El grupo de cabildeo más poderoso de la industria petrolera en Washington hizo un llamado para la introducción de un precio al carbono mientras intenta ejercer influencia sobre cómo la administración Biden logra sus ambiciosos objetivos climáticos.
El Instituto Americano del Petróleo (API, por su sigla en inglés) lanzó su peso para respaldar un enfoque “basado en el mercado y en toda la economía” para hacer frente al cambio climático. El precio al carbono implica imponer un costo a las emisiones de gases de efecto invernadero para animar a los contaminadores a reducirlas.
La decisión marca un cambio radical. El API luchó por hundir un proyecto de ley que habría introducido el precio a carbono bajo la administración Obama; sin embargo, muchos de sus miembros expresaron su apoyo a la política y la API cambió su postura para no quedar fuera de la conversación en Washington.
“Estamos tratando con la nueva administración Biden y sabemos que (el clima) es uno de los cuatro temas principales que van a seguir en su agenda de políticas”, dijo Mike Sommers, director ejecutivo de API, a Financial Times.
“Así que queremos establecer un debate sobre cuál es la forma apropiada de hacer esto de una manera que se base en el mercado, en lugar de las políticas que algunos están buscando, que son más de comando y control”, indicó.
La forma que adopta el precio al carbono puede variar, con opciones que van desde un un impuesto directo, que se cobra a las empresas por tonelada de carbono emitida, hasta un sistema de “cap-and-trade” (límites máximos y comercio), que establece una cantidad de derechos de emisión cada año que deben comprar y vender los emisores. La API aún no dice qué mecanismo va a respaldar ni qué nivel de precio admitirá.
Si bien el estado de California adoptó un sistema de límites máximos y comercio hace una década, los esfuerzos legislativos anteriores para promover uno a escala federal en Estados Unidos no han logrado ganar tracción en ninguno de los dos partidos.
Algunos demócratas presentan alternativas potencialmente más draconianas al precio del carbono. Frank Pallone, presidente del comité de energía y comercio de la Cámara de Representantes, dijo este mes que es “el momento de probar algo nuevo” cuando presentó un proyecto de ley que exigirá reducciones de emisiones por parte de los productores de energía en fechas establecidas.
Su nuevo apoyo a un precio del carbono fue solo una parte de una amplia revisión de las posiciones políticas de la API a medida que cambia su enfoque sobre el cambio climático para seguir en la mesa de negociaciones bajo un presidente que prometió una “transición” para alejarse del petróleo.
El grupo aceptó la necesidad de una regulación directa de las emisiones de metano, después de haber respaldó una decisión de la administración Trump de eliminar ese tipo de regulaciones. También pidió que se elaboren normas aplicables a toda la industria para reportar sobre las emisiones de “alcance uno” y “alcance dos”, refiriéndose a las emisiones de las operaciones de los productores y las de sus proveedores de energía.
La API quiere que la administración Biden establezca como prioridad el financiamiento de tecnologías como la captura de carbono, que permitirá a la industria desempeñar un papel en un mundo con bajas emisiones de carbono.