El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, dijo que es probable que se realicen “cambios amplios y materiales” a las propuestas para replantear las reglas de capital de los bancos, mientras los republicanos hicieron un llamado para que se descarte la interpretación actual del denominado paquete final de Basilea III.
Powell dijo a legisladores que escuchó las “preocupaciones” de los bancos sobre la interpretación de los estándares de capital que elaboraron los reguladores globales que forman parte del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea.
“Espero que se produzcan cambios amplios y sustanciales a la propuesta”, dijo durante su comparecencia semestral ante el Congreso sobre la política monetaria.
La Fed, junto con otros reguladores de EU, se enfrentaron a fuertes críticas por parte del sector bancario sobre lo que puede constituir el mayor cambio de los requisitos de capital desde que se introdujo la ley Dodd-Frank a raíz de la crisis financiera mundial.
Las propuestas actuales exigirán que los bancos más grandes de EU mantengan una mayor cantidad de capital, que pueda absorber las pérdidas, en comparación con sus activos. Los bancos argumentan que esto restringirá su capacidad para prestar sin hacer que el sistema financiero sea significativamente más seguro.
Powell dijo que nunca había visto una propuesta regulatoria que suscitara tantas críticas, y agregó que hay “preocupaciones reales” de que los planes puedan aumentar los riesgos para el sistema bancario y socavar la competencia.
Añadió que si bien la Fed todavía no decide qué cambios hacer a la propuesta, no “van a dudar” en hacerlos en caso de ser necesario.
Los grupos de defensa de los bancos tomaron la inusual medida de transmitir anuncios por televisión contra el final de Basilea III durante partidos de futbol americano de alto perfil, y también plantearon la posibilidad de demandar a la Fed si el banco central se niega a hacer grandes cambios.
Los bancos ganaron aliados con usuarios habituales de productos de cobertura, como grupos agrícolas, así como de la industria de energía renovable, que advirtió que los cambios pueden obstaculizar los proyectos de energía limpia.
También obtuvieron el apoyo de los republicanos en la Cámara de Representantes, quienes pidieron a los jefes de la Fed, la Corporación Federal de Seguro de Depósitos y la Oficina del Contralor de la Moneda en una carta que “retiren esta propuesta con defectos”.
“Esta amplia oposición deja claro que no solo es el sector bancario el que grita que viene el lobo con los mayores requisitos de capital”, se lee en la carta. “Tal como se emitió, carece de justificación, de un análisis cuantitativo riguroso y tiene fallas de procedimiento”.
Jerome Powell reconoció “un progreso considerable” de la economía y dijo que es poco probable que las tasas de interés, que actualmente se encuentran en un máximo de 23 años en un rango de 5.25 a 5.5 por ciento, suban de nuevo.
Sin embargo, dijo a los legisladores que el avance hacia el logro del objetivo de inflación de 2 por ciento de la Reserva Federal de EU no está “garantizado” y que los recortes de tasas van a tener que esperar hasta que los funcionarios tengan más confianza en alcanzar su meta.
“Reducir la restricción de las políticas muy pronto o en exceso puede tener como resultado que se revierta el progreso que pudimos observar en materia de inflación y, en última instancia, requerir una política aún más estricta para que la inflación vuelva al 2 por ciento” dijo Powell. “Al mismo tiempo, reducir demasiado tarde o demasiado poco la política restrictiva puede debilitar excesivamente la actividad económica y el empleo”.
La próxima votación del Comité Federal de Mercado Abierto se llevará a cabo el 20 de marzo, y sus miembros ya manifestaron en repetidas ocasiones su deseo de lograr una “mayor confianza” en que la inflación pueda alcanzar 2 por ciento de forma sostenible.
La inflación general de los gastos de consumo personal, que es el objetivo de la Reserva Federal, aumentó 2.4 por ciento hasta enero, frente al 2.6 por ciento de diciembre; sin embargo, la tasa intermensual aumentó ligeramente, lo que hace temer que la desaceleración de la presión sobre los precios se detenga pronto.
El IPC subyacente, el indicador preferido de la Reserva Federal para medir la inflación, también aumentó entre enero y diciembre.
Los mercados redujeron sus expectativas de recortes de la Fed este año. Los inversionistas esperan ahora tres o cuatro de un cuarto de punto a partir del verano, lo que representa un cambio respecto a principios de año, cuando esperaban seis a partir de este mes.