Los usuarios de internet se pasaron el último año documentando obsesivamente qué actores de Hollywood y estrellas de las redes sociales nacieron de padres ricos y famosos. Descubrir hijos del nepotismo, o nepo babies, está de moda en TikTok. El sitio web Fashionista publicó una lista de “nepo babies prometedores a seguir”. Eve, modelo e hija de Steve Jobs, y Phoebe, la hija de Bill Gates, están en la lista.
Pero la contribución del sector de tecnología a la tendencia de los nepo babies no se limita a influencers con apellidos conocidos. En lugar de dar un empujón a los hijos, algunos fundadores tienen la capacidad de darles el control total de por vida.
Las líneas de trabajo más interesantes y de más alto perfil siempre han estado repletas de nepo babies. El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, es uno de ellos. También lo fue el expresidente de EU George Bush. Las conexiones, la riqueza y la familiaridad con una línea de trabajo confieren enormes ventajas.
La tecnología va un paso más allá. El fundador de WeWork, Adam Neumann, fue más explícito que la mayoría cuando dijo a sus empleados que quería que sus hijos fueran la brújula moral de la empresa. Si WeWork hubiera salido a bolsa habría tenido los medios para dárselo a sus hijos algún día.
A los fundadores del sector que sacan sus empresas a bolsa les encantan las acciones de doble clase. Su estructura les permite conservar la mayoría de los derechos de voto aunque tengan un número reducido de acciones. Esto les permite dirigir la empresa a su antojo, independientemente de los accionistas.
Las acciones de doble clase son la razón por la que nadie puede sacar a Mark Zuckerberg de su puesto de director ejecutivo de Meta, por mucho que baje el precio de las acciones. Sus acciones tienen más poder de voto que las de los demás.
El capitalista de riesgo Bill Gurley calificó a estas acciones de “señal de alerta”, pues dan a los empresarios el poder de ignorar a los inversores. A menos que las acciones de doble clase tengan una cláusula de extinción que las convierta de nuevo en acciones normales algún día, el poder es perpetuo.
La Comisión de Bolsa y Valores de EU reveló que siete o más años después de salir a bolsa, las empresas con acciones perpetuas de doble clase obtuvieron peores resultados. Aun así, los fundadores siguen presionando para tenerlas. En el primer semestre de 2022, 17 por ciento de las empresas que se incorporaron a los mercados tenían derechos de voto desiguales. La mitad no tenía cláusula de extinción.
Convertir el sector de tecnología en empresas familiares no concuerda con su visión meritocrática. La continuidad de la propiedad a largo plazo puede añadir resiliencia. Pero en las compañías públicas, elegir a familiares para dirigirlas se ve con recelo.
Es posible que los hijos de fundadores exitosos no quieran crear una nueva dinastía. Si lo hacen, deberían tomar nota de las lecciones aprendidas por los nepo babies de Hollywood. El talento y la humildad ayudan a eludir las acusaciones de privilegio no merecido. Las quejas te convierten en el villano. Lily-Rose, la hija de Johnny Depp, intenta rebatir la idea de que su familia desempeña un papel importante en su éxito. El resultado: un artículo viral titulado “¿Qué es un nepo baby, y por qué es tan fácil que no te agraden?”.
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