Durante casi tres décadas, los medios y los políticos se obsesionaron con la cuestión de quién sucedería a Rupert Murdoch, la persona más poderosa en el mundo en el sector de la información.
Murdoch puso en marcha las especulaciones en 1994, cuando una revista de negocios australiana le preguntó por la sucesión: “Espero hacerlo dentro de unos 30 años”, dijo entonces.
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“Observaré a mis hijos en los próximos 10 años, si todos tienen éxito o están interesados, comenzarán a ocupar puestos de responsabilidad”, dijo a Business Review Weekly, de hecho desafiando a los cuatro hijos que tenía entonces —Prudence, Elisabeth, Lachlan y James— a competir por el puesto.
En un tiempo increíblemente cercano a esa predicción, la semana pasada Murdoch pareció resolver el psicodrama de una vez por todas. Declaró que, a sus 92 años, dejaba de presidir sus dos empresas,Fox y News Corp, y cedía el poder —al menos oficialmente— a su hijo mayor, Lachlan.
Esta medida pone fin a una era de décadas, en la que el multimillonario ejerció una influencia singular sobre los medios de comunicación y la política en tres continentes. Desde Margaret Thatcher hasta Donald Trump han buscado la aprobación de las propiedades de Murdoch, como The Sun, The Australian y Fox News, el canal de noticias por cable más visto de Estados Unidos (EU).
Geordie Greig, editor en jefe de The Independent, declaró que con el retiro de Murdoch “se ha puesto el sol para el magnate de los medios de comunicación”.
“(Su) influencia y alcance han sido insuperables en los últimos 100 años”, dijo Greig, que trabajó para Murdoch en las décadas de 1980 y 1990. “Inspiraba admiración y aversión, pero nadie dudaba de que era la fuerza más influyente y potente en los medios”.
Personas familiarizadas con la sucesión dicen que Murdoch no tomó la decisión como reacción a ningún acontecimiento en particular. Según una de estas personas, Rupert se encontraba en los estudios de Fox en Los Ángeles, y el jueves comunicó a su personal que se encontraba en un “buen estado de salud”.
“Él iba a tomar esta decisión cuando estuviera listo y según su propio programa”, dice Natalie Ravitz, exjefa de personal de Murdoch.
“Mientras respire, estará al mando”
Varias personas dudaban de que Murdoch fuera a ceder realmente el control. Andrew Neil, antiguo editor del Sunday Times, dice: “Está involucrado en todo. Hay que tener en cuenta que conservó un título (como presidente emérito). No podrá contenerse”.
Una persona de alto nivel de News Corp lo dijo claramente: “Mientras respire, estará al mando”. Pero otros, que trabajaron estrechamente con Murdoch, dijeron que su cambio de puesto marca un hito y un reconocimiento de que las presiones de la edad lo alcanzaron.
El anuncio “significa que lo reconoce”, dice un excolaborador. “Rupert siempre ha tenido las cosas claras. Si alguien tuviera que darse cuenta de que necesita apartarse, sería él”.
Desde el punto de vista operativo, no se esperan grandes cambios. Robert Thomson seguirá dirigiendo News Corp y Lachlan presidirá Fox. Rupert seguirá asesorando. Sin embargo, desde el punto de vista simbólico, el movimiento dejó muy claros los deseos de Murdoch: eligió a Lachlan como su sucesor. “Es un gran momento para pasar la antorcha”, dice David Yelland, antiguo editor de The Sun.
El conflicto familiar
Aun así, queda una cuestión pendiente: cuando Rupert muera y sus hijos tomen el control del fideicomiso familiar de los Murdoch, ¿los hermanos de Lachlan lo dejarán dirigir el show?
El fideicomiso controla aproximadamente 40 por ciento de las acciones con derecho a voto, tanto de Fox como de News Corp. Cuando la siguiente generación tome el relevo, el poder de determinar la posición del fideicomiso se repartirá a partes iguales entre Lachlan, James, Elisabeth y Prudence. (Las hijas menores de Murdoch, Grace y Chloe, no tienen voto).
Esto crea un tablero de ajedrez de resultados dependiendo de las alianzas entre los Murdoch más jóvenes, que a lo largo de los años han cambiado en repetidas ocasiones, junto con su situación con su padre.
Lachlan abandonó la compañía en 2005, luego de pelearse con su padre, pero regresó de su exilio en Australia 10 años después, conduciendo una camioneta hasta las instalaciones de Fox. Poco después, Lachlan volvió a ser presunto heredero cuando Rupert dividió su imperio y lo nombró director ejecutivo de Fox.
Elisabeth ha dejado y regresado al negocio familiar varias veces. Prudence, la hija mayor, mantiene un perfil bajo, aunque su esposo trabajaba para News Corp.
James, desdeñoso después de haber sido ignorado para la sucesión, está distanciado de su hermano y les ha dicho a sus amigos que está decidido a reorientar el negocio políticamente, con o sin Lachlan. Los representantes de Elisabeth y James no quisieron hacer comentarios.
Un negocio reducido
Los hijos heredarán un imperio mucho más pequeño que en su apogeo. La venta de la mayor parte de 21st Century Fox a Disney por 71 mil millones de dólares (mdd), que realizó Murdoch en el pico del mercado de medios en 2017, fue un golpe maestro financiero, pero dejó sus participación más pequeñas. Aun así, las propiedades que le quedan, desde el Wall Street Journal hasta HarperCollins, la editorial de libros, garantizan que su influencia se mantenga intacta.
Los analistas cuestionan si Lachlan está a la altura para dirigir el imperio. Alguien cercano a la familia dice que se trata de una “prueba significativa para Lachlan”.
“El jurado está deliberando sobre si podrá dar un paso al frente para dirigir a todo el grupo y administrar Fox en el periodo previo al año electoral”, dice esta persona. Señaló una frase del programa Succession de HBO, cuando el patriarca, Logan Roy, les dice a sus hijos: “Los amo, pero no son personas serias”.
“¿Lachlan es serio?” preguntó: “Lo vamos a averiguar rápidamente”.
A Fox le ha ido mejor que a sus pares, como Disney y Warner Bros, cuyas acciones redujeron de valor a la mitad desde los puntos máximos de la pandemia. Si bien los grandes grupos de Hollywood pierden miles de mi- llones de dólares al año en su impulso por el streaming, la venta que realizó Murdoch de la mayoría de sus activos de cine y televisión en 2017, dejó una empresa reconvertida que se enfoca en deportes y noticias.
Los ingresos de Fox aumentaron de 11 mil mdd en 2019 a 14 mil mdd en 2022, a pesar del contexto de agitación en el sector de medios.
Con todo y esas fortalezas, los Murdoch sufrieron una serie de reveses este año, incluidos dos acuerdos fallidos y una factura de casi 800 mdd para detener un juicio judicial sobre el papel de Fox en las teorías de conspiración en las elecciones de EU de 2020.
“Los titulares han sido desastrosos para Lachlan”, dice Paddy Manning, su biógrafo. Sin embargo, añade, “al final del día, pueden darse el lujo de pagar más de mil mdd por un caso de difamación, si su liderazgo en la (TV) por cable está intacto. Y lo está”.
Claire Enders, analista de medios, calcula que Rupert creó 150,000 mdd de riqueza desde que heredó el periódico en 1950.
Sin embargo, dice que su autoridad resultó afectada en los últimos años. El fracaso de este año en la fusión de Fox y News Corp “demostró que ya no tiene control total sobre los accionistas”, dice. “El enorme pago a Dominion también hizo que su posición disminuyera”.
Las personas cercanas a Rupert Murdoch dicen que se mantiene activo, visitando regularmente las instalaciones de Fox y llamando a los editores cuando ve algo que no le gusta.
En una nota dirigida al personal de Fox, Murdoch indicó que su nuevo título de emérito no cambiaría esto. Seguirá observando su producción “con ojo crítico”, dijo, y seguirá “tendiendo la mano con sus pensamientos”.
“Cuando visite sus países y empresas, pueden esperar verme en la oficina un viernes a última hora de la tarde”, prometió.
Con información de Euan Healy.
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