Uno de los mayores errores que cometió el presidente Donald Trump en los últimos años es tratar de ir por su cuenta en su guerra comercial y de tecnología con China.
Los europeos comparten muchas de las preocupaciones que tiene Estados Unidos (EU) sobre el estado de vigilancia chino, y los peligros que plantea para la competencia, la privacidad y la democracia liberal. El presidente estadounidense podría haber recurrido a Europa para formar una alianza que podría ejercer presión a China acerca de las antiguas quejas comerciales, así como la necesidad de un nuevo marco global sobre cómo se deben gobernar los negocios digitales.
En su lugar, la administración de Trump se enfrentó a todo el mundo, aplicando aranceles a enemigos y aliados por igual. El resultado fue la creación de un mundo tripolar en el que EU, Europa y China se mueven en direcciones digitales separadas.
Los eventos de las semanas pasadas subrayaron la fragmentación. Un tribunal europeo anuló el acuerdo de intercambio de datos del Privacy Shield (Escudo de Privacidad) entre EU y la Unión Europea, del que muchas empresas dependen para transferir información transfronteriza de forma segura, como los datos de nómina. El Reino Unido también decidió sacar a Huawei de sus redes de telecomunicaciones.
Pero eso no es todo. La Unión Europea también fue derrotada en sus esfuerzos por obligar a Apple a pagar 14,300 millones de euros en impuestos atrasados a Irlanda. Los regímenes fiscales nacionales separados son perfectamente legales. Pero también crean una carrera hasta el fondo que enfrenta a los países entre sí y permite a las empresas comprar el mejor trato. Es una tragedia tecnológica de los comunes. Esto es especialmente cierto ahora, cuando los gobiernos muy endeudados necesitan más ingresos fiscales para apoyar el gasto durante la pandemia.
Ella dice...Donald Trump se enfrentó a todo el mundo, el resultado fue la creación de un mundo tripolar en el que EU, Europa y China se mueven en direcciones digitales separadas.
EU y Europa también pelean sobre cómo gravar a las empresas que obtienen ganancias con los datos del consumidor. A medida que el mundo se mueve hacia una economía cada vez más intangible, la Unión Europea quiere un régimen que apunte a los grandes grupos de tecnología. Pero EU argumenta que otras multinacionales, como un fabricante de bolsos que también recopila datos personales de los clientes, también deberían pagar impuestos en EU, y amenazó con aplicar nuevos aranceles contra Francia.
Como los datos son un recurso que los grandes grupos de tecnología y otras multinacionales actualmente extraen gratuitamente, a ambas partes les interesa crear un marco impositivo compartido. El hecho de que Trump siga amenazando a Bruselas con varios aranceles hace que eso sea casi imposible.
Solo hay dos ganadores hasta ahora en esta guerra transatlántica. El primero son los grandes grupos de tecnología y otros grupos que extraen datos digitales, que continúan creciendo en riqueza y poder. El segundo es China, que está implementando sistemas de telecomunicaciones 5G a nivel mundial mucho más rápido que EU. Beijing ya atrajo a su órbita a decenas de naciones de mercados emer- gentes a través de su Iniciativa Belt and Road (Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda), otros programas y su posición influyente en la Unión Internacional de Telecomunicaciones de la ONU. y Europa para crear estándares y estrategias coherentes o de largo plazo sobre la gobernanza digital? Sin estos, es imposible predecir la alternativa liberal democrática de Occidente al modelo de vigilancia digital de China. “Sería de gran utilidad para los intereses de EU construir una alianza con Europa y otros países basada en los valores que consideramos importantes”, dice Victoria Espinel, directora de Business Software Alliance. Si Joe Biden gana la presidencia, es poco probable que cambie la dinámica básica del desacoplamiento tecnológico entre EU y China. En declaraciones recientes el candidato demócrata dejó en claro que quiere más innovación nacional,
¿Y quién puede culpar a estos países, dada la incapacidad de Estados Unidos y Europa para crear estándares y estrategias coherentes o de largo plazo sobre la gobernanza digital? Sin estos, es imposible predecir la alternativa liberal democrática de Occidente al modelo de vigilancia digital de China.
“Sería de gran utilidad para los intereses de EU construir una alianza con Europa y otros países basada en los valores que consideramos importantes”, dice Victoria Espinel, directora de Business Software Alliance.
Si Joe Biden gana la presidencia, es poco probable que cambie la dinámica básica del desacoplamiento tecnológico entre EU y China. En declaraciones recientes el candidato demócrata dejó en claro que quiere más innovación nacional, y también cadenas de suministro más seguras y más cortas.
Sin embargo, a diferencia de Trump, Biden enfatizó la necesidad de cooperar con los aliados de EU. La creación de un nuevo marco transatlántico de comercio y tecnología debería ser uno de sus principales objetivos. Mientras tanto, Angela Merkel, la canciller alemana, y Emmanuel Macron, el presidente francés, deberían elaborar una lista de lo que les gustaría que incluyera ese marco.
Si Biden se convierte en el próximo presidente de EU, también tendrá que gastar algo de buena voluntad para reparar el daño que Trump infligió en las relaciones transatlánticas. Un nuevo acuerdo podría incluir que se levanten los aranceles a cambio de desarrollar un marco compartido para la economía digital.
Este marco debería excluir a Huawei de China de los sistemas 5G y, en su lugar, debe basarse en Qualcomm, Nokia y Ericsson. Requeriría un acuerdo mutuo de privacidad digital entre la Unión Europea y Estados Unidos.
Llegar a un acuerdo sobre todas estas cuestiones sería muy difícil. Pero también garantizaría que Estados Unidos y Europa estén mejor situados para competir contra China en un mundo digital cada vez más fragmentado.
srgs