Farmacéuticas ganaron elogios por su cooperación contra el covid-19

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Pero se cierne un riesgo en su reputación por la suspensión de la vacuna de AstraZeneca en Europa.

Las farmacéuticas ganaron elogios por su cooperación contra el covid-19.
Brooke Masters
Ciudad de México /

A las compañías farmacéuticas nunca les ha ido tan bien. El rápido desarrollo de las vacunas contra el coronavirus (covid-19) convirtió a Pfizer y AstraZeneca en nombres muy conocidos, y toda la industria está ganando elogios por su cooperación. 

Pero la decisión de algunos gobiernos de suspender el uso de la vacuna Oxford/ AstraZeneca por temor a posibles coágulos de sangre muestra lo frágil que puede ser la confianza pública. Lo que ha sido un triunfo de las relaciones públicas podría, si se maneja mal, convertirse en una trampa para las farmacéuticas. 

La reputación de los grandes grupos farmacéuticos estuvo por los suelos durante años, después de una serie de escándalos relacionados con el fraude al Medicare, pagos indebidos a médicos y medicamentos a los que se hicieron pocas pruebas y que dañaron la salud. Recientemente, la epidemia de opioides y los altos precios de los medicamentos nuevos y viejos alienaron aún más al público. La presión política estaba aumentando en Estados Unidos (EU), su mercado más rentable. 

La pandemia cambió todo eso. Desde enero de 2020, la proporción del público de Estados Unidos que tiene una opinión positiva del sector casi se duplicó de 32 a 62 por ciento, la más alta desde que comenzó la encuesta en 2003, dice Rob Jekielek, director gerente de The Harris Poll. 

Se reveló que las compañías, antes consideradas como corporaciones anónimas y codiciosas, están llenas de científicos responsables y trabajadores. Rusia distribuyó vacunas que no fueron plenamente probadas, y los reguladores occidentales permitieron a los grupos farmacéuticos utilizar procedimientos de aprobación de “emergencia” más cortos. 

Sin embargo, las grandes compañías optaron por no tomar todos los atajos. En otoño pasado, los nueve mayores fabricantes acordaron no liberar las vacunas sin grandes ensayos clínicos. 

El director ejecutivo de Eli Lilly, David Ricks, dice que el sector tiene una “oportunidad única en una generación para restablecer” su reputación. Algunos de los peores problemas ya se abordaron: desde 2013, las compañías tienen que divulgar los pagos a los médicos estadunidenses y se publican más datos de los ensayos clínicos, aunque las bases de datos siguen estando incompletas. 

Algunas compañías incluso están aplicando la fuerza de las relaciones públicas para aumentar su comprensión. Pfizer le pagó a National Geographic para que ingresara a sus laboratorios y le diera seguimiento al proceso del desarrollo de la vacuna, lo que resultó en contenido en línea y un video que se transmitió la semana pasada en EU. La serie de videos en redes sociales de Johnson & Johnson sobre su búsqueda de una vacuna atrajo 90 millones de vistas en 100 países, y se tienen previstos más episodios. 

Ella dice...

“Sabemos que el mundo nos observa estrechamente... avanzaremos como industria una vez que la pandemia haya terminado”

Pero existen riesgos significativos para el sector si parece que tratan de sacar provecho de la buena voluntad. “Sabemos que el mundo nos observa estrechamente... avanzaremos como industria una vez que la pandemia haya terminado”, dice Stephen Ubl, presidente del grupo industrial estadunidense PhRMA. 

AstraZeneca insiste en que no hay evidencia de que su vacuna aumente el riesgo de coágulos sanguíneos, y el regulador de medicamentos de la Unión Europea menciona que los beneficios superan a los riesgos. Sin embargo, el furor es un presagio de problemas. Cualquier efecto secundario es aterrador porque involucra a personas sanas que se enferman. Sin embargo, debido a que estos son inevitables, muchos países tienen programas de compensación para las personas que resultan perjudicadas. 

El rápido desarrollo y despliegue de las vacunas contra el covid-19 significa que hubo menos posibilidad de encontrar y preparar al público para los efectos secundarios, y las suspensiones de las vacunas de AstraZeneca muestran la rapidez con la que puede cambiar la opinión. Aunque los grupos farmacéuticos solo se beneficiaron parcialmente de las reglas más flexibles, si los efectos secundarios de la vacuna resultan graves, el resultado final podría ser un escrutinio aún más estricto de los nuevos productos y costos. 

La industria tampoco puede decirle adiós a las quejas sobre los precios y el acceso. En todo caso, podrían empeorar si los fabricantes de vacunas parecen beneficiarse de la pandemia después de recibir el apoyo gubernamental. 

AstraZeneca y Johnson & Johnson prometieron no obtener utilidades con sus vacunas “durante la pandemia de covid”. Sin embargo, Pfizer dijo el mes pasado que esperaba vender 15 mil millones de dólares de su vacuna contra el covid este año, con márgenes de utilidades de más de 26 por ciento como porcentaje de los ingresos. La compañía señala que, según su estrategia de precios escalonados, los países de bajos ingresos pagan un precio sin fines de lucro. Pero el despliegue a los países más pobres ha sido lento. 

Si se considera que las compañías farmacéuticas favorecen a los que pueden pagar precios más altos, se reactivaría el debate sobre el precio de otros medicamentos. Los activistas estadunidenses ya comienzan a exigir una investigación antimonopolio sobre el aumento de los precios en el mercado de la insulina. 

“Ahora deberíamos mantener a las empresas farmacéuticas en un nivel más alto porque nos mostraron lo que pueden hacer”, dice Olivia Webb, analista de políticas de salud del American Economic Liberties Project.


​srgs

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