Una guía práctica sobre los cuellos de botella para el comercio global

A medida que sabemos cada vez más dónde y cómo se producen las cosas, será necesaria una conversación menos nacionalista y más cooperativista de cómo crear resiliencia en la cadena de suministro mundial

Washington puso en marcha una herramienta para elaborar mapas de abasto en sectores como acero, semiconductores y minerales críticos. SHUTTERSTOCK
Rana Foroohar
Nueva York /

Se ha hablado mucho del friendshoring desde que la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, utilizó la palabra por primera vez en 2022. Es una de las principales diferencias entre el enfoque de la administración Biden sobre el comercio y la resiliencia de la cadena de suministro y el de Trump. Pero ha sido difícil ir más allá de las palabras, en parte porque EU no ha tenido una imagen clara y granular de su propia capacidad en sectores industriales clave, por no hablar de la de sus amigos.

Esto empieza a cambiar. El año pasado, el Departamento de Comercio puso en marcha un Centro de la Cadena de Suministro, para trabajar con socios del sector privado en la elaboración de mapas de abastecimiento. Ahora empieza a hacer pruebas, discretamente, de una herramienta de exposición de la cadena de suministro que analiza los datos comerciales y aduaneros de EU y muchos de sus aliados para crear una imagen detallada de los riesgos y las oportunidades.

La idea es determinar qué tan saludables (o no) son realmente estos países en lo que respecta a las cadenas de suministro en una variedad de sectores, como semiconductores, minerales críticos, electrónica de consumo, etcétera. ¿Con qué rapidez se podrán reemplazar a los insumos críticos de los aliados en caso de una guerra, pandemia o desastre natural? ¿Cuánto depende de otros de una sola nación, como China o Rusia?

“Queríamos crear un panorama operativo común y un conjunto compartido de hechos para las discusiones sobre la cadena de suministro con aliados en Europa o países que forman parte del Marco Económico del Indo-Pacífico (IPEF), dijo el subsecretario de Comercio para la Industria y el Análisis, Grant Harris, quien creó el nuevo centro. “Nuestra base de referencia para esas discusiones con demasiada frecuencia habían sido: 'todos debemos hacer más', y luego las cosas se estancaban porque no teníamos los datos para una conversación más detallada”.

Parece una obviedad, pero como alguien preocupado por las cadenas de suministro desde el colapso de la fábrica Rana Plaza en Bangladesh en 2013, este es el esfuerzo más granular del gobierno de EU que he visto hasta ahora para hacer un mapa de los cuellos de botella globales en una amplia gama de sectores comerciales. (Haría una advertencia al señalar que los departamentos de defensa y energía tienen sus propios esfuerzos dirigidos a sus áreas específicas de interés). De acuerdo con varios expertos en cadenas de suministro con los que hablé, ninguna otra nación —aparte de China— está haciendo más en términos de un mapeo transfronterizo de ese tipo.

El informe de 100 días de la Casa Blanca de Biden sobre las cadenas de suministro sí destacó áreas generales de vulnerabilidad para la Unión Europea, como chips, minerales críticos y productos farmacéuticos. Y el objetivo de gran parte de la legislación posterior de la administración, sobre toda la Ley de Chips y Ciencia, es amortiguarlos, pero eso no es lo mismo que ver áreas específicas de vulnerabilidad en varios niveles de la escala.

La herramienta de comercio puede mostrar rápidamente a un usuario que, por ejemplo, si bien las naciones de la IPEF en su conjunto pueden tener una participación de mercado aparentemente segura de 33 por ciento de un componente electrónico crucial, en realidad la mayor parte de esa La cifra proviene de un solo país que importa la mayoría de sus insumos de China.

Por supuesto, hay límites a lo que se puede ver en tiempo real utilizando categorías amplias de datos comerciales, algunos de los cuales no se han actualizado desde hace décadas. Tanto los funcionarios de comercio como los expertos en la cadena de suministro también dirán que es imposible crear un mapa de 360 grados, incluso en los sectores más críticos, en parte porque las empresas (todavía) no están obligadas a entregar información privilegiada, como sus facturas de materiales, que muestran todos los insumos de los productos.

“Si entras en Home Depot y preguntas qué porcentaje de todo esto proviene de China, la respuesta es ‘mucho’”, dijo Willy Shih, profesor de la Escuela de Negocios de Harvard que desde hace décadas estudia las cadenas de suministro globales. “¿Quién sabía que todos los clavos para tejados que se utilizan son de proveedores de las afueras de Pekín?”.

Por supuesto, a los funcionarios estadunidenses les preocupan mucho menos los clavos para tejados que el acero eléctrico o la infraestructura de banda ancha. Pero la idea detrás de la nueva herramienta es comenzar a trazar los principales centros de riesgo para que las conversaciones con los socios comerciales puedan volverse más estratégicas y efectivas. ¿Se podría reemplazar con la oferta australiana esa gran porción de mineral de antimonio (necesaria para las aleaciones de baterías) que satisface la demanda mundial? ¿Se podrán conseguir en Países Bajos más componentes para portátiles?

Shih y otros, como Christopher Gopal, experto en cadenas de suministro que forma parte del Departamento de Defensa, ven valor en la elaboración del mapa de riesgos. Pero también señalan que, en última instancia, se necesitarán señales de demanda reales para crear cambios sostenibles a largo plazo en las cadenas de suministro globales. Saber dónde está la oferta es una cosa; hacer que sea económicamente viable producir cosas en los países ricos es otra.

Ahí es donde el friendshoring puede ayudar. Uno puede imaginar una asociación en vehículos eléctricos o tecnología limpia que implicará obtener minerales críticos en Australia, aprovechar la capacidad de producción japonesa y utilizar el poder del mercado de consumo de EU para crear un producto viable que pueda competir en el mercado mundial.

A medida que se sepa cada vez más sobre dónde y cómo se producen las cosas, será posible una conversación menos nacionalista y más de cooperación sobre cómo crear resiliencia en la cadena de suministro global. Es un objetivo que tiene atractivo bipartidista en EU, donde la Ley de Promoción de Cadenas de Suministro Resilientes, cuyo objetivo es codificar la elaboración de los mapas de riesgos, fue aprobada por unanimidad en la Cámara hace un par de semanas. Al parecer, deshacernos de los cuellos de botella es algo en lo que todos podemos estar de acuerdo.

Financial Times Limited. Declaimer 2021

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