Irán veta minería de bitcoines por causar apagones de horas

El presidente Hasán Rohaní ordena medidas drásticas al tiempo que el despegue de las criptomonedas provoca cortes de electricidad en todo el país

El mandatario declara la extracción un “trabajo ilegal”. AFP
Najmeh Bozorgmehr
Teherán /

Irán prohibió minar criptomonedas durante cuatro meses, ya que la industria que requiere un uso intensivo de energía provocó cortes de electricidad en todo el país.

En las últimas semanas, empresas y hogares en todo Irán experimentaron apagones hasta por seis horas al día. Los apagones continuos les costaron a los ajedrecistas iraníes su partido en un campeonato asiático en línea.

“Todos están encontrando un rincón para minar bitcóins y criptomonedas”, dijo el presidente Hassan Rouhani. “Quien haga esto a partir de hoy está haciendo un trabajo ilegal, incluso aquellos a los que se les permitió (minar bitcóins) ya no pueden hacerlo hasta que dejemos atrás este problema (de los cortes de electricidad)”.

La economía de Irán resultó muy afectada por la decisión de Donald Trump de retirar unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear que Teherán firmó con las potencias mundiales e imponer sanciones devastadoras. La demanda de monedas digitales en Irán aumentó en los últimos meses, ya que las personas intentan proteger sus ahorros contra una tasa de inflación anual de 46.9 por ciento, el hundimiento del mercado de valores y precios de viviendas estancados.

Rouhani ordenó ayer a los ministerios de Industria, Telecomunicaciones, Energía y del Interior que tomen medidas drásticas contra las criptomonedas. Dijo que el consumo de electricidad registró un aumento de 20 por ciento durante el año pasado, aunque no aclaró cuánto de esto fue causado por las divisas digitales. Esta es la segunda vez que Irán trata de tomar medidas enérgicas contra estas monedas.

La actividad de minar criptomonedas despegó en Irán en parte a la disponibilidad de electricidad con un alto nivel de subsidio para lo que es una industria con un uso intensivo de energía. Las importaciones pueden, en teoría, pagarse con bitcóins, pero las sanciones de Estados Unidos prohíben cualquier transacción bancaria con Irán y la tecnología blockchain registra los detalles de la transacción, lo que dificulta que los comerciantes iraníes usen criptomonedas para eludir las sanciones.

“No hemos podido establecer conexiones con mercados de intercambio de divisas digitales confiables debido a las sanciones y nuestra poca experiencia”, señaló un empresario cercano al régimen.

En 2018, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos identificó dos direcciones de moneda digital y las asoció con dos personas ubicadas en Irán que supuestamente ayudaron a intercambiar pagos de rescate de bitcóins por riales iraníes. El Tesoro se comprometió a “perseguir a Irán y otros regímenes parias que intentan explotar las monedas digitales”.

A pesar de esto, los inversionistas extranjeros, incluido China, invirtieron en la actividad de minar criptomonedas en Irán. Se estima que una operación dirigida por chinos en Rafsanjan, en el sur de Irán, es la más grande del país.

Compañías polacas, indias y turcas también recibieron permiso para minar bitcóins en Irán, dijo Majid-Reza Hariri, director de la Cámara de Comercio Irán-China, a las agencias locales de noticias el martes.

Los analistas están divididos sobre si la actividad de minar bitcóins es en verdad la responsable de los cortes de electricidad. La extracción de bitcóin, incluidas las operaciones ilegales, representa menos de 10 por ciento de la producción de electricidad del país. También culpan a la grave sequía de este año por los apagones.

Tampoco está claro qué tan fácil será hacer cumplir las restricciones. La semana pasada, el Ministerio de Energía intentó cerrar una operación, pero fueron recibidos con disparos.

Mientras tanto, la demanda sigue siendo alta. “Mi amiga vendió su apartamento el año pasado y compró bitcóins, lo que hizo que su dinero se multiplicara durante un año. Creo que yo también debería correr el riesgo”, indicó Anousheh, un empleado de 35 años de una compañía editorial.

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