Hyundai Motor dice que necesita que sus rivales compren su sistema de celdas de combustible de hidrógeno para estimular la adopción global de la tecnología y ayudarla a alcanzar una escala comercial, ya que la compañía de Corea del Sur se convierte en el último grupo en reformar su modelo de negocios para sobrevivir a los rápidos cambios en el sector automotriz.
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El quinto grupo automotriz más grande del mundo por ventas tiene la intención de gastar 7.6 billones de wones (6 mil 700 millones de dólares) en 10 años para desarrollar la tecnología, la cual espera que llegue a ser más popular que la eléctrica para reemplazar los vehículos de gasolina y diésel.
“Si no trabajamos activamente en el mercado global, vamos a depender de las ventas de automóviles de nuestras propias empresas. En la actualidad tal vez sea competitivo, pero en el futuro no podemos crecer”, dijo Sae Hoon Kim, jefe de la división de celdas de combustible de Hyundai, al Financial Times.
El movimiento para suministrar tecnología a los competidores se produce cuando las automotrices buscan diferentes modelos de negocios para acelerar la adopción masiva de combustibles más limpios e impulsar la inversión en nuevas cadenas de suministro.
Los vehículos eléctricos que se cargan con batería y los automóviles que se alimentan por celdas de combustible de hidrógeno son actualmente una fracción del mercado general. Sin embargo, algunos grupos automotrices esperan que lo eléctrico domine en las siguientes dos décadas.
Volkswagen, el grupo automotriz más grande por ventas, inyecta miles de millones de dólares al modelo eléctrico. Acordó en otorgar licencias de la tecnología de su vehículo eléctrico como parte de una apuesta para dominar el mercado de vehículos que se alimentan con batería.
Algunas figuras de la industria dicen que las personas que viajan distancias más cortas en automóviles podrían preferir las baterías eléctricas, mientras que el transporte comercial podría adaptarse mejor al rango más largo de recorrido y al reabastecimiento más rápido de combustible del hidrógeno.
Hyundai, que durante años ha sido criticado por actuar lento en la búsqueda de nuevas tecnologías, también invierte miles de millones de dólares en vehículos eléctricos.
Pero la falta de infraestructura en el mercado de celdas de combustible de hidrógeno hizo que sea más fuerte la necesidad de colaboración entre los competidores tradicionales, dijo Kim.
Toyota Motor de Japón también comparte su tecnología en vehículos híbridos y patentes de celdas de combustible con compañías chinas en un movimiento para impulsar el crecimiento.
Sin embargo, Hyundai va más lejos, al vender todo su sistema de celdas de combustible en lugar de otorgar licencias de su tecnología.
“La concesión de licencias será difícil ya que hay demasiados subcomponentes dentro de la pila y el sistema, los cuales se deben controlar con precisión durante el proceso de producción”, dijo Kim.
Lee Hang-koo, un investigador del Instituto de Economía Industrial y Comercio de Corea, advirtió que la transformación a largo plazo para la segunda compañía más grande de Corea del Sur “no será fácil”.
“La estrategia parece correcta, pero la clave es cuánto interés mostrarán los grupos automotrices globales en la tecnología de hidrógeno y si se podrá desarrollar a tiempo la infraestructura relacionada”, dijo.
Los analistas también desconfían de los planes de la industria más general para comercializar la tecnología del hidrógeno.
Kim Pil-soo, profesor de ingeniería automotriz en la Universidad Daelim, dijo que Hyundai, Toyota y Honda, como los primeros que incursionan a los motores del hidrógeno, obtienen una ventaja tecnológica, pero “que les tomará mucho tiempo ganar dinero”.
Las coreanas, “tontas”: Musk
Los críticos también señalan el alto costo y las débiles ventas iniciales de los primeros modelos comerciales de hidrógeno. Elon Musk, director ejecutivo del pionero de Tesla, el pionero de los autos eléctricos, le dio el apodo de “fool cells” (células tontas) a la tecnología rival.
Un grupo de la industria estimó en 2017 que para desarrollar el mercado para 2030 se necesitarían inversiones por 280 mil millones de dólares, incluyendo 110 mil millones de dólares en producción de hidrógeno y 80 mil millones de dólares en almacenamiento, transporte y distribución.
MRA