En 2018, Joanna Coles anunció su salida de la casa editorial Hearst Magazines en un video en Instagram que se grabó encima del tablero de su caminadora, con vista al horizonte de Manhattan en Nueva York.
Mientras la caminadora giraba debajo de su estación de trabajo, la periodista explicó que salía después de un periodo de 12 años en Hearst en el que se movió rápidamente de editora en jefe de Marie Claire a Cosmopolitan a un puesto en el Consejo de Administración.
Ahora, Coles, de 58 años, está de vuelta en la caminadora mientras traza un nuevo camino en el mundo de las finanzas corporativas. Ella y su nuevo socio de negocios, Jonathan Ledecky, el copropietario del equipo de hockey New York Islanders, fundaron varias compañías de adquisición de propósitos especiales (conocidas como SPACS, por sus siglas en inglés) para aprovechar las oportunidades en los mercados emergentes y entre los consumidores más jóvenes. Hace unas semanas, una de ellas, Northern Star Investment Corp II, alcanzó un acuerdo de 4 mil 700 millones de dólares (mdd) para lanzar una oscura firma de custodia y compensación en la Bolsa de Valores de Nueva York.
El acuerdo por Apex Clearing, que busca capitalizar el auge de la inversión amateur, es solamente la última señal de un mercado espumoso para las SPACS, en donde se ven patrocinadores que venden las acciones en un vehículo de cheque en blanco, que después utilizan el dinero para comprar o fusionarse con una nueva compañía privada.
En 2020 se recaudó la asombrosa cantidad de 83 mil 400 mdd a través de 248 salidas a bolsa de SPACS, según Spac Research. A pesar de las críticas de que las SPACS suelen beneficiar a los patrocinadores a expensas de los inversionistas públicos, la moda se mantiene en 2021, con casi 60 mil millones de dólares recaudados por personas, como la estrella del tenis Serena Williams y el jugador de basquetbol retirado Shaquille O’Neal.
Coles, cuya cartera de SPAC en ciernes se centra en tecnologías disruptivas, insiste en que no la impulsa el deseo de sacar provecho. “Tengo que pagar las exorbitantes matrículas universitarias estadunidenses”, bromea por teléfono.
“Sin embargo, la gente que me conoce diría que no me motiva el dinero. Me motiva la curiosidad, y esa curiosidad te lleva a mundos diferentes”, dice Coles.
Cuando crecía en Yorkshire, Inglaterra, estaba fascinada por Estados Unidos (EU) y era una ávida espectadora del programa The Mary Tyler Moore Show, cuya protagonista femenina era una joven productora de noticias de televisión.
Lo Dice...“Joanna podría acercarse sin vacilar a Barack Obama, Mike Bloomberg, David Solomon o Brian Chesky de Airbnb y en 30 segundos eran los mejores amigos, eso es un don”
Al llegar a Londres a mediados de la década de 1980, Coles procedió a brincar de un trabajo a otro en medios en The Spectator, The Daily Telegraph y luego en The Guardian. Los colegas de Colesy, como se le conocía, recuerdan haber quedado impresionados por su ambición. Ella siempre estaba pasando a cosas más grandes y glamorosas.
En 1997, Coles aprovechó la oportunidad de ir a Nueva York como jefe de la oficina de The Guardian. Poco después de llegar, quedó embarazada de su primer hijo y optó por cambiar al horario más predecible de un editor de revista. Aceptó un recorte salarial de 50 por ciento para unirse a la revista New York en 2001, pero abrió un camino hacia la estratósfera del periodismo de revistas de EU.
En 2006, Joanna Coles era editora en jefe de Marie Claire y, seis años después, se hizo cargo de Cosmopolitan, que tenía una circulación mensual de 3 millones y en aumento. Coles condujo el cambio hacia lo digital y se convirtió en una personalidad por derecho propio, produciendo y participando en una variedad de programas de televisión.
David Carey, quien fue presidente de Hearst Magazines hasta 2018, dice que trasladó a Coles a Cosmopolitan debido a su carisma: “Joanna podía acercarse sin vacilar a Barack Obama, Mike Bloomberg, David Solomon de Goldman Sachs o Brian Chesky de Airbnb y en 30 segundos eran los mejores amigos. Eso es un don”, dice.
Aunque la promocionaron como una posible sucesora de Carey, Coles, que para entonces era la primera directora de contenido de la compañía de medios, perdió frente a Troy Young y dejó la empresa. Coles insiste en que siempre estaba planeando seguir adelante, pero una persona familiarizada con el asunto dice que los ejecutivos de Hearst pensaban que Joanna Coles le daba prioridad a su marca personal sobre su trabajo en la empresa y aceleraron su salida.
Para entonces, ella estaba en el Consejo de Administración de Snap, propietaria de Snapchat, y desde entonces se convirtió en directora de Sonos, el fabricante de equipo de audio para el hogar.
Snap le dio una primera experiencia en 2017 sobre hacer pública una empresa, cuando trabajó con el director ejecutivo Evan Spiegel en la Oferta Pública Inicial. “Todo era manos a la obra”, dijo Spiegel.
En marzo pasado, Jonathan Ledecky convenció a Coles para que se uniera a su equipo SPAC. “Jon es un veterano de los SPACS”, dice Coles, “no quería hacerlo con alguien que no lo hubiera hecho antes porque... tiene un ritmo que Jon sin duda tiene”.
En un momento en que las SPACS parecen superar en número a los buenos candidatos para la fusión, el encanto de Joanna Coles ha sido útil. Para su primer acuerdo de SPAC, logró atraer a los fundadores de Bark, el servicio en línea de cuidado de mascotas.
Coles planea dos SPACS más, pero no tiene la intención de terminar su carrera en finanzas. “Puedo verme dentro de cinco años cruzando EU con un bloc de notas, decidiendo escribir un libro sobre el Mississippi”, dice.
srgs