General Motors detendrá la producción en siete plantas a escala global y despedirá a miles de trabajadores en un esfuerzo por reducir 6 mil millones de dólares en costos, ya que la automotriz más grande de Estados Unidos se prepara para una desaceleración en el mercado nacional y el impacto de la guerra comercial global.
Cuatro de las fábricas que se van a cerrar el próximo año —dos plantas de ensamble y dos fábricas de motores— están en EU, donde el presidente Donald Trump le da crédito a su política comercial proteccionista de fortalecer la fabricación estadunidense. Una quinta planta, en Canadá, también va a cerrar.
Los cierres van a requerir recortes de alrededor de 15 por ciento de la plantilla laboral de GM en Norteamérica, o alrededor de 8 mil empleados asalariados. Otros 6 mil miembros del personal temporal serán despedidos o reubicados.
"Llevamos a cabo estas acciones mientras la empresa y la economía están fuertes para estar un paso por delante de lo que todos sabemos que son entornos muy difíciles", dijo ayer Mary Barra, directora ejecutiva de GM.
Los recortes que lleva a cabo Barra convierten a GM en la última automotriz que reduce sus operaciones en medio de la debilidad de las ventas en EU, después de que Ford anunció sus planes para detener la producción de todos los autos de pasajeros para Norteamérica.
Se producen en un entorno de aumentos de costos, reducción de las ventas de autos y el cambio de los hábitos del consumidor que las automotrices deben enfrentar, al mismo tiempo que aumentan las inversiones en nuevas tecnologías, como los vehículos eléctricos y de autoconducción.
“Se han presentado muchos obstáculos”, dijo Barra, aunque negó que la compañía espere una desaceleración inminente en la economía de EU.
La mayoría de las fábricas estadunidenses que pierdan trabajos estarán en los grandes estados del medio oeste que ayudaron a elegir a Trump en 2016, entre ellas las plantas de ensamble de automóviles —Detroit-Hamtramck, en Detroit, y Lordstown Assembly, en Warren, Ohio— y una planta de motores en Warren, Michigan.
Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca, se preparaba para sostener una reunión con Barra después del anuncio, según un funcionario de la administración Trump.
Los demócratas buscan culpar a Donald Trump de los despidos, y Tim Ryan, un congresista demócrata de Ohio, dijo que el presidente "no prestó atención" cuando los funcionarios buscaron ayuda para salvar la planta de Lordstown.
"Nos prometió que su enorme reducción de impuestos corporativos llevarían a dramáticas reinversiones en nuestras comunidades", dijo Ryan. "Claramente eso no está sucediendo".
GM apunta a recortar costos en 4 mil 500 mdd y reducir el gasto de capital en mil 500 millones de dólares al año, y duplicar los recursos asignados a los automóviles eléctricos y autónomos en los próximos dos años.
Las acciones de GM, que registran una caída de alrededor de 15 por ciento desde principios de año, subieron alrededor de 5.5 por ciento en las operaciones de mediodía en Nueva York ya que los inversionistas recibieron bien los planes de reestructuración.
Los aranceles al acero y al aluminio que introdujo Trump como parte de su agresiva política comercial proteccionista golpeó fuertemente a GM y Ford. La dos automotrices dijeron que el aumento de los precios de las materias primas les cuestan mil millones de dólares a cada uno, debido en gran medida a que los proveedores nacionales subieron los precios después de los aranceles.
Las dos automotrices también fueron perjudicadas por una baja venta de automóviles en Estados Unidos, que cayó el año pasado y se espera que se mantenga la caída hasta el próximo año. Al mismo tiempo, las demandas de los clientes cambian para alejarse de los sedanes tradicionales hacia los vehículos utilitarios deportivos y camionetas pick-up.
Perderán sus empleos en GM 8 mil trabajadores asalariados.
Barra dijo que GM busca el “tamaño adecuado” del negocio, aumentando el uso de sus plantas restantes en Norteamérica. Como parte de los movimientos, GM cortará varios modelos, entre ellos el Chevrolet Cruze y su vehículo híbrido Volt, cuando lleguen a su fin sus programas actuales de producción.
Además de los cierres en el medio oeste, GM no emitirá nuevos trabajos a su planta de ensamble en Oshawa, en Ontario, Canadá, y a la planta de motores de Baltimore en White Marsh, Maryland.
Justin Trudeau, el primer ministro canadiense, escribió en Twitter que le expresó a Barra su “profunda decepción por el cierre”.
Agregó: “Los trabajadores de GM han sido parte del corazón y el alma de Oshawa durante generaciones, y haremos todo lo posible para ayudar a recuperarse a las familias a las que afecta esta noticia”.
GM también buscará cerrar dos plantas internacionales a finales de 2019, aunque la compañía no identificó en dónde. Durante varios años la compañía se retiró de mercados con problemas o no rentables como Rusia, India y Europa, donde vendió a Peugeot sus marcas Opel y Vauxhall que manejaban números rojos. A principios de este año cerró una ensambladora en Corea del Sur.
Por 6 mil mdd
Recortará 15% de su fuerza de trabajo como parte de una gran reestructuración para ahorrar la suma en 2020, con el fin de adaptarse al mercado.
El plan que mermará su plantilla de 180 mil empleados, incluye el cierre de tres plantas de ensamblaje en Norteamérica en 2019, dos en EU y una en Canadá.
Prevé el cese de actividades en otras plantas de producción, incluso fuera de la región, con el objetivo de "priorizar inversiones" para sus vehículos eléctricos.
En el plan de recortes para ahorro se incluye la desaparición de 25 por ciento de la plantilla en posiciones ejecutivas para "agilizar la toma de decisiones".
GM busca enfocar su producción en los vehículos más rentables, como camionetas y SUV. Modelos como el Chevrolet Cruze, dejarán de estar disponibles en Norteamérica.
La cotización de las acciones de GM se detuvo antes del anuncio. Al reiniciarse, 20 minutos más tarde, los precios de los títulos mostraron alzas mayores al 6%.