Donald Trump volverá a imponer aranceles sobre las importaciones de acero y aluminio procedentes de Brasil y Argentina tras acusarlos de una “enorme devaluación” de sus monedas que perjudica a los agricultores estadunidenses.
El año pasado Trump anunció originalmente el arancel de 25 por ciento sobre los metales por motivos de la seguridad nacional, pero luego eximió a algunos aliados de EU tras las acciones de cabildeo por parte de los defensores de libre comercio en el Capitolio.
Aunque el presidente estadunidense siguió adelante con los gravámenes contra algunos socios comerciales como la Unión Europea, los aplicó y después los retiró contra Canadá y México. También elevó y luego los redujo de nuevo contra Turquía.
Argentina y Brasil inicialmente fueron protegidos contra los aranceles junto con Australia y Corea del Sur, pero el anuncio del lunes que hizo Trump en Twitter, de los que después no presentó detalles la Casa Blanca, indican que las dos economías latinoamericanas en dificultades se van a volver a establecer como blancos.
La medida aumenta marcadamente las tensiones comerciales con las dos grandes economías ya que intensificaron sus vínculos con China. También recalca la continua disposición de Trump a utilizar los aranceles sobre los metales como una herramienta de negociación, a pesar de que originalmente se introdujeron sobre la base de seguridad nacional.
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Los dos países latinoamericanos han visto que se derrumba el valor de sus monedas en los últimos dos años en medio de crisis políticas internas. La semana pasada el real brasileño se desplomó a un mínimo histórico en su paridad con el dólar y registra una caída de casi 10 por ciento este año después de una serie de recortes a las tasas de interés, el aumento de las tensiones políticas y una debilidad más general en los mercados emergentes.
Los aranceles sobre los metales han sido una de las políticas características del presidente de EU. El uso que le da a los gravámenes sobre la base de seguridad nacional —bajo la sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962— es impugnada en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y también se enfrenta a impugnaciones legales bajo la ley estadunidense.
Aunque los precios del acero en EU subieron después de que se anunciaron inicialmente los aranceles el año pasado, desde entonces han dado marcha atrás. Varios productores estadunidenses de acero se vieron obligados a reducir su capacidad y comenzar a despedir trabajadores.
La medida que lleva a cabo Trump será un golpe embarazoso para el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien ubicó en el centro de su agenda política e internacional mejorar las relaciones con Estados Unidos, incluyendo vínculos comerciales mucho más estrechos.
El ministro de Finanzas de Brasil, al parecer, le dio la bienvenida a la caída del valor de la moneda la semana pasada. “No me preocupa el alto precio del dólar”, dijo Paulo Guedes. “Por el contrario, creo que es absolutamente comprensible”.
El lunes, Bolsonaro mencionó que podría hablar con el presidente de EU después de consultar con Guedes . “Tengo un canal abierto con Trump”, dijo. El presidente brasileño ha dicho que le gustaría ver una moneda más fuerte, pero que “no es simplemente una cuestión de problemas internos”.
Entre enero y octubre de este año, Brasil exportó 2 mil 200 mdd de hierro y acero a EU, más de 9 por ciento de su total de exportaciones a ese país.
En Argentina, el peso perdió casi 60 por ciento de su valor en su paridad con el dólar en 2019, ya que se impusieron controles de capital y se sacudieron los mercados por el resurgimiento de las políticas populistas y la carga de deuda del país.
Las exportaciones de acero y aluminio de Argentina representan alrededor de 3 por ciento de su total de exportaciones, las cuales están dominadas por materias primas agrícolas. Después de Brasil y China, Estados Unidos es el tercer mayor socio comercial de Argentina.
Los exportadores agrícolas de Brasil y Argentina también se aprovechan de la guerra comercial entre EU y China al arrebatar participación de mercado de los agricultores estadunidenses, quienes enfrentan impuestos de represalia por parte de Beijing sobre productos como la soya.
El anuncio se produce apenas una semana antes de que Mauricio Macri, el presidente de Argentina quien fortaleció los vínculos con EU y buscó abrir la economía de Argentina durante su mandato de cuatro años, entregue el poder al político de izquierda Alberto Fernández el 10 de diciembre.
Funcionarios de Argentina dijeron el año pasado que la relación personal cercana de Macri con Trump ayudó a asegurar la protección de los aranceles. Se considera que las relaciones de Argentina con EU se van a deteriorar bajo la nueva administración peronista proteccionista.
El lunes, Trump también repitió su llamado para que la Reserva Federal de EU debilite el dólar para impulsar la economía de EU. “La Reserva Federal debería actuar de la misma manera para que otros países, de los cuales hay muchos, ya no se aprovechen de la fortaleza de nuestro dólar y al devaluar más sus monedas. Esto hace que sea más difícil para nuestras fábricas y agricultores exportar sus productos de manera justa”, tuiteó.
Alacero refuta las razones del golpe
La Alacero se dijo sorprendida por la decisión del presidente de Estados Unidos a imponer aranceles al acero y aluminio procedente de Brasil y Argentina y refutó las razones de la Casa Blanca . “La manipulación de los aranceles y tarifas sobre productos básicos importantes para las economías de los países socios, en un intento de solucionar problemas que están claramente fuera del tema original del debate, es un precepto equivocado contra la posibilidad de llegar a acuerdos conjuntos como países que han colaborado muy de cerca anteriormente”, manifestó en un comunicado.
Perplejidad en los países afectados
El Instituto Aço Brasil, que representa a las siderúrgicas de ese país, expresó su “perplejidad” y aseguró que no hay “ninguna iniciativa del gobierno en el sentido de desvalorizar artificialmente al real”.
La moneda brasileña se depreció un 5% desde inicios de noviembre frente al dólar, batiendo sucesivos mínimos históricos.
En Buenos Aires, el presidente de la Unión Industrial Argentina, José Urtubey, dijo que esto “obviamente” tiene consecuencias negativas ante “la falta de competitividad” de Argentina.
Al regresar a su presión habitual para que se reduzcan las tasas de interés, el presidente agregó “¡Tasas más bajas y flexibles, Fed!”.
Con información de Philip Georgiadis Bryan Harris y Benedict Mander