Richard Branson llega al límite del espacio exterior

Virgin Galactic. La hazaña del empresario, un golpe para su rival Jeff Bezos en la carrera por abrir viajes al turismo comercial

El magnate se elevó 86 kilómetros sobre el desierto de Nuevo México. Reuters
Richard Waters
Nuevo México /

Richard Branson tocó ayer el borde del espacio, cumpliendo una ambición de toda la vida y arrebatándole los derechos de presumir a su rival Jeff Bezos en la carrera por abrir el espacio suborbital al turismo comercial.

El fundador de Virgin, de 70 años de edad, y otros cinco miembros de la tripulación alcanzaron una altura de alrededor de 86 kilómetros sobre el desierto de Nuevo México para irrumpir en los tramos más bajos del espacio a las 9:26 de la mañana hora local. Su nave espacial Virgin Galactic fue transportada en el aire por un avión portador especialmente diseñado, antes de disparar su cohete para subir a tres veces la velocidad del sonido.

El lanzamiento se produjo después de una búsqueda de 17 años marcada por retrasos y decepción, durante la cual Branson gastó más de mil millones de dólares de su fortuna personal. El vuelo se retrasó 90 minutos después de que una tormenta de medianoche levantó el polvo de la árida maleza, retrasando el lanzamiento de la nave desde su hangar en Spaceport America.

Desde a bordo, Branson lo llamó la “experiencia de su vida”.

El vuelo se realiza nueve días antes de que el fundador de Amazon, Jeff Bezos, suba más alto en un cohete construido por su firma espacial privada, Blue Origin.

Las aventuras personales de los multimillonarios culminan una carrera para demostrar que sus compañías de cohetes finalmente son seguras para las operaciones comerciales, abriendo el espacio suborbital como destino turístico.

Se había programado que Branson se uniera a un vuelo de prueba posterior de Virgin Galactic, pero el viaje de ayer se anunció hace dos semanas cuando parecía que Bezos lo derrotaría en gravedad cero.

En una señal de la guerra de mercadotecnia por los turistas espaciales que se avecina, Blue Origin criticó la hazaña de Branson incluso antes de que subiera al cielo. Señaló que el plano espacial de Virgin Galactic no alcanza la línea de Karman, el punto, a 100 kilómetros por encima de la Tierra, que marca el límite internacionalmente reconocido del espacio exterior.

Las críticas obligaron a Branson a ponerse a la defensiva en los días previos a su vuelo. Señaló que Estados Unidos considera que el espacio comienza a una altura de 80 kilómetros y afirmó que los pasajeros de su compañía pasarán los mismos cuatro minutos en gravedad cero que los de Blue Origin.

Durante el fin de semana, el bando de Bezos también descartó al VSS Unity como un “avión de gran altitud” y subrayó supuestas deficiencias en materia de seguridad, entre ellas la falta de un sistema de escape en caso de una emergencia y el hecho de que solo ha superado los 80 kilómetros tres veces antes.

Pero en Nuevo México, el momento le pertenecía a Branson. Cientos de periodistas, empleados de la empresa e invitados se reunieron en la oscuridad antes del amanecer para presenciar su lanzamiento, un testimonio de sus habilidades como un hábil hombre espectáculo que desde hace mucho tiempo utiliza el apetito que tiene para tomar riesgos personales para pulir la marca Virgin. Elon Musk, otro empresario espacial multimillonario, visitó a Branson ayer por la mañana para desearle lo mejor y ver el lanzamiento.

Virgin Galactic se mudó a Spaceport hace dos años, pero hasta ayer solo había realizado un vuelo de prueba desde entonces. Se retrasó durante años por un accidente en 2014, cuando una de sus naves espaciales se despedazó y matgó a un piloto de pruebas. Un accidente anterior durante una prueba de cohetes en tierra mató a tres empleados que habían sido contratados para construir la nave espacial de Virgin Galactic.

El vuelo de ayer —y la participación de Branson en el mismo— es en apariencia parte de la serie de pruebas por las que Virgin Galactic necesita pasar antes de abrirse por completo a las operaciones comerciales. Se dijo que el fundador de Virgin se preparaba para ayudar a evaluar si la compañía había cumplido con sus “objetivos de cabina y experiencia del cliente”.

Se planean dos vuelos de prueba más antes de que comiencen las operaciones comerciales completas. _

LAS MÁS VISTAS