Estamos en la etapa final del año, donde muchos analistas empiezan a prepararse para el 2022. Construyen escenarios y anticipan sus estrategias para que las circunstancias no nos tomen desprevenidos el año entrante.
Para muchos de ellos la pandemia y sus variantes, como la recién descubierta Ómicron, proveniente de Sudáfrica, seguirán siendo el principal factor de riesgo tanto para el crecimiento de la economía mexicana como para las finanzas públicas ante las medidas que algunos países han empezado a tomar para evitar la propagación del virus.
En este sentido, Janneth Quiroz, directora de Análisis Económico de Monex, señala que la pandemia aún es un riesgo latente y esta nueva variante nos la recuerda. “Todavía es muy pronto para determinar cuál va a ser el impacto de la nueva variante; sin embargo, ya tenemos algo de experiencia. Cuando se detectó la variante Delta, en India, los contagios empezaron a aumentar de manera importante alrededor del mundo y ocasionó cierres parciales de la actividad económica, pero no tan severos como los que vimos en 2020”, dice Quiroz.
En un comentario para sus clientes, la calificadora Moody’s subrayó que las preocupaciones por esta nueva variante han orillado a que varios países implementen nuevas restricciones de viaje en los últimos días, y prevé que esto se incremente en las próximas semanas hasta que se cuente con más información científica sobre Ómicron y los riesgos para la salud de toda la población.
“El descubrimiento de Ómicron refuerza nuestra opinión de que la pandemia de covid-19 sigue siendo una amenaza para la salud, así como la principal fuente de incertidumbre para la economía global, y un impulsor de la volatilidad del mercado financiero”, agregó.
La calificadora indicó que la nueva variante “parece haber sido identificada de manera temprana”, por lo cual hay espacio para que se tomen políticas que eviten su propagación, además de que se tiene la experiencia previa con otras variantes, como la Delta, que provocó nuevos brotes en diversos países y ahora tiende a desaparecer bajo de Ómicron.
Por su parte, Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Grupo Financiero de Banco Base, apuntó que la aparición de esta nueva variante podría dificultar la recuperación de la economía mexicana, la cual ya se había visto impactada negativamente ante la tercera ola de contagios de covid-19 en el país.
“Aunque descartamos un escenario como el del año pasado, de cierres totales, sí habrá medidas restrictivas de la movilidad y la actividad económica. Eso, por un lado, le va a pegar a la parte de impuestos y, por el otro, a la economía. Por ejemplo, para el 2022 el gobierno tiene una perspectiva de crecimiento de 3.2%, lo cual de por sí ya luce optimista, y con la variante Ómicron, se ve más difícil”, agrega Siller.
Lo anterior, señala la especialista, dificultará las metas de recaudación que tiene el gobierno para el próximo año, de poco más de 7 billones de pesos, de los cuales 3.9 billones provendrán de los ingresos tributarios, lo cual podría verse complicado ante un menor gasto que pudiera ejercer el consumidor. “Tenemos un menor ritmo de crecimiento económico, con una menor creación de empleo e inflación alta. En enero se vislumbra un escenario complicado para el consumidor común”, mencionó Siller.
El Dato...2.7%
Es la primera estimación del PIB para 2023 de Banxico.
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Recuperación lenta
La perspectiva de un rebote en forma de “V” en México es cada vez menor. La remontada, señala el economista en jefe de BBVA, Carlos Serrano, no iba a ser igual de rápida que la caída causada por la pandemia, pero las últimas cifras auguran una recuperación aún más lenta de lo previsto.
Los analistas de BBVA ven complicado que el Producto Interno Bruto (PIB) nacional logre un incremento de 5.65% este 2021 y de 3.2% para 2022, como lo pronosticó el Banco de México (Banxico) la semana pasada cuando presentó su Informe Trimestral.
Por su parte, Alejandro Saldaña Brito, economista en jefe de Grupo Financiero Ve por Más, prevé un crecimiento del PIB de 2.6% en términos reales para 2022, y detrás de este pronóstico, “estamos asumiendo que la reapertura económica seguirá adelante, siempre y cuando no surjan más variantes del virus que sean resistentes a las vacunas”, dice.
También la OCDE estimó la semana pasada que el PIB nacional tendrá un rebote de 5.9% para el cierre de este año, pero para el 2022 y 2023 las tasas se desacelerarán a 3.3% y 2.5%, respectivamente.
Alberto González, jefe de la unidad de México y Costa Rica en el Departamento de Economía de la OCDE, comenta que la inversión, la educación y el combate a la informalidad laboral son los tres grandes retos internos que enfrentará el país para los siguientes años.
“Vemos que hay necesidades de gasto público crecientes: en inversión pública, en educación, salud y creemos que la manera de responder a esas necesidades es incrementar los ingresos tributarios. Vemos que en México hay espacio para hacerlo, se puede recaudar más si se reducen las exenciones fiscales y se refuerzan impuestos como el predial y la tenencia”, dice Alberto González.
En la parte externa, sobresalen los riesgos de la inflación y de la aparición de la nueva sepa Ómicron, capaces de detener o retrasar el proceso de apertura económica. “Los elementos que ocasionan la inflación actualmente son temporales y esperamos que sean transitorios, pero sí hay un riesgo de que se traspasen a los mecanismos de formación de precios y que se conviertan en incrementos más estructurales”, dice el economista del organismo mundial.
En su reporte de Perspectivas Económicas presentado la semana pasada, la OCDE destacó que si las presiones sobre los precios continúan y la inflación no converge gradualmente hacia el objetivo de Banxico de 3% para 2022, estarían justificadas nuevas subidas en la tasa de interés de referencia.
Ante este panorama, Banxico revisó a la baja su expectativa de crecimiento para la economía mexicana de 6.3 a 5.4% para este año, debido a la contracción de 0.4% en el tercer trimestre de 2021, peor a la esperada por los analistas.
El gobernador del banco central, Alejandro Díaz de León, explicó mediante un comunicado que esta revisión se debe al desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) por debajo de lo anticipado en el tercer trimestre, por los efectos de la tercera ola del covid-19, así como por la contracción del sector servicios a causa de la nueva regulación en materia de subcontratación laboral o outsourcing, y la desaceleración en la producción manufacturera por la escasez de chips.
Pese a ello, Banxico espera que en el cuarto trimestre del año la actividad económica retome un ritmo de expansión, apoyada por la demanda externa y por la interna. Banxico mantuvo sus pronósticos para la inflación general de 6.8% al cierre del 2021.
En su informe trimestral, el banco central mexicano mejoró su pronóstico para 2022 de 3.0 a 3.2%, pues anticipa que diversos elementos dentro de la demanda interna tendrán mayor dinamismo y reveló que la primera estimación del Producto Interno Bruto para 2023 es un crecimiento del orden del 2.7%.
En la presentación del “Informe trimestral, julio-septiembre 2021”, precisó que los riesgos a la baja para la economía de México son un recrudecimiento de la pandemia por nuevas cepas que impliquen la adopción de nuevas medidas de confinamiento o de contención.
Además, que se prolonguen los cuellos de botella a nivel mundial y los mayores costos de insumos que retrasen la recuperación del sector manufacturero; episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales y una recuperación del gasto en inversión menor a la esperada en el país.
El Dato...3.2%
es el pronóstico de crecimiento del Banco de México para 2022.
La inversión no despega
El estancamiento del tercer trimestre confirma a México entre los países de Latinoamérica con mayor rezago en la recuperación, señalan varios de los analistas consultados. Más allá de la coyuntura, hay problemas estructurales que México arrastra desde antes de la pandemia. El PIB cayó 0.1% en 2019, la primera contracción en una década.
“La inversión no es solo menor que antes de la pandemia, sino menor a octubre de 2018, cuando se anunció la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México. Desde entonces hay bastantes medidas que han aumentado la incertidumbre”, señala Serrano, de BBVA.
Una de estas políticas es la reforma eléctrica anunciada a principios de octubre, que propone la cancelación de todos los contratos vigentes firmados por centrales energéticas privadas. “El gobierno debería revertir las señales de que México no es un país amigable para la inversión”, afirma el economista. En agosto, la última cifra disponible, la Inversión Fija Bruta aumentó 1.13% respecto al mes anterior, pero todavía está 4.9% por debajo de enero de 2020.
El desafío no es solo recuperar los niveles de actividad anteriores a la pandemia, sino ponerse a tono con la tendencia que llevaba la economía antes de la crisis. La primera meta, señala Serrano, se puede lograr hacia finales de 2022 o principios de 2023. La segunda es más lejana. “En México no se ve en el horizonte, tomará varios años alcanzar la tendencia previa, al menos hasta 2025”.
gaf