¿Los diamantes en bruto volverán a su temporada de esplendor?

El mercado de 83 mil 500 mdd se puso de cabeza por la caída en los precios de las piedras producidas en laboratorio

El sector de joyería para gemas que se extraen de minas se ampliará a 54 mil mdd para 2030. STEPHANIE LECOCQ/EFE
Harry Dempsey y
Londres y Bombay /

El mercado de diamantes en bruto para joyería pasa por una de sus peores temporadas a medida que los consumidores cambian a comprar piedras que se producen en fábricas debido a la caída de los precios.

Pero ahora, la dirección del mercado de 83 mil 500 millones de dólares puede cambiar y algunos pronostican una recuperación de las piedras en bruto o naturales, ya que los precios de las que se cultivan en laboratorio cayeron demasiado.

Creen que la caída de los precios de los diamantes industriales producidos en masa provocará una crisis de rentabilidad para los minoristas que los llevará a promover piedras extraídas de la tierra.

“Estamos llegando a un punto de inflexión en el que la rentabilidad de los minoristas que venden productos que se fabrican en laboratorio es mucho menor que el (que se tenía) los tres a cinco años anteriores”, dijo Paul Zimnisky, analista independiente de la industria.
“Esto puede ser un catalizador para regresar a los diamantes naturales. Los minoristas no son leales a los diamantes naturales o cultivados en laboratorio, son leales a ganar dinero”.

El grupo minero de diamantes más grande a escala mundial, De Beers —que la semana pasada anunció otro recorte más la producción para hacer frente a las difíciles condiciones del mercado— está de acuerdo con esta opinión.

Se espera que la participación de mercado de los diamantes fabricados en laboratorio se desplome 20 por ciento, de 13 mil millones de dólares a 10 mil millones para 2030, y que los precios caigan a medida que los consumidores empiecen a considerarlos como joyería barata de moda en lugar de piedras preciosas.

De Beers, que se basa en una investigación que encargó al Boston Consulting Group, también estima que el mercado estadunidense de joyería para diamantes que se extraen en minas o en bruto se va a ampliar de 43 mil millones de dólares el año pasado a 54 mil millones para 2030.

El mercado de los diamantes se puso de cabeza por la caída de los precios de las piedras producidas en fábrica. Los precios de los diamantes hechos en laboratorio cuestan ahora una quinta parte de lo que costaban en 2016, esto es mil 15 dólares por piedra de un quilate, según se muestra en un análisis de Zimnisky.

Se pueden comprar cinco piedras artificiales por el precio de un diamante natural, que registra una caída de casi 30 por ciento a 5 mil dólares por quilate desde principios de 2022, uno de los mayores desplomes del mercado en los últimos 25 años.

Se pronostica que los diamantes cultivados en laboratorio suban a 13 mil 600 millones de dólares en ventas de joyería —16 por ciento del mercado total— este año, 12 por ciento más que el año pasado, ya que la fabricación en masa redujo los costos, de acuerdo con Zimnisky.

En contraste, las joyas de diamantes que utilizan piedras de minas que se extienden por todo el mundo, desde Botsuana hasta Rusia, están en camino de registrar una contracción de 5 por ciento este año a 69 mil 900 millones de dólares, aunque todavía representan 84 por ciento del mercado total.

“Las presentaciones de las compañías mineras a los inversionistas muestran la curva ascendente de la demanda y la disminución de la oferta, pero la verdad es que el hecho de que las (piedras) hechas en laboratorio se apoderaran de una parte del mercado, cambió la economía de la minería de diamantes”, dijo Avi Krawitz. analista del sector de los diamantes.

Algunas de las mayores víctimas del ascenso de la piedra de fábrica producida en masa son los mineros de diamantes, de los cuales, el más grande por su valor es De Beers.

Los desafíos en el mercado de diamantes llevaron a su propietario, Anglo American, el grupo minero diversificado del FTSE 100, a anunciar en mayo planes para vender o sacar a bolsa a la compañía en un plazo de 18 meses como parte de su defensa contra una oferta pública de adquisición fallida de 39 mil millones de libras por parte de su rival BHP.

Alrosa, de Rusia, que sigue en tamaño a De Beers, cuya respuesta a los problemas del mercado de piedras preciosas fue diversificarse, en junio pasado compró una mina de oro a Polyus, con sede en Moscú.

Los ganadores en la industria con su nueva forma son los mayores productores de diamantes hechos en fábricas de China e India, así como los consumidores que hasta ahora no podían darse el lujo de comprar las piedras preciosas.

El mercado también está sufriendo debido a una desaceleración del gasto en China, lo que deprime los ingresos de De Beers en un 30 por ciento interanual y llevó a la advertencia del director ejecutivo Al Cook en junio de que la recuperación podía ser lenta y “en forma de U”.

La caída de los márgenes de utilidades de los diamantes fabricados en laboratorio llevó a De Beers a suspender su producción para la venta de joyas, además de reducir a 15 por ciento la producción de diamantes extraídos en el segundo trimestre.

Su filial Element Six, que produce piedras sintéticas, se centra solo en aplicaciones de alta tecnología, como obleas de diamante para semiconductores, con el objetivo de duplicar los ingresos para finales de la década.

Un país donde las tensiones están aumentando para los fabricantes de piedras sintéticas es India, el hogar mundial del pulido y corte de diamantes.

Las protestas de 600 trabajadores de Bhanderi, el productor de diamantes hechos en laboratorio, en la ciudad de Surat se tornaron violentas en junio por tres meses de salarios sin pagar. La compañía no respondió a una solicitud de comentarios.

Aunque al final se le pagó al personal, Bhavesh Tank, vicepresidente del Sindicato de Trabajadores del Diamante de Gujarat, dijo que una “recesión” estaba devastando la industria de los diamantes de fábrica, ya que el exceso de oferta afectó la facturación.

“Alguna vez los diamantes se vendieron a 500 dólares el quilate. En la actualidad, nadie está dispuesto a comprarlos a 40 dólares el quilate”, afirmó.

En un esfuerzo por restablecer el atractivo de los diamantes naturales, De Beers se está embarcando en una campaña de mercadotecnia con joyeros como Chow Tai Fook y Signet, que ahora colocan etiquetas en las piedras fabricadas en laboratorio advirtiendo que se van a depreciar tan pronto como salgan de la tienda.

El líder de la industria también planea vender máquinas por valor de 10 mil dólares a minoristas para que las coloquen en las tiendas y ayuden a los consumidores a identificar si una piedra fue extraída del suelo o creada en una fábrica.

“Nuestro reto en el ámbito de los diamantes naturales es impulsar la mercadotecnia en torno a lo que nos diferencia de los diamantes producidos en laboratorio, que es que nuestros productos son raros, tienen miles de millones de años y además son duraderos”, explicó Richard Duffy, director ejecutivo de Petra Diamonds, que cotiza en Londres, uno de los grupos mineros pequeños que pasan por dificultades.

Otros dijeron que la conservación del valor todavía es importante para algunos consumidores, lo que puede ayudar a recuperar el mercado de diamantes naturales.

“Los indios le dan prioridad a los productos que ofrecen valor a largo plazo en lugar de meros adornos”, afirmó Ajesh Mehta, del Gem & Jewellery Export Promotion (Consejo de Promoción de Exportaciones de Joyas y Gemas), respaldado por el gobierno indio.

Sin embargo, cambiar el rumbo a favor de los diamantes naturales puede resultar un desafío.

Alexander Lacik, director ejecutivo de Pandora, el grupo minorista de joyería más grande a escala mundial por volumen, que tomó la decisión de vender únicamente diamantes producidos en laboratorio, cree que los grupos mineros sobreestiman la capacidad de los minoristas para influir en los consumidores cuando un producto idéntico está disponible a una fracción del precio.

“Es una opinión increíblemente interna que, de repente, la industria minorista puede imponer a los consumidores una elección de producto”, resaltó Alexander Lacik.
“En última instancia, el consumidor votará con su cartera… no compran basándose en el margen de los minoristas. Cuando compras un coche, ¿eliges uno porque tiene un margen más alto o más bajo para el concesionario?”, añadió el directivo.

Financial Times Limited. Declaimer 2021

  • Chris Kay

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