Durante 2018 la producción de petróleo de Estados Unidos aumentó a su ritmo más rápido en registro.
Los datos de la Administración de Información de Energía de EU (EIA, por sus siglas en inglés) muestran que la producción de petróleo crudo aumentó en 1.6 millones de barriles el año pasado, superando por mucho el nivel récord anterior que se estableció en 2014.
La producción tuvo un promedio de 10.95 millones de barriles por día durante 2018, con lo que se eclipsan los suministros de Arabia Saudita y Rusia, así como los del punto máximo anterior de EU en 1970.
Los volúmenes se ubicaron muy por encima de las expectativas: en enero de 2018, la EIA proyectó que la producción de petróleo crudo de Estados Unidos se ubicaría en 10.3 millones de barriles por día para el año.
Las grandes ganancias provienen en gran medida de la cuenca del Permian en Texas y Nuevo México, donde la ampliación de la perforación permitió un aumento de producción de más de 1 millón de barriles por día entre diciembre de 2017 y diciembre de 2018.
El número de plataformas de perforación subió ya que el precio del referente estadunidense West Texas Intermediate subió casi 30 por ciento en 2018 para llegar a un promedio de 65 dólares por barril. Una caída en el precio hacia finales del año pasado ayudó a que el cártel de la OPEP y sus aliados, entre ellos Rusia, redujeran los suministros en 1.2 millones de barriles por día.
Esta semana, ExxonMobil y Chevron establecieron objetivos ambiciosos para su producción en el Permian para principios de la década de 2020. Michael Wirth, director ejecutivo de Chevron, dijo que lograría obtener “rendimientos por encima de 30 por ciento”.