID.4 para la producción en Estados Unidos de entre una gama más amplia de automóviles que se lanzaron en Europa, de acuerdo con un exdirector de VW.
Aunque las espectativas eran altas en el momento del lanzamiento en 2022 de sus vehículos fabricados en EU, con el personal cubriendo las oficinas centrales de VW en Virginia con calcomanías de Make Volkswagen Matter Again (Hacer que Volkswagen sea Importante de Nuevo), muchos consumidores estadunidenses consideraron que el ID.4 era demasiado pequeño y las ventas flaquearon. A pesar de la capacidad de VW para producir hasta 100 mil SUV ID.4 al año en su planta de Chattanooga, en Tennessee, este año solamente han vendido 17 mil unidades.
Stephanie Brinley, analista de IHS Markit, dijo que no espera que las ventas del ID.4 se recuperen. “No está dando los resultados esperados en Estados Unidos”, comentó.
Para empeorar las cosas, la compañía se vio obligada a detener la producción del coche después de que en septiembre tuvo que retirar del mercado las 98 mil unidades vendidas en EU para su revisión, debido a un defecto que hacía que algunas manijas eléctricas de las puertas fallaran al exponerse a la lluvia. No se espera que las ventas se reanuden hasta principios del próximo año.
Si bien las ventas de la marca VW en el país aumentaron más de 9 por ciento el año pasado a 329 mil unidades, fueron impulsadas por sus SUV con motor de combustión convencional, como el Atlas y el Tiguan extragrande.
EL DATO17 mil unidades de la SUV ID.4
Ha vendido VW este año.
Con el grupo en general, con un déficit de más de mil millones de dólares (mdd) en los ingresos esperados de EU, en un momento en que los márgenes de la marca insignia del grupo están disminuyendo, todas las miradas en la industria están puestas en Pablo Di Si, el director general de Volkswagen en las Américas, quien dimitió del puesto esta semana después de solo dos años en el cargo, tras la creciente preocupación en la sede central de VW en Wolfsburg por los mediocres resultados de su intento de ganarse a los consumidores estadounidenses.
Sin embargo, Brinley argumentó que señalarlo con el dedo por los problemas sería injusto. “Solo está siguiendo lo que quiere Volkswagen Group, que es hacer una fuerte apuesta por los vehículos eléctricos”, dijo.
En un comunicado emitido el martes, la automotriz indicó que Pablo Di Si había dejado la empresa “por petición propia” la semana pasada. Volkswagen añadió que Kjell Gruner, un veterano de Porsche y exejecutivo de la startup estadounidense de vehículos eléctricos Rivian, fue nombrado como nuevo CEO de su negocio en las Américas a partir del 12 de diciembre.
La apuesta eléctrica
La reestructuración en la dirección para los mercados de Estados Unidos, México y Canadá se produce en un momento difícil para VW, los analistas se preguntan cómo el grupo automotriz enfrentará los posibles obstáculos derivados de las políticas arancelarias y de subsidios de Trump.
Se espera que la competencia en un mercado notoriamente saturado crezca a medida que los grupos automotrices internacionales intenten aumentar las ventas en EU, para contrarrestar la desaceleración de la demanda en otros lugares. El analista de Stifel, Daniel Schwarz, señaló que la promesa de VW de aumentar la participación en el mercado estadunidense “existe desde hace muchos años”.
Aunque VW no quiso hacer comentarios sobre “cualquier plan regulatorio de la nueva administración de EU”, se espera de manera generalizada que el gobierno entrante (la toma de protesta del Donald Trum será el 20 de enero de 2025) elimine los generosos subsidios para los consumidores que compren vehículos eléctricos.
El grupo automotriz alemán dijo que las entregas de autos que pertenecen a su marca insignia crecieron 17 por ciento interanual en los primeros tres trimestres en EU, “a pesar de las altas tasas de interés (y) un mercado que se está enfriando”.
“Estos resultados demuestran que nuestros ambiciosos planes de crecimiento en el mercado estadunidense son realistas y alcanzables”, agregaron en la compañía.
Los ejecutivos en Wolfsburgo están especialmente entusiasmados con la primera marca totalmente estadunidense de la compañía: la camioneta eléctrica Scout, cuya producción está programada para 2027 en una planta de Carolina del Sur que está en construcción.
“Es una oportunidad única para fortalecer nuestra posición en Norteamérica en el largo plazo”, dijo el director financiero, Arno Antlitz, a los inversionistas el mes pasado.
Pero Antlitz reconoció que todavía hay ansiedad entre los consumidores con respecto a las recargas de los vehículos eléctricos, y agregó que Scout también ofrecería un “extensor de distancia de recorrido” de gasolina, para respaldar el motor eléctrico. “La transición a la movilidad eléctrica en EU no es tan rápida como se supuso originalmente”, agregó.
El grupo automotriz más grande de Europa está realizando varias inversiones significativas para aumentar su capacidad en EU. Este mes, lanzó formalmente su empresa conjunta de software con Rivian, la startup de vehículos eléctricos de California, aumentando su inversión en 800 mdd para llegar a 5 mil 800 mdd.
Un camino con baches
Pero, incluso si sus esfuerzos dan resultado, es poco probable que Estados Unidos sea tan rentable como lo fue China para VW durante sus mejores años. “Nunca habrá otra China”, dijo un antiguo ejecutivo de un grupo automotriz alemán. “EU es un mercado difícil con características muy particulares y competidores arraigados”.
Además de eliminar los subsidios a los vehículos eléctricos, se espera que Trump presione para que se apliquen aranceles generales de 10 al 20 por ciento a las importaciones de todos los socios comerciales y “aranceles de 100, 200 y 2 mil por ciento” a los autos fabricados en México, donde VW y Audi ensamblan 60 por ciento y 25 por ciento, respectivamente, de sus vehículos que se venden en EU.
EL DATO6 por ciento de los volúmenes totales de vehículos
De VW están en riesgo directo de posibles aranceles de importación estadunidenses.
Se espera que el impacto inmediato de cualquier arancel sea pequeño para VW, ya que aproximadamente 6 por ciento de los volúmenes totales de vehículos del grupo están en riesgo directo de posibles impuestos de importación estadunidenses, de acuerdo con los analistas.
Sin embargo, algunas marcas son más vulnerables. La marca Porsche está significativamente más expuesta, ya que EU representa aproximadamente una cuarta parte de sus ventas totales de automóviles, de los cuales todos se fabrican en Alemania. Audi tampoco fábrica ningún auto en EU.
Los aranceles estadunidenses también podrían afectar a la gigafactory (gigafábrica) de baterías de VW en Canadá, que el año pasado se comprometió a construir para abastecer los vehículos eléctricos que planea vender en América del Norte. La decisión se tomó después de que el grupo automotriz estimara que podrían surgir subsidios por un valor de 10 mil mdd de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) del presidente Joe Biden, que ahora enfrenta un futuro incierto.
Algunos ejecutivos de la industria automotriz se preguntan si el renovado esfuerzo de VW por ganarse a los consumidores estadunidenses podría enfrentar ahora otro triste final.
El exdirector de VW, que radica en EU, puso en duda la estrategia de su antigua empresa en materia de vehículos eléctricos. “No solamente es Trump el que habla en contra de las futuras ventas de los autos eléctricos, es el sentimiento de la gente que lo eligió”, dijo.
Información adicional de Claire Bushey
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