Toshiba le da vuelta a la página a un capítulo doloroso. Un grupo encabezado por la compañía local de compras, Japan Industrial Partners, planea privatizar el conglomerado de 147 años de antigüedad. El consorcio lanzó el martes una oferta pública de adquisición de 14 mil millones de dólares (mdd).
La oferta, que le da una valoración al fabricante de productos, que van desde artículos electrónicos hasta productos para centrales eléctricas, en 14 mil mdd, sería ligeramente superior a su valor de mercado de 13 mil mdd del lunes. Esto indica que la operación saldrá adelante.
En febrero, cuando Toshiba recibió por primera vez una propuesta de compra del consorcio, el precio era muy inferior al valor de mercado de Toshiba, para que los accionistas lo tomaran en serio.
Los socios de Toshiba han sufrido una sucesión de ocho años de batallas activistas y escándalos contables, rechazando anteriores ofertas de compra.
La compañía tiene seis negocios principales. En teoría, tres de ellos han tenido un valor superior al valor de mercado del grupo durante años: infraestructuras, sistemas de energía y una participación de 40 por ciento del fabricante de chips Kioxia.
Muchas cosas cambiaron. La oferta del consorcio, alguna vez ridícula, ahora parece convincente. Las acciones cayeron una quinta parte desde el máximo del año pasado. El interés de compra disminuye. Hay pocas esperanzas de una oferta más alta, ya que los ingresos se debilitan.
Además, la valoración de la participación en Kioxia también está en peligro. Kioxia fabrica chips de memoria, incluidos chips flash Nand. Resultó muy golpeada por la persistente caída de la demanda de estos productos. Las ventas mundiales de flash Nand se desplomaron 45 por ciento en el último trimestre de 2022. Y continúa la caída.
Un exceso de oferta intensificó las pérdidas. Los clientes están agotando sus inventarios, lo que provoca depreciaciones de las existencias no vendidas de los fabricantes mundiales. Se esperan nuevas caídas de precios.
Los accionistas de Toshiba desde hace mucho tiempo, incluidos los activistas extranjeros que adquirieron participaciones en 2017, habrán duplicado aproximadamente su inversión. No es la espectacular rentabilidad que se esperaba dado el gran descuento del conglomerado. Toshiba actualmente se ubica en solo 0.6 veces.
Sin embargo, la compra pondrá fin a la serie de planes de cambio de rumbo con sus promesas vacías de alejarse de sus negocios tradicionales. Japón tenía la esperanza de que los activistas extranjeros ayudaran a revivir sus viejos caballos de batalla empresariales. La saga de Toshiba demostró lo difícil que puede ser.
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