Larry Culp, director ejecutivo de General Electric, durante los últimos cuatro meses, tenía un sentido pragmático sobre qué esperar cuando informó los resultados del primer trimestre desde que asumió el mando. “La ausencia de nuevas noticias, esperamos, a fin de cuentas, es algo bueno”, dijo.
Después de 18 meses, durante los cuales GE perdió a dos directores ejecutivos, redujo dos veces su dividendos, tuvo que comprometer 15 mil millones de dólares (mdd) para cubrir los pasivos de seguros heredados y dio a conocer investigaciones que realizaban el Departamento de Justicia de EU y la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) sobre su contabilidad, un trimestre sin más sorpresas tiene que considerarse como un éxito.
Alguna vez la más grande de las empresas industriales de Estados Unidos, GE sufrió de un desplome extraordinario en los últimos años, arrastrada por el declive de una de sus operaciones principales tradicionales, las turbinas de gas para la generación de energía, y las consecuencias tóxicas de GE Capital, la división de servicios financieros que hasta 2015 proporcionó alrededor de la mitad de las utilidades del grupo. Para finales del año pasado, las especulaciones giraban en torno a que los pasivos de la compañía podrían ser mucho mayores que sus activos.
Para los estándares ortodoxos, los resultados de GE para el cuarto trimestre de 2018 fueron mixtos. Los ingresos, la generación de efectivo de las operaciones industriales, y la reducción de la deuda fueron mayores a las expectativas de los analistas, pero las ganancias fueron menores. La compañía solamente dio una directriz aproximada sobre sus perspectivas para el año, y dijo que el objetivo es ofrecer más detalles “pronto”.
Sin embargo, la falta de sorpresas desagradables ayudó a que las acciones subieran casi 12 por ciento el jueves para llegar a 10.16 dólares. Fue la primera vez que cierran por encima de 10 dólares por unidad desde octubre pasado, y marcaron un incremento de más de 50 por ciento desde el punto más bajo de 6.66 dólares en diciembre.
La deuda de GE también respondió positivamente. Los bonos perpetuos de la compañía subieron 3.6 por ciento, reduciendo el rendimiento a 12.4 por ciento, su nivel más bajo desde noviembre, aunque todavía muy por encima de su nivel de alrededor de 4.7 por ciento hace un año.
La reacción da una idea de la fuerza con que las opiniones acerca de GE en los últimos meses se moldearon por las preocupaciones sobre la confiabilidad de sus informes. Sobre la base de los números que informaron, la compañía debería poder colocarse en una posición financiera sólida con relativa facilidad. Pero después de la serie de conmociones que recibieron los inversores en los últimos dos años, es comprensible su cautela.
Culp reconoció que “sería imprudente de mi parte declarar después de cuatro meses que no hay nada que no sepamos”.
Incluso para el momento en que se retire, todavía habrá detalles de la compañía que no conocerá, le dijo al Financial Times. Pero si Culp puede mantener una “ausencia de nuevas noticias”, sugirieron varios analistas, los inversionistas podrían enfocarse en los aspectos más positivos.
Scott Davis, analista de Melius Research, argumentó que GE está “en vías de solucionar su problema de credibilidad”. Agregó: “Tal vez las ruedas están de nuevo en marcha”.
La comparación de los pasivos que informó GE con el valor de sus activos no sugiere una necesidad inminente de una recaudación de capital de emergencia. Culp dijo a los analistas en la conferencia del jueves para discutir los resultados, que reducir la deuda era una de sus dos principales prioridades, junto con arreglar la problemática división de equipos para la industria de electricidad, y la compañía parece tener muchos activos que puede vender para lograr ese objetivo.
La deuda bruta total del grupo a finales del año pasado fue de aproximadamente 113 mil mdd, más un déficit adicional de 21 mil millones de dólares en el fondo de pensiones después de impuestos. Pero 66 mil millones de esa suma son deudas en GE Capital, que se equiparan con activos como arrendamientos de aeronaves que fueron valorados en 79 mil mdd al cierre de año.
Objetivo de recaudación
La deuda neta de la operación industrial fue de 55 mil mdd, incluido el déficit de pensiones, y que se puede reducir mediante una serie de acuerdos planeados o en curso, incluida la fusión del negocio de equipamiento ferroviario con Wabtec, la venta de la participación de 50.4 por ciento en el grupo de servicios petroleros Baker Hughes, y la oferta pública inicial de una participación minoritaria en la división de salud y ciencias biológicas, que se espera para finales de año. GE estima que puede recaudar 30 mil mdd o más de esa manera.