Nissan tiene un nuevo logotipo. El primer cambio de imagen del grupo automotriz japonés en dos décadas simboliza sus esperanzas de un cambio de rumbo. Sin embargo, el pronóstico de la mayor pérdida operativa en su historia —4 mil 500 millones de dólares para el año— destaca la gravedad de su difícil situación.
La deslustrada marca de Nissan y su apagada gama de vehículos dejan al grupo particularmente vulnerable a las amenazas existenciales que enfrentan los fabricantes tradicionales de automóviles. A pesar de que la pandemia golpea las ventas, ellos tienen que invertir grandes sumas de dinero en el desarrollo de vehículos eléctricos, con absolutamente ninguna garantía de éxito.
Un objetivo fijado por el jefe de Nissan, Makoto Uchida, para alcanzar un flujo de caja positivo tan pronto como el próximo año ahora parece muy optimista. Eso requerirá una drástica reducción de costos, incluidas inversiones vitales.
Nissan invirtió tardíamente dinero en los nuevos modelos y en tecnologías de automóviles eléctricos e inteligentes. Gastó casi 10 mil millones de dólares en investigación e inversión de capital en el año hasta marzo. En los niveles actuales de gasto de capital, Nissan puede quedarse sin efectivo en dos años. El saldo en su negocio de automóviles es de aproximadamente 9 mil 500 mdd, y recurrir a las líneas de crédito se sumará a su creciente relación entre la deuda y el capital de casi 180 por ciento.
Sin embargo, recortar el gasto tampoco es una opción. Eso ampliará la brecha con los rivales. Nissan tiene una posición particularmente mala; su línea de automóviles tradicionales que se ve anticuada ya no es competitiva. En el segmento de sedán de tamaño medio, que alguna vez fue su fortaleza, los años de descuentos y un enfoque en las ventas de flotas abarataron la marca. Las ventas para flotas —a compañías de alquiler de autos— representaron casi 30 por ciento de los ingresos de Nissan en Estados Unidos el año pasado.
Nissan ya no tiene aspectos de los que pueda alardear en sus autos eléctricos. En 2018, su coche eléctrico Leaf fue uno de los modelos más vendidos del mundo. Desde entonces, Tesla es la compañía que tomó esa posición.
El precio de las acciones de Nissan ya bajó un tercio este año. Eso no refleja plenamente su predicamento. Toma muchos años construir —o en el caso de Nissan— reconstruir, una marca. Las restricciones de flujo de efectivo significan que el tiempo es un lujo que Nissan no puede permitirse. Las posibilidades de que el negocio continúe en su forma actual acaban de ampliarse.
2,700 Millones de dólares fue la pérdida neta de Nissan para el primer trimestre fiscal de 2020, como consecuencia de la caída en sus ventas.
50.5% Cayeron las ventas del grupo automotriz a escala global, con comportamientos similares en mercados importantes como Japón, China y Estados Unidos.
4.3% Bajaron las acciones de la firma japonesa, al cerrar en 410.8 yenes en la bolsa de Tokio, lo que representa su peor día desde junio y su nivel más bajo en casi dos semanas.
6,200 Millones de dólares anuales perdió la empresa en mayo y anunció el cierre de su planta en Barcelona como parte de un plan de reestructura.