Europa tendrá que intensificar su respuesta a la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por su sigla en inglés) de Washington, ya que el programa estadunidense para financiar la transición industrial ecológica será más grande de lo esperado, advirtió el responsable de Economía de Bruselas.
Paolo Gentiloni, comisionado de Economía de la Unión Europea, declaró a Financial Times que el bloque tiene suficiente dinero sobre la mesa para el futuro inmediato gracias a programas como el fondo de recuperación NextGenerationEU, dotado con 800 mil millones de euros y vigente hasta 2026.
Pero Bruselas tendrá que aumentar su capacidad financiera después de las elecciones del próximo año de la Unión Europea, advirtió Gentiloni, posiblemente a través de la idea propuesta de un Fondo Europeo de Soberanía que inyectará miles de millones a iniciativas industriales cruciales como las tecnologías verdes.
“Es una carrera global, y en ésta, el apoyo económico de los ciudadanos forma parte de la carrera; la regulación no es suficiente”, afirmó el comisionado europeo en una entrevista. “El factor de atracción de la IRA está aumentando”, advirtió.
Los programas de Estados Unidos, incluido la IRA, que el Congreso aprobó el verano pasado, ofrecen cientos de miles de millones de dólares en subsidios y créditos fiscales para nuevas inversiones en energías renovables y fabricación ecológica, incluidos vehículos eléctricos, proyectos de hidrógeno y baterías.
En respuesta, otros gobiernos se apresuran a elaborar sus propias políticas industriales ecológicas, prometiendo subsidios a la industria mientras aumenta la preocupación de que los incentivos que aplicará el gobierno estadunidense afecten al empleo en otros lugares.
Después de meses de debate, la Comisión Europea anunció en junio pasado la Plataforma de Tecnologías Estratégicas para Europa (STEP, por su sigla en inglés), que asignará 10 mil millones de euros a programas de ciencia e innovación en los próximos años para “estimular las inversiones en tecnologías críticas”.
Sin embargo, los Estados miembros se muestran tibios a la hora de contribuir a la plataforma, que forma parte de una polémica revisión de mitad de periodo del presupuesto septenal de la Unión Europea y es una fracción del tamaño del programa antiinflación que lanzó el gobierno de Estados Unidos.
La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por su sigla en inglés) calculó inicialmente que la IRA podía tener un costo de 391 mil millones de dólares; sin embargo, Goldman Sachs estimó que al final esta cifra puede ascender a más de un billón de dólares, dado que incluía créditos fiscales sin límites.
Gentiloni señaló que si el programa estadunidense alcanza a tener esa magnitud, la Unión Europea tendrá que dar una respuesta más contundente.
El programa STEP propuesto por la Comisión Europea debe considerarse un punto de partida, dijo Gentiloni, ya que el fondo de recuperación de la Unión Europea solo tiene vigencia hasta 2026. “Necesitamos crear las condiciones para tener algo más sustancial”, indicó.
Esto es particularmente importante, indicó el comisionado europeo de Economía, debido a la necesidad de contrarrestar los argumentos políticos que indican que la Unión Europea está sufriendo por ser pionera en cuestiones ambientales.
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Sin embargo, ante la inminencia de las elecciones europeas que se celebrarán el próximo año en la región, es demasiado tarde para intentar sacar adelante una iniciativa de este tipo, sobre todo al tener en cuenta el dinero que se encuentra disponible de NextGenerationEU y que además la Unión Europea está enfocada en acordar más apoyo presupuestario para Ucrania.
El argumento político no debe centrarse en advertencias de que “el planeta morirá”, dijo Paolo Gentiloni, sino en que los hogares van a prosperar con las inversiones verdes.
“Tu familia tendrá ventajas, tus hijos encontrarán mejores empleos y si llegamos tarde, los mejores puesto de trabajo los ocuparán otros”, añadió el comisionado de Economía de la Unión Europea.
Por tanto, “ya es hora de reflexionar (sobre) más herramientas después de 2026”, dijo Gentiloni, socialdemócrata y ex primer ministro italiano.
La actual comisión de Economía de la región entró en funciones en 2019 y su mandato termina el próximo año.
Gentiloni habló después de la reunión de ministros de Finanzas en Bruselas, en la que se debatieron planes para revisar las normas fiscales de la Unión Europea. El proyecto de ley presentado por el responsable de Economía para la eurozona en abril introducirá profundas reformas en el laberíntico Pacto de Estabilidad y Crecimiento, al otorgar a los Estados miembros un mayor control y responsabilidad sobre sus planes nacionales de reducción de la deuda.
Alemania, por su parte, encabezó la petición de que se introduzcan en el marco requisitos mínimos de reducción de la deuda más estrictos.
Gentiloni defendió la propuesta legislativa de la Comisión, pero dijo que no es “intocable”.
Si se aumentan las “salvaguardias” numéricas que garantizan la reducción de deuda, como exigen Berlín y otros, será necesario contrarrestarlo con un aumento del “espacio fiscal para la inversión” dentro de las nuevas reglas, advirtió Gentiloni.
“Se puede mejorar… pero es muy importante no perder el equilibrio”, indicó, y añadió que no es pesimista en cuanto a las perspectivas de las conversaciones sobre el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, a pesar de la caída del gobierno holandés y las inminentes elecciones que se celebrarán España, que actualmente ostenta la presidencia rotativa de la Unión Europea.
“Mi impresión es que hay muchas conversaciones, discusiones entre bastidores y que hay una actitud abierta por parte de todos”, dijo Gentiloni.