La banda británica The Wurzels logró estar en las listas de éxitos de la década de 1970 cantando sobre sidra y cosechadoras. Un saludable trago de nostalgia significa que el grupo de West Country (como se conoce informalmente a una zona del sureste de Inglaterra) todavía canta en granjas locales y festivales. La sugerencia del gobierno de rescatar a Flybe, una línea aérea en dificultades con sede en la región, es un renacimiento menos bienvenido de una era de intervención del Estado.
Como la línea aérea regional más grande de Gran Bretaña, los problemas de Flybe inevitablemente se politizan. Casi 2 mil 500 puestos de trabajo están en peligro. La quiebra de la aerolínea, un año después de la de Flybmi de East Midlands (región conformada por los condados de Derbyshire, Leicestershire, Rutland, Northamptonshire, Nottinghamshire y parte de Lincolnshire), amenazaría a los aeropuertos locales que dependen de sus servicios, como Southampton. “Nivelar” el desempeño económico fuera de Londres será el tema del próximo presupuesto del Reino Unido.
El gobierno considera recortar el impuesto a los pasajeros en los vuelos regionales como una forma de ayudar a Flybe. Esto provocaría menos críticas que apoyar a la compañía por medio de subsidios directos. El Reino Unido tiene una historia vergonzosa de rescatar todo tipo de empresas, desde compañías automotrices hasta bancos.
Existe el argumento social y económico para que los gobiernos respalden las conexiones de transporte con zonas remotas. Pero el Reino Unido debería hacer esto al subsidiar las rutas, no a una línea aérea regional en dificultades.
Nunca fue rentable
Flybe nunca fue rentable. Perdió 9.4 millones de libras en 2018, su último año como empresa pública, y 48.5 millones de libras un año antes de eso. Los costosos arrendamientos de aeronaves, la desacertada expansión y el aumento de los costos del combustible y el carbono ya cobraron su factura. No se dispone de cuentas actualizadas. Un cambio de propiedad el año pasado no generó un cambio en lo absoluto.
Las rutas rentables, en las que los viajes por aire son más atractivos que hacer el recorrido en tren o auto, deberían encontrar nuevos operadores para que se hagan cargo de ellas. Pierden dinero, pero son públicamente codiciadas, deberían obtener subsidios del Estado como ya ocurre con el enlace Londres-Newquay. Flybe no merece exenciones especiales. La nostalgia podría ser una excusa para aguantar una de los Wurzels golpeando el banjo. No es razón para apoyar a esta empresa fallida.