WeWork se declaró en quiebra, una caída humillante para la alguna vez exitosa startup de alquiler de oficinas cofundada por Adam Neumann y respaldada por miles de millones de dólares del SoftBank de Japón.
La compañía que se propuso revolucionar el sector inmobiliario de oficinas no pudo escapar de las fuerzas combinadas de los costosos arrendamientos que había firmado antes de la pandemia y los débiles niveles de ocupación a medida que el trabajo híbrido ganaba popularidad.
WeWork informó a hora del lunes que alcanzó un acuerdo con casi todos sus acreedores para convertir 3 mil millones de dólares de préstamos vigentes y bonos en acciones de la compañía reorganizada. El proceso de protección del Capítulo 11 en Estados Unidos le permite a WeWork rescindir los arrendamientos anticipadamente con una pequeña penalización financiera mientras busca reestructurar sus más de 13 mil mdd en obligaciones de arrendamiento.
El director ejecutivo de WeWork, David Tolley, dijo que el proceso se va a enfocar en “abordar nuestros arrendamientos heredados y mejorar drásticamente nuestro balance”.
En su declaración de bancarrota ante un tribunal federal de Nueva Jersey, WeWork solicitó renunciar a 69 arrendamientos, afirmando que racionalizar su cartera de oficinas es “crítico” para su reestructuración. La compañía se encuentra en “negociaciones activas” con más de 400 propietarios para mejorar los términos del arrendamiento, de acuerdo con el documento.
WeWork indicó que sus espacios de oficinas están “abiertos y operativos” con normalidad, y que su negocio internacional fuera de EU y Canadá no se vio afectado por la declaración de quiebra.
WeWork y Neumann alguna vez simbolizaron cómo los emprendedores carismáticos podían elegir un sector aparentemente formal, aplicar un esplendor de tecnología y atraer capital de riesgo para obtener una valoración de más de mil millones de dólares, pero a medida que las pérdidas aumentaron debido a una caída en cascada del sector inmobiliario de oficinas y las tasas de interés aumentaron en los últimos dos años, WeWork pasó a representar los peores excesos de la era del dinero barato.
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En su punto máximo a principios de 2019, WeWork estaba valorada en los mercados privados en 47 mil millones de dólares, y la realeza de Wall Street, que quería una parte de la oferta pública inicial que planeaba, celebraba a Neumann. Con cerca de 16 mil mdd de financiamiento de capital y deuda de SoftBank y su Vision Fund, la compañía consiguió espacio para oficinas en todo el mundo para impulsar el crecimiento de los ingresos, creyendo que las empresas, desde pequeñas startups hasta multinacionales de Fortune 500, preferirían bienes inmuebles flexibles a contratos de arrendamiento a largo plazo.
Antes de la declaración de quiebra de la compañía el lunes, Neumann emitió un comunicado diciendo que la medida inminente era “decepcionante”.
“Para mí ha sido difícil ver desde la barrera desde 2019 cómo WeWork no ha logrado aprovechar un producto que en la actualidad es más relevante que nunca”, dijo, al tiempo que predijo que una reorganización le “permitiría a WeWork surgir con éxito”. La empresa ya estaba en proceso de revisión de sus contratos. En septiembre, Tolley informó a los propietarios que la compañía buscaba reestructurar casi todos sus arrendamientos, citando una “cartera de arrendamientos inflexible y de alto costo” que era consecuencia de “un periodo de hipercrecimiento insostenible”. La compañía indicó que los lugares que planeaba recortar eran sitios “en gran medida no operativos” y que los clientes afectados fueron notificados.
Los arrendamientos incluyen sitios en todo EU y Canadá, alrededor de 40 en Nueva York y una docena en California.
“Estamos realmente satisfechos con el enfoque realista que los propietarios están adoptando en estas negociaciones y el valor que atribuyen a tener WeWork en los edificios”, dijo Tolley a Financial Times antes de la presentación. “Aalgunas de estas negociaciones serán polémicas y muchas no”. La capacidad de rechazar arrendamientos mediante la quiebra fortalecerá la posición de WeWork en estas conversaciones.
Neumann había tratado de hacer de WeWork una marca de estilo de vida para “la we generation” (la generación nosotros, orientada a la comunidad y altruista), con ramificaciones en la convivencia y la educación y una misión de “elevar la conciencia del mundo”, pero la empresa que consumía mucho dinero no pudo generar ganancias que coincidieran con su visión.
WeWork presentó un prospecto preliminar de oferta pública inicial en agosto de 2019, pero los detalles de sus grandes pérdidas y las preocupaciones sobre su gobierno corporativo asustaron a los inversionistas de Wall Street. Abandonó la oferta y Neumann dejó ese año su cargo de director ejecutivo. En 2021, WeWork y SoftBank pagaron varios cientos de millones de dólares para resolver el litigio con Neumann que siguió a su salida.
WeWork finalmente salió a bolsa en 2021 a través de una fusión con una SPAC (empresa de adquisición con propósito especial) con una valoración de empresa de 9 mil millones de dólares. En ese momento proyectó que para 2024 podía obtener 2 mil mdd en utilidades operativas en efectivo, pero en su trimestre más reciente, su tasa de ocupación de 72 por ciento estuvo entre 10 y 15 puntos porcentuales por debajo de los pronósticos, y en el primer semestre de este año, la utilidad operativa en efectivo siguió siendo negativa.
Este año, la compañía completó una reestructuración de su balance para reducir su deuda financiera neta en mil 500 millones de dólares y retrasar los vencimientos próximos hasta 2027, un acuerdo que rápido resultó insuficiente. La capitalización de mercado de WeWork cayó a solo 40 millones de dólares y se espera que debido a la quiebra se anulen las acciones de los accionistas actuales. Sus bonos se cotizan a precios muy bajos.
La quiebra de la compañía es el último golpe al sector inmobiliario de oficinas, aunque los especialistas de la industria comentaron a Financial Times que las ubicaciones de WeWork por lo regular se encontraban en edificios de segundo nivel y ubicaciones que ya se encontraban en dificultades.
De acuerdo con sus registros de valores, WeWork tiene más de 700 ubicaciones en todo el mundo con más de 40 millones de pies cuadrados disponibles para rentar. Poco menos de la mitad de esa cifra se encuentra en EU y Canadá. Tolley dijo que espera que el proceso de quiebra dure menos de siete meses.