Si algún país tuviera escuelas diseñadas para hacer frente a la pandemia de covid, ese sería Finlandia, que ya contaba con un sistema educativo altamente digital que hacía que la logística del aprendizaje a distancia fuera sorprendentemente fácil.
Sin embargo, incluso en Finlandia, el impacto fue severo. En la escuela secundaria de Kulosaari, la enseñanza tardó un año y medio en volver a la normalidad después de que el gobierno finlandés declarara el estado de emergencia en marzo de 2020, en respuesta a la rápida propagación de covid.
El edificio de la escuela, ubicado en una pequeña isla en los suburbios de Helsinki, estuvo completamente cerrado solo durante unos meses. Pero los picos locales de infecciones significaron que el aprendizaje híbrido continuó hasta finales de 2021, con grupos de estudiantes rotando entre el distanciamiento social en las aulas y las llamadas remotas.
“Era realmente evidente que el periodo del covid fue pesado para los estudiantes y creo que todavía estamos pagando el precio”, dice Esko Häyrynen, profesor de matemáticas y filosofía de la escuela.
“Más que conocimientos específicos, tuvieron dificultades con cómo aprender, cómo comportarse en grupo y qué se espera de ellos cuando vienen a la escuela. Eso se filtró en su aprendizaje”.
Este impacto de la pandemia no fue exclusivo de los estudiantes de Häyrynen. Los nuevos datos del último informe del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), por sus siglas en inglés) de la OCDE, muestran una disminución global sin precedentes en el rendimiento académico entre 2018 y 2022.
Las clasificaciones de PISA, que se publican cada tres años, son el principal punto de referencia para comparar los resultados educativos entre países y, a menudo, impulsan reformas. Los últimos datos, retrasados un año por la pandemia, ofrecen una visión autorizada y detallada del nivel de disrupción que sufrieron los sistemas educativos en el mundo.
Los hallazgos son dramáticos
El rendimiento en lectura y matemáticas disminuyó en la mayoría de los sistemas educativos entre 2018 y 2022, y las economías desarrolladas experimentaron el mayor impacto.
En 2022, el joven promedio de 15 años de los países que conforman la OCDE estaba rezagado respecto de sus pares de 2018, en tres cuartos de año en matemáticas y medio año en lectura. En los otros 44 sistemas educativos que participaron en el informe, en su mayoría economías en desarrollo, la pérdida de aprendizaje en ambas materias estuvo más cerca de un tercio de año.
La publicación de los últimos datos de PISA se produce en un momento en que muchos gobiernos de todo el mundo realizan un análisis retrospectivo del covid, para evaluar la mejor manera de responder a una futura pandemia.
Los nuevos datos no solo estudian el impacto de la pandemia, sino que también destacan las tendencias a más largo plazo de los resultados educativos en todo el mundo. Andreas Schleicher, director de Educación y Competencias de la OCDE, advierte que el covid no fue la única causa del descenso de los niveles en las economías occidentales avanzadas. Al contrario, reforzó tendencias que ya eran evidentes en muchos países de la OCDE.
“Cuando se analizan las tendencias recientes en el contexto de las tendencias a largo plazo, se obtiene una imagen muy diferente”, dice.
Factores como el nivel general de inversión en educación, el estatus y los niveles salariales de los profesores y las expectativas académicas de los alumnos han influido en los resultados educativos.
Una tendencia notable de la última década es el deterioro constante de los resultados promedio en lectura y ciencias en la OCDE. Los resultados en matemáticas se estancaron en los años previos a la pandemia. Mientras tanto, algunas economías fuera de Europa y Asia, como Perú y Qatar, experimentan una notable mejora desde 2012.
“El mundo desarrollado ya no tiene el monopolio de la buena educación”, dice Schleicher. “El mundo ya no está dividido entre países ricos y bien educados y países pobres y que carecen de educación apropiada”
Obstáculos a la educación
La pandemia tuvo un efecto profundo en la salud y el rendimiento escolar de los chicos en el mundo. En general, los países que impusieron confinamientos más cortos tenían más probabilidades de obtener un rendimiento educativo relativamente más alto, pero también fue clave la forma en que las escuelas organizaron la disrupción y el aprendizaje a distancia.
El análisis de PISA encontró que los sistemas educativos eran más resilientes cuando los niños tenían las habilidades para aprender de forma autónoma y se sentían más apoyados por sus profesores.
En Singapur, clasificado por PISA como el sistema educativo con mejor desempeño, el aprendizaje combinado se introdujo permanentemente en el plan de estudios después de la pandemia. Todos los estudiantes de secundaria ahora pasan alrededor de dos días al mes realizando estudios autodirigidos en casa, con el apoyo de tecnología para estudiantes financiada por el estado.
Para la mayoría de los estudiantes, el estudio autodirigido fue un obstáculo mayor que el uso de sistemas de aprendizaje en línea. Casi la mitad de los estudiantes encuestados por la OCDE dijeron que tenían problemas para motivarse a sí mismos para trabajar sobre una base semanal.
El bienestar general y el sentido de pertenencia de los estudiantes a la escuela también se deterioraron más en los países con cierres escolares más prolongados. Häyrynen dice que notó que las redes sociales estaban afectando la salud mental y la capacidad de estudiar de los alumnos incluso antes de la pandemia. Pasar más tiempo fuera del salón de clases solo los hizo estar más pegados a sus dispositivos.
“Tienen más dificultades para concentrarse en estudiar durante largos espacios de tiempo, porque todo se hace en una computadora y las notificaciones suenan todo el tiempo”, dice. “Eso les hizo más difícil ponerse al día (con el aprendizaje perdido)”.
El uso de las redes sociales es un problema en toda la OCDE, 1 de cada 4 estudiantes dijo que se distraía con otros estudiantes que usaban dispositivos digitales en la mayoría de las clases de matemáticas en 2022.
EL DATOUno de cada 4 estudiantes
Se distrae con otros estudiantes que usaban al usar dispositivos digitales en la mayoría de las clases de matemáticas en 2022.
Esto significa que, en promedio, estaban tres cuartos de año rezagados de sus pares en el rendimiento escolar en matemáticas después de hacer un control por el entorno socioeconómico.
Sin embargo, la pandemia también amplificó algunas críticas de mucho tiempo dirigidas a los datos de PISA. Muchas economías avanzadas no cumplieron sistemáticamente con los estándares de muestreo, lo que potencialmente favorece los resultados, ya que las escuelas y los estudiantes que responden no siempre son representativos del sistema en general.
John Jerrim, profesor de educación y estadísticas sociales en la UCL, dice que este es un problema aún más grave en el informe más reciente al tener en cuenta que las tasas de ausentismo escolar aumentaron notablemente en países como Estados Unidos (EU) y el Reino Unido después de los confinamientos por el covid.
“Sabemos que los niños (que están ausentes) suelen tener un rendimiento más bajo o un nivel socioeconómico más bajo, por lo que no es necesariamente una muestra comparable a lo largo del tiempo o entre países”, dice.
Otros críticos argumentan que las clasificaciones de PISA dan una imagen engañosa, ya que la diferencia en el desempeño entre algunos países no es estadísticamente significativa y las cuestiones metodológicas implican que las calificaciones generales pueden sobreinterpretarse.
El panorama más amplio
A pesar de estas deficiencias, los datos también ilustran algunas tendencias a largo plazo. Una de ellas es que invertir más en educación se correlaciona con mejores resultados solo hasta cierto punto.
Los datos de PISA sugieren que el vínculo se rompe a partir de los 75 mil dólares de gasto total por alumno entre las edades de seis y 15 años, y que para el país promedio de la OCDE, que gasta más de 100 mil dólares por estudiante, cómo se gasta ese dinero es más importante que la cantidad bruta.
el dato...Más de 100 mil dólares gastan por estudiante
En promedio los países de la OCDE.
Un problema importante de largo plazo en los países más ricos es la escasez de docentes, que afectó a casi la mitad de los estudiantes de la OCDE en 2022, el doble que en 2018, según los directores.
El problema es particularmente grave en economías como Alemania, donde tres cuartas partes de los estudiantes se vieron afectados por la escasez de docentes, y Francia, donde el número de estudiantes afectados se cuadriplicó desde 2018.
John Bangs, asesor principal de Education International, la federación mundial de sindicatos de docentes de 172 países, dice que los bajos salarios y el bajo estatus son factores universales de la escasez de personal.
“Los países con políticas docentes integrales, negociadas con sus sindicatos, que se centran en el bienestar y el desarrollo profesional, son los países que logran retener a sus profesores”, dice.
“El otro factor importante es que los salarios de los profesores deben ser comparativamente buenos con los de profesiones equivalentes”.
Los países donde la enseñanza es una profesión de estatus elevado, suelen encabezar la clasificación. Los profesores de Singapur se encuentran entre los que tienen más probabilidades de sentirse valorados por la sociedad.
Según la Encuesta Internacional de Enseñanza de la OCDE, y el sistema educativo de la ciudad-estado obtuvo una vez más la calificación más alta en lectura, matemáticas y ciencias. Singapur es uno de los dos mejores sistemas educativos en matemáticas desde que se unió a PISA en 2009.
Otras economías del este de Asia también ocuparon un lugar destacado, ya que demostraron ser resilientes al impacto de la pandemia. A pesar del cierre de escuelas, Japón y Corea del Sur mejoraron o mantuvieron el desempeño en todas las materias entre 2018 y 2022.
Schleicher dice que los sistemas educativos asiáticos exitosos se basan en altas expectativas y fuertes relaciones sociales entre profesores y estudiantes.
“Los profesores pasan mucho tiempo con sus alumnos, organizan clubes sociales y limpian el aula con ellos después de las clases”, afirma.
“Pero observó una tendencia en los países ricos hacia tratar la educación como una mercancía. Los estudiantes se convirtieron en consumidores y los profesores en proveedores de servicios”.
Incluso en los principales sistemas educativos de Asia Oriental, donde el desempeño general mejoró, lograr la equidad para los estudiantes de diferentes orígenes socioeconómicos se mantuvo como un desafío.
En Singapur y, en promedio, en toda la OCDE, la brecha de rendimiento entre los estudiantes más pobres y acomodados se amplió entre 2018 y 2022 hasta alcanzar los niveles más altos en una década.
Siete sistemas educativos se volvieron más equitativos, pero solo en Argentina, Filipinas y Arabia Saudita se debió a que los resultados mejoraron para los estudiantes desfavorecidos. En la mayoría de los países, la equidad en matemáticas se mantuvo estable, pero el desempeño disminuyó para los estudiantes de todos los orígenes socioeconómicos.
Algunas de las caídas más grandes tanto en la equidad como en el desempeño general se produjeron en Finlandia, alguna vez considerado como uno de los sistemas educativos europeos más exitosos. La pérdida de aprendizaje desde 2018 fue casi tres veces el promedio de la OCDE en lectura y cuatro veces mayor en ciencias, pero los resultados educativos en el país nórdico se estaban deteriorando incluso antes de la pandemia.
Schleicher dice que esto se debe a que Finlandia relajó sus expectativas académicas para los estudiantes.
“La lección para mí es que tenemos que el bienestar de los estudiantes no lo tenemos que lograr a expensas del éxito académico, sino a través del éxito académico”, afirma.
Se produjeron cambios significativos en el sistema educativo finlandés en los últimos años, con materias tradicionales descartadas en favor de un enfoque llamado “aprendizaje basado en fenómenos”, que requiere que los estudiantes recurran a múltiples asignaturas para resolver problemas.
También es inusual que no haya pruebas nacionales estandarizadas, con excepción del examen de ingreso a la universidad que se realiza al final de la enseñanza secundaria.
“Cuando apareció (PISA) por primera vez, pensamos que Finlandia era la receta del éxito, pero 20 años después no sabemos si esas cosas han sido parte de la solución o parte del problema”, añade Schleicher.
Para muchos responsables de la formulación de políticas, Estonia es el nuevo modelo en Europa. El pequeño país báltico es uno de los pocos sistemas educativos, fuera de Asia oriental, que se ubica constantemente entre los 10 primeros de la clasificación de PISA.
La ministra de Educación de Estonia, Kristina Kallas, dice que su sistema basado en la comunidad, que otorga a las escuelas una considerable autonomía sobre los recursos y el plan de estudios, es difícil de reproducir en otros países europeos. Pero hay prácticas exitosas en Estonia que pueden replicarse en otros lugares.
“Los aspectos comunes de (los sistemas exitosos) son la capacidad y la autonomía de los docentes, y la mentalidad de los estudiantes… aspirar a lo máximo y trabajar duro”, dice.
Aunque los niños comienzan la escuela a los siete años, más tarde que en la mayor parte de las otras economías desarrolladas, la mayoría se beneficia del sistema preescolar de alta calidad de Estonia, donde los profesores deben tener una licenciatura. Casi 90 por ciento de los niños están inscritos en preescolar durante al menos tres años, en comparación con el promedio de la OCDE de 57 por ciento.
“(Los niños) tienen una educación preescolar muy asequible y accesible. Se trata principalmente de juego y desarrollo de habilidades sociales, pero es un enfoque pedagógico y tenemos altos requisitos de calidad”, dice Kallas.
El sistema educativo estonio todavía se enfrenta a muchos de los desafíos evidentes en otras economías desarrolladas, con una importante pérdida de aprendizaje durante la pandemia y una creciente escasez de docentes. Para abordar esto, el gobierno introdujo más apoyo para los estudiantes que se quedaron rezagados, como un año adicional opcional de enseñanza.
Kallas dice que un cambio demográfico provocó una escasez de mano de obra en toda la economía, por lo que la enseñanza debe ofrecer una carrera profesional atractiva para competir con otros sectores por los graduados.
“Lo que los jóvenes quieren es un trabajo motivador en el que puedan desarrollarse”, afirma. “Tratamos de hacer de la profesión docente una carrera muy autónoma y con desarrollo profesional”.
El gobierno también se comprometió a aumentar el salario de los profesores a 120 por ciento del salario promedio para 2027.
Aunque las clasificaciones de PISA a menudo se utilizan para medir la eficacia relativa de los sistemas educativos, los expertos advierten en contra de que se utilicen las cifras generales como base para cambios significativos en las políticas.
Sam Freedman, investigador principal del grupo de expertos del Institute for Government del Reino Unido, dice que “lo que es realmente útil son (los datos sobre) cómo funcionan los sistemas, más que la clasificación”.
Freedman era asesor de políticas en el Departamento de Educación cuando el entonces secretario de Educación, Michael Gove, reformó el plan de estudios y la estructura del sistema escolar en Inglaterra para abordar los mediocres resultados del país en las clasificaciones de PISA.
Freedman dice ahora que se trató de un planteamiento ingenuo. “Se sobreestimó hasta qué punto la aplicación de políticas específicas desplazaría (al Reino Unido) hacia otro país”, dice.
Pero abordar los desafíos estructurales y relacionados con la pandemia es importante para las economías desarrolladas, ya que mejorar el desempeño educativo conduce a mejores resultados en el mercado laboral.
Según una investigación de la OCDE, los países con un mejor desempeño en PISA suelen tener una proporción menor de jóvenes de 15 a 19 años que no estudian, trabajan o reciben capacitación.
Schleicher dice que es difícil para las economías superar el impacto económico negativo de una educación deficiente.
“Si no se obtienen resultados decentes desde el principio, es poco probable que se puedan beneficiar de una educación y capacitación continua… y es poco probable que se recupere el retraso”, dice.
“Estoy más preocupado por los países de la zona de la OCDE que por muchos países fuera de ella, en términos de estancamiento o deterioro de los resultados”.
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