El colapso de la bolsa de criptomonedas FTX demuestra que los reguladores de Estados Unidos deben combinar fuerzas y utilizar las capacidades existentes para proteger a los inversionistas en lugar de esperar a que se promulguen nuevas leyes, instó Sheila Bair, que ayudó a dirigir la respuesta regulatoria a la crisis financiera de 2008.
“Los reguladores tienen que hacer grandes esfuerzos y llegar a un acuerdo y luego empezar a aplicarlo, utilizando las atribuciones que tienen ahora”, dijo Bair, ex jefa de la Corporación Federal de Seguros de Depósitos a Financial Times.
“Establecer un marco, publicarlo, implementarlo mediante cambios en las normas y anuncios de políticas. Pero hay que ponerse manos a la obra porque cada vez hay más gente perjudicada”.
La regulación federal de los productos y las operaciones relacionados con las criptomonedas se encuentra estancada por las afirmaciones de que se está entre las jurisdicciones de la Comisión de Bolsa y Valores de EU, la Comisión de Negociación de Futuros de Productos Básicos y los reguladores bancarios. Cuando los senadores preguntaron esta semana a las autoridades estadunidenses quién estuvo monitoreando a FTX, que alguna vez tuvo un valor de 32 mil millones de dólares, se produjo una incómoda pausa.
También existe un tenso debate sobre si las agencias deben elaborar una regulación enfocada en las criptomonedas, ya que algunos legisladores y figuras del sector piden más orientación, mientras que los reguladores de los mercados argumentan que las leyes existentes son claras.
La mayoría de los estadunidenses atraídos por el bitcóin y otros tókenes digitales han operado a través de entidades con sede fuera de Estados Unidos, como FTX. Esa compañía se declaró en bancarrota la semana pasada, lo que hizo que el mercado de activos digitales entrara en crisis. El nuevo director ejecutivo del grupo dijo en una declaración judicial que FTX mostraba “un completo fracaso de los controles corporativos” y estaba sujeta a una “defectuosa supervisión regulatoria en el extranjero”.
“No me sorprende y me entristece”, dijo Bair. “Fue un error que el grupo de trabajo del presidente (sobre activos digitales) dijera que necesitamos una legislación y que le estamos lanzando una papa caliente al Congreso”.
A algunos de los que se oponen a la regulación de las criptomonedas les preocupa que la supervisión gubernamental pueda darle a los activos digitales una credibilidad no merecida. Bair dijo que está en total desacuerdo, basándose en su experiencia con los préstamos al consumidor. “No me gustan los préstamos de crédito fácil, pero no creo que se estén validando al proporcionar cierta regulación sobre ellos. Están tratando de evitar que la gente salga perjudicada”.
Bair señaló que no espera que el colapso de los precios de las criptomonedas cause una inestabilidad financiera más amplia. “A la fecha, la mayor parte de las criptomonedas nunca han tenido aplicaciones en el mundo real, por lo que la economía no depende de ellas de la forma en que dependemos de nuestro sistema financiero regulado”.
Pero sí le preocupa que los problemas de FTX se extiendan y afecten a las compañías fintech que intentan aprovechar el mismo tipo de tecnología de libro contable distribuido. Es miembro externo del consejo de administración de Paxos, que ofrece servicios de intermediación y liquidación de criptomonedas y está regulada por Nueva York.
“No quiero tirar las frutas frescas con las podridas. Espero que esto sirva para reasignar el capital lejos de las actividades especulativas a las firmas que intentan utilizar esta tecnología para algo de valor”, afirmó.
“Un visto bueno regulatorio para ellos sería de total ayuda para eso. Cerrar a esos otros tipos”.