Países pobres necesitan ayuda en lucha climática

Opinión. El mundo necesita una “conmoción financiera pública” para abordar los objetivos cada vez más urgentes, aseguró el presidente francés, Emmanuel Macron

El presidente de Francia hizo un enérgico llamado. Reuters
Consejo Editorial
Londres /

En la inauguración de la “Cumbre para un nuevo pacto financiero mundial”, celebrada en París, el presidente francés Emmanuel Macron alertó a los delegados que el mundo necesita una “conmoción financiera pública” para abordar los objetivos cada vez más urgentes de la lucha contra el cambio climático, la pobreza global y la protección de la naturaleza. Se calcula que en los mercados emergentes y los países en desarrollo, excluida China, se necesitarán más de 2 billones de dólares anuales en inversiones para enfrentar el cambio climático y sus efectos a 2030; las inversiones actuales son de cerca de 500 mil millones de dólares (mdd). Movilizar tales sumas representará enormes esfuerzos de los bancos multilaterales de desarrollo, gobiernos y sector privado. Pero además de ser más ambiciosos a la hora de recaudar fondos, los gobiernos deben ser más inteligentes en la forma de hacerlo.

Obtener el financiamiento no será sencillo. La deuda pública total es de unos 86 billones de dólares. Cerca de 60 por ciento de los países de bajos ingresos tienen problemas de endeudamiento o corren el riesgo de tenerlos. Muchos consideran que no deberían pagar por los daños causados por las emisiones históricas de las naciones industrializadas. En tanto, la competencia por atraer inversiones verdes es cada vez mayor, y el sector privado está desalentado por los mayores costos del capital en los países en desarrollo.

Pasar de “miles de millones a billones” requiere innovación. Significa aprovechar mejor los bancos multilaterales de desarrollo, reducir el riesgo de inversiones del sector privado, ser más creativos en lo que respecta a la reducción de deuda y crear nuevas fuentes de ingresos.

El sistema de los BMD (bancos mundiales de desarrollo), que posee cerca de 1.8 billones de dólares en activos, será fundamental. Los BMD deben acelerar sus esfuerzos para usar sus balances de forma más eficiente, lo que, según estudios, puede elevar la capacidad de inversión hasta en un billón de dólares más, sin socavar sus calificaciones crediticias de triple A.

Alentar a los accionistas más ricos a inyectar incluso un modesto capital adicional también puede impulsar la capacidad de préstamo, igual que la emisión de capital híbrido para inversores institucionales. También pueden considerar la posibilidad de crear carteras de activos múltiples a partir de sus proyectos, en las que pueden invertir los gestores de activos institucionales.

La movilización de capital privado por parte de los BMD sigue siendo relativamente pequeña. Esto refleja en parte el riesgo real y percibido de invertir en países de bajos ingresos. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el costo de capital de un proyecto típico solar a escala para empresas eléctricas puede ser tres veces mayor en las principales economías emergentes que en los países avanzados. Los BMD deben desempeñar un papel más importante en la reducción del riesgo de los proyectos, lo que puede implicar asumir posiciones subordinadas en los tramos de los acuerdos, estar dispuestos a aceptar segmentos de primera pérdida o proporcionar garantías de divisas para el financiamiento en monedas volátiles.

Los BMD y los gobiernos deben crear productos financieros que se adapten al problema de crédito que tratan de resolver. Por ejemplo, apoyar la investigación y el desarrollo de posibles soluciones climáticas puede involucrar herramientas como concursos de subsidios y contratos a largo plazo, que comprometen el financiamiento de proyectos innovadores pero costosos.

Reducir la deuda de los países de bajos ingresos también liberará fondos para el desarrollo sustentable. La coordinación internacional entre acreedores, entre ellos China, aún es clave. Hay opciones creativas por estudiar, como los swaps (intercambios) de deuda por clima, o que son para financiar iniciativas ecológicas. También es sensato el plan del Banco Mundial de permitir que países afectados por desastres pausen el pago de préstamos.

También será importante encontrar nuevas fuentes de ingresos. Un impuesto mundial al carbono, por ejemplo, dará incentivos para frenar las emisiones y fondos para redistribuir a los países de bajos ingresos, pero el consenso es difícil de alcanzar.

Al fin se entiende la magnitud del dinero y el esfuerzo necesarios para enfrentar el reto climático. La seriedad debe acompañarse de inteligencia para lograrlo antes de que sea tarde.

Financial Times Limited. Declaimer 2021

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