El jefe de Comercio del presidente estadunidense Donald Trump advirtió que las negociaciones para poner fin a la guerra de aranceles con China corren el riesgo de fracasar, al decir que hay “cuestiones, muy, pero muy importantes” que tienen que resolverse antes de llegar a un acuerdo, y no puede “predecir el éxito en este momento”.
Al hablar ayer ante el Comité de Finanzas del Senado, Robert Lighthizer, representante de Comercio de EU, dijo que las negociaciones con Pekín se intensificaron y probablemente entraron en sus “últimas semanas”, ya que los dos países regatean las reformas estructurales y las disposiciones de cumplimiento. Sin embargo, Lighthizer indicó que no se puede dar por sentado un acuerdo.
“O bien vamos a tener un buen resultado o vamos a tener un mal resultado en poco tiempo, pero no estoy estableciendo un plazo específico y no depende de mí”, dijo Lighthizer. “Trabajaré tan duro como pueda, y el presidente me dirá cuándo se acaba el tiempo, o los chinos lo harán”, agregó.
Lighthizer dijo que él y Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, hablaron con los funcionarios de Pekín el lunes, y que espera tener otra sesión de negociación con los representantes chinos hoy.
Tanto los funcionarios estadunidenses como los chinos esperaban avanzar lo suficiente como para establecer una cumbre entre Trump y Xi Jinping, el presidente chino, para una “firma” en el complejo turístico Mar-a-Lago, en el sur de la Florida, a finales de este mes. Esa línea de tiempo en este momento está en duda.
Entre los principales puntos de conflicto se encuentra la exigencia de EU de estrictas disposiciones de cumplimiento para garantizar que China honre sus compromisos en el acuerdo, entre ellos el derecho a imponer nuevos aranceles a Pekín de manera unilateral si Washington juzga que ha sido violado el pacto.
“Tenemos que mantener el derecho a poder aumentar los aranceles en situaciones donde haya violaciones al acuerdo”, dijo Lighthizer. “Si no hacemos eso, entonces nada de esto hace alguna diferencia”.
En su testimonio, se presionó a Lighthizer para que aclarara si EU levantará los aranceles existentes en China, que afectan a alrededor de 250 mil millones de dólares de productos, antes o después de que haya “pruebas concretas” de que Pekín cumple con sus promesas de frenar los subsidios industriales, reducir la transferencia forzada de tecnología y acabar con el robo de propiedad intelectual. Pero el jefe de Comercio de EU dijo que esto “todavía es un tema de negociación”.
La audiencia ante el Senado se dedicó formalmente al futuro de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que ha recibido críticas de Trump, incluyendo la amenaza del presidente de retirarse del organismo con sede en Ginebra a menos que haya una reforma.
Lighthizer se negó a cuestionar la membresía de EU en el organismo, diciendo que creía si tal no existiera, se tendría que “inventar”.
“La OMC es una institución valiosa y ofrece muchas oportunidades para que Estados Unidos promueva sus intereses en el comercio”, dijo Lighthizer. Sin embargo, tiene “problemas serios” que aún tienen que abordar otros miembros de la institución, agregó.
“Nos unimos a la OMC con la esperanza de que nos ayude a promover mercados más fuertes y más eficientes. Desafortunadamente, esas esperanzas con demasiada frecuencia se ven decepcionadas”, dijo.
EU busca reformar el mecanismo de solución de diferencias de la OMC, particularmente su organismo de apelación, diciendo que es culpable de “activismo judicial” y que creó obligaciones a los que el Congreso de EU nunca se apuntó.
Estados Unidos ha estado retrasando el nombramiento de nuevos jueces en el órgano de apelación, lo que amenaza con no tener suficientes panelistas para su funcionamiento a partir de diciembre. Lighthizer también criticó a la OMC por la disminución de su efectividad como foro de negociación, por su debilidad para obligar a los países a notificar el conjunto de nuevas barreras al comercio y por permitir que los grandes mercados emergentes mantengan aranceles elevados y la condición de países en desarrollo a pesar de los enormes avances económicos.
“Tomamos estas medidas no para perjudicar a la OMC, sino para garantizar que siga siendo relevante para un mundo que cambia rápidamente”, dijo. “Tenemos que trabajar con nuestros socios comerciales para encontrar soluciones”.
Si bien los detractores critican la postura agresiva de Trump hacia la OMC como una manera de socavar el sistema multilateral que Estados Unidos creó y del cual se benefició, la postura de Lighthizer recibió halló oídos comprensivos de los legisladores de los dos principales partidos políticos.
Ron Wyden, senador demócrata por Oregon, dijo que China “identifica las debilidades en el sistema de la OMC y las aprovecha” para su beneficio económico. “Actualizar la OMC es un tema en el que el gobierno no puede quedarse corto después de tanto hablar fuerte”.