La NASA se opone a que Elon Musk ponga en órbita 30 mil satélites más

FT MERCADOS

Pues supone un riesgo elevado de colisiones.

SpaceX pondrá 20 mil satélites más en el rango de 328 a 360 km de la órbita terrestre baja.
Peggy Hollinger
Ciudad de México /

Los rivales de Starlink de Elon Musk podrían ser tachados de envidiosos o francamente anticompetitivos cuando se oponen al plan de SpaceX de poner en órbita 30 mil satélites más para su servicio de banda ancha basado en el espacio. 

Pero no es tan fácil desestimar las advertencias de la NASA, uno de los clientes más leales de SpaceX. Hace dos semanas, la agencia espacial estadunidense escribió a la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés) exponiendo sus preocupaciones con respecto a los planes de SpaceX de una segunda generación de satélites para sumarse a los 12 mil que ya tienen licencia. 

Estas van desde el riesgo sustancialmente elevado de colisiones, que se sumaría a una creciente nube de desechos espaciales, hasta el hecho de que muchos satélites de Starlink podrían dificultar la detección temprana de un impacto de asteroide “potencialmente catastrófico” con la Tierra. 

Esta no es la primera vez que la agencia espacial estadunidense plantea sus preocupaciones con respecto al rápido crecimiento de la población de satélites en la órbita baja de la Tierra, la región que se encuentra hasta 2 mil kilómetros por encima del planeta. 

Pero la carta que responde a la solicitud de SpaceX es inusual. Parece respaldar las quejas de rivales como Viasat, OneWeb y el Project Kuiper de Amazon, que citan riesgos para el lanzamiento o el funcionamiento de otros servicios espaciales por la rápida expansión de la red de Starlink. 

La NASA también validó la preocupación por la rápida disminución de las oportunidades de lanzamiento. Señala que los planes de SpaceX pondrán 20 mil satélites más en el rango de altitud de 328 a 360 kilómetros, normalmente el punto de escala de los vehículos que visitan la Estación Espacial Internacional (EEI). Esto “podría dar lugar a la pérdida potencial de oportunidades de lanzamiento y entrada”, afectando a la ciencia y al uso de la EEI. 

Musk desestima la preocupación de que el espacio esté demasiado congestionado. En una entrevista dijo que “decenas de miles de millones” de satélites podrían operar con éxito en la órbita terrestre baja. 

La NASA no está de acuerdo con él. Ahora quiere pruebas concretas de que las promesas de SpaceX sobre la prevención de colisiones y la seguridad espacial pueden cumplirse, a una escala a la que nunca antes se ha intentado. 

SpaceX colocó deliberadamente sus satélites en los tramos más bajos de la órbita terrestre baja para que se desorbiten y se quemen en la atmósfera terrestre más rápidamente que los que están a mayor altura. Así reducen las posibilidades de que se sumen a la creciente crisis de los desechos. También trata de reducir el reflejo de sus naves espaciales, que distorsiona la investigación astronómica desde la Tierra. 

Pero todavía no hay “reglas de circulación” acordadas internacionalmente para la administración del tráfico espacial. Así que lo que el regulador estadunidense exija a Starlink será observado por otros. Ruanda quiere conceder licencias a más de 300 mil satélites en órbita terrestre baja. Esta situación de “todos contra todos” no es sostenible.


​srgs



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