El director de cine Shawn Levy estaba trabajando duro en Londres en Deadpool 3, con su amigo cercano Ryan Reynolds, cuando se supo la noticia de que el actor y empresario de Hollywood había realizado otra importante inversión.
Reynolds y otros inversionistas, entre ellos los propietarios del AC Milan, RedBird Capital Partners, adquirieron una participación de 24 por ciento en la escudería Alpine Formula One, lo que da al grupo, respaldado por Renault, una valoración de 900 millones de dólares (mdd).
Pero Reynolds, que repite su papel protagonista en la exitosa franquicia Deadpool, no dio ninguna señal a sus colegas en el set de filmación de que estaba a punto de realizar otra transacción multimillonaria, un testimonio de su asombrosa capacidad para hacer malabarismos con su doble papel de negociador en serie y superestrella de Hollywood, dice Levy.
“Siempre asumo que Ryan trabaja en algo enorme en la sombra y al margen, pero nunca siento la distracción o la carga de todo lo demás que tiene entre manos”, dice Levy, que trabaja a menudo con Reynolds. “Es uno de sus superpoderes: tiene una visión empresarial, pero también la capacidad de enfocarse por completo en lo que está haciendo en un momento dado”.
Sin duda hay muchas cosas que demandan la atención de Reynolds. Protagonizó tres películas en 2021—Duro de Cuidar 2 (Hitman’s Wife’s Bodyguard), Alerta Roja (Red Notice) y Free Guy—, seguidas de The Adam Project el año pasado. Al igual que las películas de Deadpool, las dos últimas las hizo con Levy.
Su vida como empresario ha sido tan agitada como su carrera como actor. A través de su empresa, Maximum Effort, Reynolds lanzó Aviation Gin, que vendió a Diageo por 610 mdd en 2020. Y este año llegó la venta de Mint Mobile, el grupo de telefonía móvil de bajo costo del que era copropietario, a T-Mobile por 1,350 mdd, una operación que podría hacerle ganar 300 mdd si se aprueba.
Incluso en asuntos de tan alto riesgo, Reynolds hace gala del humor que lo convirtió en uno de los actores más rentables de Hollywood. “Estamos muy contentos de que T-Mobile se haya impuesto a una agresiva oferta de última hora de mi madre, Tammy Reynolds”, dijo en un comunicado cuando se anunció el acuerdo.
Con la inversión en Alpine F1, Reynolds amplía su incipiente —y poco ortodoxa— cartera deportiva. En 2021, él y el también actor Rob McElhenney invirtieron 2.5 mdd en la compra del club de futbol Wrexham e hicieron un reality show: Bienvenidos al Wrexham (Welcome to Wrexham). El programa se convirtió en un éxito mundial y ayudó a impulsar el resurgimiento del decaído equipo galés.
Sobre él"Le gusta construir historias.
Le gusta crear marcas. Le gusta crear empresas."
Gracias a una mezcla de inversión, mercadotecnia inteligente —a menudo desarrollada en torno a la imagen pública de Reynolds— y encanto de Hollywood, el Wrexham logró ganar seguidores a nivel mundial y ascendió de nuevo a la liga inglesa de futbol después de 15 años en el desierto.
Según Levy, el éxito del Wrexham se debe a la habilidad de Reynolds para encontrar una buena historia, que luego pudo convertir en una empresa de mayor envergadura. El actor también dejó su marca en las categorías inferiores del futbol inglés, después de cabildear con éxito para que se creara un nuevo servicio mundial de streaming, que permitiera a los seguidores internacionales del Wrexham seguir el partido en vivo.
“Le gusta construir historias. Le gusta crear marcas. Le gusta crear empresas”, dice Levy. “Y su empeño favorito es cuando esas cosas se juntan, como ocurrió con el equipo de futbol Wrexham, cuando se cuenta una historia y, como resultado, se construye una marca y un negocio”.
Ryan Reynolds, de 46 años, recorrió el camino más largo hacia el éxito. Creció en Vancouver como el menor de cuatro hermanos y cuando era adolescente empezó a actuar en televisión, después se mudó a Los Ángeles a los 20 años, donde tuvo una carrera más bien discreta en la pequeña pantalla.
La carrera cinematográfica de Reynolds comenzó a principios de la década de 2000, pero a menudo acaparaba más atención su vida amorosa (estuvo casado con Scarlett Johansson de 2008 a 2011 y ahora está casado con Blake Lively) que por su trabajo en el cine. No fue hasta el estreno en 2016 de Deadpool, que recaudó más de 780 mdd en taquilla, cuando se convirtió en una gran estrella del cine.
Ahora, con el acuerdo de Alpine, Ryan Reynolds y sus socios invierten en otro deporte que finalmente está creciendo en Estados Unidos (EU), como el futbol.
La Fórmula 1 (F1), que desde hace mucho tiempo ha luchado para ingresar en el mercado estadounidense, pero lentamente ha logrado ganar popularidad desde que el multimillonario de las telecomunicaciones John Malone adquirió la F1 en un acuerdo de 8 mil millones de dólares en 2017, a través de su grupo Liberty Media.
El deporte ganó una mayor audiencia gracias a los streams de videojuegos y al éxito de la serie de Netflix, Drive to Survive, que nos lleva a estar entre bastidores. Además de la carrera anual en Austin, Texas, la F1 firmó un acuerdo de 10 años para ser la sede de un Gran Premio en Miami a partir de 2022, y a finales de este año Las Vegas celebrará su primera carrera nocturna en el Strip, después de un paréntesis de 41 años.
Los nuevos inversionistas de Alpine compran una franquicia que no ha ganado el Campeonato Mundial de F1 desde 2006. Pero el sistema cerrado de este deporte —solo hay 10 equipos— hace que incluso las franquicias con un bajo desempeño se consideren activos valiosos, sobre todo desde que se introdujeron cambios en el reglamento que limitan el gasto de los equipos en el desarrollo de los coches.
Para Reynolds y Levy también hay mucho en juego en la próxima entrega de Deadpool, que se estrenará el próximo año. Marcará la introducción de la franquicia en el Universo Cinematográfico Marvel (MCU, por sus siglas en inglés), un grupo de más de 30 filmes que incluye algunas de las películas más taquilleras de todos los tiempos. Y llega en un momento en el que algunos analistas temen que el motor de Marvel haya perdido parte de su chispa.
Con tanto en juego en la película, Levy admitió que le preocupa que el trabajo empresarial de Reynolds pueda quitarle algo de atención. Pero el actor le aseguró que está totalmente enfocado en la película.
“Ryan me vió a los ojos y me dijo: (Deadpool) es lo que lanzó esta nueva etapa de mi carrera”, recordó Levy. “Es más importante que cualquier otra empresa que tenga en marcha”
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