Jeff Bezos, el fundador de Amazon convertido en empresario espacial privado y filántropo, llegó a los tramos más bajos del espacio sobre el desierto del oeste de Texas, cumpliendo un sueño de la infancia y poniendo fin a una larga serie de retrasos para su compañía espacial.
El hombre más rico del mundo y otros tres fueron propulsados a una altura de 107 kilómetros, 7 kilómetros por encima del límite del espacio reconocido internacionalmente, en un cohete de 60 pies (aproximadamente 18.28 metros) construido por Blue Origin.
Experimentaron cerca de tres minutos de ingravidez y vistas de la Tierra a través de portillas gigantes que la firma llamó las “ventanas más grandes del espacio” antes de que su cápsula regresara al desierto para un aterrizaje suave con la ayuda de tres paracaídas.
Bezos, quien se ha enfrentado a críticas por gastar miles de millones de dólares en su viaje personal al espacio, rechazó las afirmaciones de que estaba dando la espalda a problemas más serios. Blue Origin se creó para “construir un camino al espacio” que aliviará la presión sobre el desarrollo terrestre, dijo después del vuelo. “Necesitamos hacer eso para resolver los problemas aquí en la Tierra. No se trata de escapar de la Tierra”.
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También agradeció a “todos los empleados de Amazon, y a todos los clientes de Amazon, porque ustedes pagaron por todo esto”.
Bezos ha dicho que el desarrollo en el espacio eventualmente aliviará las cargas sobre el planeta, afirmando: “Toda la industria contaminante se moverá fuera de la Tierra, y la Tierra terminará siendo residencial”.
El lanzamiento es el primero para un pasajero de paga en un cohete desarrollado y operado por una empresa privada. Oliver Daemen, de 18 años, hijo de un administrador de fondos de cobertura holandés, recibió un lugar de último minuto en el vuelo después de que el ganador anónimo de una subasta por el asiento se retirara debido a lo que la compañía llamó un “conflicto de programación”.
“Este es un gran momento para el espacio (la industria espacial) comercial, es enormemente significativo”, dijo Greg Autry, un antiguo enlace de la Casa Blanca con la NASA. Además de señalar el comienzo del turismo espacial suborbital, el vuelo demostró que Blue Origin perfeccionó tecnologías que impulsarían lanzamientos mucho más ambiciosos en el futuro, agregó.
Un sonriente Bezos emergió de la cápsula minutos después del aterrizaje con un maltratado sombrero de vaquero para chocar las manos con un grupo de simpatizantes que se habían apresurado a ir al lugar de aterrizaje. Subió la torre a la cápsula 30 minutos antes del lanzamiento previsto, después de que lo llevaron hasta el cohete en una camioneta eléctrica Rivian, el vehículo que Amazon planea convertir en el principal caballo de batalla para sus entregas de comercio electrónico.
La excursión de 10 minutos marcó el lanzamiento del negocio de turismo espacial suborbital de Blue Origin y el paso más grande hasta ahora en el plan de Bezos para convertir a la humanidad en una civilización espacial.
Bezos fue superado por Richard Branson, quien viajó en un avión espacial Virgin Galactic a una altura de 86 kilómetros hace nueve días. Mientras el británico mira haca el turismo espacial, Bezos tiene planes más amplios.