Pimco, el gestor activos de 1.8 billones de dólares, defendió firmemente su cultura en el lugar de trabajo y dijo que tres de sus cinco abogados generales adjuntos son mujeres, dos de las cuales son madres, en respuesta a una demanda de una abogada interna que alega que se le tomó en cuenta para ascensos y se le negaron oportunidades profesionales después de embarazarse.
Andrea Martin Inokon, quien es afroamericana, afirmó en una denuncia que se presentó el 24 de septiembre en un tribunal superior de California que Pimco opera como una “fraternidad en un sentido perversamente literal”.
En una presentación del 12 de noviembre, Pimco dijo que la firma “niega categóricamente que haya incurrido en algún tipo de discriminación sistemática o de otro tipo contra las empleadas, los empleados de color o madres, con respecto a la compensación, las evaluaciones de desempeño, los ascensos, apoyo para oportunidades comerciales o profesionales”.
Pimco también dijo que la firma con sede en Newport Beach, California, “niega las acusaciones sensacionalistas e infundadas del demandante de una cultura de fraternidad dentro de la firma, que se fabricaron para esta demanda”.
Inokon, que trabaja en Pimco desde hace nueve años, alegó que fue ignorada para varios puestos de alto nivel (entre ellos el de vicepresidente ejecutivo) “en favor de hombres menos cualificados” debido a su “raza, sexo y embarazo”.
Discriminación por raza y género
En la demanda se alega que, como resultado de sus dos embarazos, Pimco “le quitó oportunidades, reasignó proyectos a hombres menos calificados”, la sometió a “críticas injustas” e intentó inducirla a “abandonar su carrera”.