Las compañías más golpeadas por covid-19 caen, más o menos, en cuatro categorías. En primer lugar están las empresas para las que el distanciamiento social presenta un problema casi irresoluble porque necesitan que sus clientes se reúnan en lugares cerrados. Las aerolíneas son el ejemplo paradigmático. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que nos sintamos cómodos para volar en aviones como antes?
Hasta la semana pasada, según datos de la Administración de Seguridad del Transporte, el número de viajeros que pasaba por los puestos de control de seguridad en los aeropuertos estadounidenses seguía siendo 80% menor que el año anterior. Y la recesión causada por el coronavirus podría tener un impacto más duradero en la industria aérea que el propio virus. Tras la gran crisis financiera de 2008, las millas recorridas en vuelos regresaron al nivel de 2007 hasta finales de 2013. Boeing y Airbus se encuentran entre los principales perdedores del año en lo que respecta a la preocupación por una caída indefinida de la demanda de aviones.
El alcohol suele considerarse una inversión defensiva. Pero resulta que bebemos mucha cerveza en bares y restaurantes abarrotados. En abril, AB Inbev vendió casi un tercio menos de cerveza que el mismo mes del año anterior.
Incluso el poderoso Disney, que produce gran parte del entretenimiento que hemos estado viendo durante el confinamiento, recibió un golpe directo. Quizás una cuarta parte de sus ingresos y una cantidad desconocida de su valor de marca se genera en los parques temáticos donde las multitudes son, o fueron, buena parte de la diversión.
Luego está la industria pesada, que no solo sufrió una menor demanda sino también un golpe al suministro. Las líneas de producción tienen que adaptarse para mantener a todos los trabajadores seguros y algunos de estos cambios pueden ser permanentes. En esta canasta encontramos a todos, desde los grupos automotrices hasta los de productos químicos. General Electric, que ya se tambaleaba por décadas de malas decisiones de inversión, vio caer sus acciones un tercio más este año.
El Dato...20%
Caerá la demanda % de petróleo en el segundo trimestre del año, según la AIE.
Después vienen las compañías de energía, donde el problema es demasiada oferta. Los sauditas abrieron los grifos del petróleo justo cuando la pandemia cobraba impulso. Entonces la demanda se derrumbó. La Agencia Internacional de Energía (AIE) espera que la demanda de petróleo caiga casi 20% más en el segundo trimestre, y el precio del crudo Brent es 40% más bajo que en enero, incluso después de tener una recuperación de sus mínimos de mayo.
Las empresas petroleras como Shell y Saudi Aramco sufren, pero el dolor es más agudo en el extremo financieramente pobre de la industria, el sector de esquisto de Estados Unidos (EU). Los jugadores de esquisto siempre han sido marginalmente rentables y requieren grandes inversiones. Muchos cayeron en bancarrota y más van a caer.
Por último, las aseguradoras de vida, los bancos y los gestores de activos. Las utilidades de todas estas empresas son sensibles a las tasas de interés, que se desplomaron gracias a covid-19.
La política del banco central y la disminución de las expectativas de crecimiento empujaron el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años de 1.9% a 0.7% desde el comienzo del año, y plantean tasas a corto plazo de cero. Para los bancos, el riesgo de que la recesión conduzca a una avalancha de incumplimientos crediticios suma otra preocupación además del colapso del rendimiento. Incluso los grupos establecidos bien capitalizados, como JPMorgan y Bank of America perdieron una cuarta parte de su valor este año.
Hay que tener en cuenta que, a excepción del primer grupo, lo que el virus hizo es acelerar las tendencias ya existentes. La industria pesada se ha enfrentado al estancamiento en el gasto en equipos de capital desde hace años; la industria petrolera fue golpeada por la caída en la demanda de combustibles a base de carbono; y la caída de las tasas de interés ha presionado a los bancos desde la gran crisis financiera.
Un ejemplo perfecto de cómo la pandemia empeoró los problemas existentes es Berkshire Hathaway, de Warren Buffett. No solo se trata de que su cartera tiene una gran sobreponderación en el sector financiero, así como también una gran exposición al sector industrial y de energía. El uso agresivo de la Reserva Federal de su balance drenó la potencia de la pila de efectivo de Berkshire.
En Berkshire y otras incontables empresas, las decisiones que alguna vez fue posible retrasar, ahora son apremiantes. El covid-19 jaló el futuro hacia el presente.
srgs