Las tiendas reemplazaron los Santas de chocolate con los huevos de Pascua en las estanterías sin tomar una pausa. Ojalá tal previsibilidad pudiera imponerse en el mundo de la materia dulce bajo el envase. Los mercados de cacao se están restringiendo. Los analistas creen que vamos a consumir más de lo que producimos este año. Costa de Marfil y Ghana imponen una prima de 400 dólares por tonelada este año para que sea atractivo para una gran cantidad de agricultores. Estos países a los que algunos llaman “COPEC” producen dos tercios de la oferta mundial. Se avecina un colapso.
Las existencias mundiales de cacao, el punto de partida para el chocolate, están cayendo hacia 30 o 35 por ciento de la demanda, ya que el déficit proyectado para este año desencadena una mayor reducción. Por debajo de 30 por ciento, se avecina escasez. Los grandes procesadores y fabricantes de chocolate, como Mars, Hershey y Mondelez, y especialmente sus pares más pequeños, comienzan a transpirar.
La última vez que la relación cayó por debajo de 30 por ciento fue en la década de 1980. Pero el mercado se estabilizó de forma fortuita gracias a los frutos de una expansión de capacidad a largo plazo.
En esta ocasión, los chocolateros tienen que cubrir el diferencial de ingresos de vida, o LID (living income differential), para los agricultores que —algo que no es inusual en el mundo de las materias primas blandas— toman una pequeña parte del valor de 100 mil millones de dólares en el mercado del chocolate. La economía del LID de igual manera está patas para arriba. Los árboles de cacao tardan tres años en crecer, un gran retraso para una respuesta de suministro y uno peligrosamente largo para los aspirantes a agricultores en una parte del mundo no conocida por su estabilidad política.
Cuestionado
El chocolate es un producto agridulce, cuyo consumo está contaminado por el trabajo infantil y, más recientemente, por su papel en la deforestación. Al igual que otros alimentos, está a merced del clima y las plagas; a diferencia de los demás, sus rendimientos apenas se han movido en décadas.
Se corre el riesgo de que el LID cause estragos en las estrategias de cobertura de los dulceros y aumenta la atracción de los productores vecinos de África Occidental para los confiteros. Estas son consecuencias no deseadas de un impulso bien intencionado para reducir la desigualdad. Pero son tan previsibles como la embestida de los huevos de Pascua en enero.
A futuro
El diferencial de ingresos de vida activó los mercados de futuros que consideran una prima de entre 200 a 500 libras por tonelada, para Costa de Marfil y Ghana, indica el grupo de materias primas Marex Spectron.