Prevén “desastre económico” si estalla huelga ferroviaria en EU

Más de 100 mil trabajadores del sector de transporte de carga pueden ir a paro por primera vez en 30 años si no se llega a un acuerdo sobre los contratos; solicitan la intervención del Congreso

Una locomotora de BNSF encabeza la fila de vagones detenidos en Oklahoma mientras continúan las negociaciones. Sue Ogrocki/AP
Taylor Nicole Rogers
Nueva York /

Los transportistas de mercancías, desde alimentos para animales hasta productos electrónicos, instaron al Congreso de Estados Unidos a intervenir en un conflicto laboral latente que puede congelar el servicio de movimiento de carga en los ferrocarriles del país esta misma semana.

Más de 100 mil trabajadores ferroviarios pueden ir a la huelga por primera vez desde 1992 si no se llega a un acuerdo sobre los contratos cuando expire hoy el periodo para recapacitar que estableció el gobierno federal, a menos que el Congreso tome medidas. El movimiento incluye a los empleados de los mayores transportistas de Norteamérica, como Union Pacific, CSX y BNSF, compañía propiedad de Berkshire Hathaway, de Warren Buffett.

Diez de los 12 sindicatos que mantienen conversaciones con los comités de negociación alcanzaron acuerdos provisionales a última hora del martes; sin embargo, dos de ellos se resisten después de casi tres años de conversaciones infructuosas, y los miembros de un tercero votaron ayer para rechazar su acuerdo. Los organismo amenazaron con ir a huelga incluso si uno de ellos sigue sin llegar a un convenio.

El estancamiento representa un reto para el presidente Joe Biden, quien se propuso reforzar las cadenas de suministro y apoyar a las organizaciones sindicales.

La Casa Blanca estaba “trabajando con otros modos de transporte, incluidas las compañías transportistas, los camioneros y el sector aéreo, para ver cómo pueden intervenir y mantener las mercancías en movimiento en caso de que se produzca un paro ferroviario”, dijo el martes la secretaria de prensa, Karine Jean-Pierre. El Congreso está facultado para obligar a los sindicatos y a los ferrocarriles a un arbitraje vinculante.

Los llamados urgentes de los grupos industriales aumentaron la presión en un momento en que la inflación está al rojo vivo. Los grupos empresariales advirtieron de que una huelga puede paralizar las cadenas de suministro, aumentar los precios de los alimentos y hacer imposible el reabastecimiento de los estantes de las tiendas y el funcionamiento de las fábricas. La Cámara de Comercio de EU la calificó de “desastre económico nacional”.

El Instituto Estadunidense del Petróleo (API, por su sigla en inglés), el principal grupo de cabildeo del sector en el país, confirmó que los ferrocarriles informaron a las empresas de energía la semana pasada que los envíos de materiales peligrosos se reducirán para despejar las vías ante un posible paro, y advirtió de las “catastróficas” disrupciones de la red ferroviaria si no se llega a un acuerdo.

El amoníaco, un ingrediente principal de los fertilizantes nitrogenados que se utilizan en la agricultura, también figura entre los productos peligrosos que se retiraron de los ferrocarriles, de acuerdo con el grupo Fertilizer Institute. Una huelga tendrá efectos “rápidos y severos” en la capacidad de los agricultores para enviar sus cosechas para la exportación en un momento en que la invasión de Rusia a Ucrania frenó el suministro de alimentos desde el Mar Negro, dijo el presidente de la National Grain and Feed Association, Mike Seyfert.

Brian Dodge, presidente de la Retail Industry Leaders, que representa a las grandes cadenas de supermercados, dijo que la perspectiva de una huelga está teniendo un efecto. “Se perderán puestos de trabajo y los costos aumentarán a medida que la escasez de materias primas y bienes de consumo se extienda por toda la economía: será un impacto doble”, advirtió.

El Comité de la Conferencia Nacional de Transportistas, que representa a los ferrocarriles en las negociaciones, está dispuesto a aceptar los términos del contrato recomendados por una junta de emergencia nombrada por la Casa Blanca, incluido un aumento inmediato de 14 por ciento para los trabajadores y mayores prestaciones de salud.

A pesar de las peticiones de los grupos empresariales, los dos sindicatos que se resisten a negociar instaron al Congreso a no interceder. La División de Transporte de los Trabajadores de la Industria Metalúrgica, Aérea, Ferroviaria y del Transporte y la Brotherhood of Locomotive Engineers no aceptarán ninguna propuesta de los ferrocarriles que no cambie las políticas de asistencia para facilitar la programación de tiempo libre no remunerado para citas médicas y emergencias familiares.

Los miembros de otro sindicato, la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales, votaron ayer a favor de rechazar el acuerdo tentativo que sus líderes alcanzaron con los ferrocarriles, pero acordaron continuar las conversaciones durante una semana más antes de activar una huelga.

Una huelga de los trabajadores ferroviarios puede costar a la economía de Estados Unidos más de 2 mil millones de dólares al día, de acuerdo con un informe de la Association of American Railroads, un grupo comercial. 


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